Para nadie es secreto que en Costa Rica se han venido aplicando las recomendaciones del Consenso de Washington sobre reducción del gasto público y el tamaño del Estado. No se puede negar que en casos concretos hay duplicidades y es necesaria una cirugía mayor. El mismo Otón Solís ha presentado proyectos de “shock” para refundir y eliminar instituciones públicas.
DINADECO fue creado en la Administración Trejos Fernández bajo la Ley 3859 Sobre Desarrollo Comunal, obedeciendo el influjo de la Alianza Para el Progreso impulsada por el presidente de Estados Unidos John F Kennedy, que pretendió cooptar o suplantar las expresiones de organización comunal popular independientes que en algunos casos, como el de Costa Rica, (las Juntas Progresistas), sirvieron de expresión y proyección al ilegalizado partido Comunista Vanguardia Popular desde la clandestinidad.
José Manuel Zeledón, sociólogo y doctor en Educación, quien por muchos años laboró para esa institución, nos relata que:
“El cierre de DINADECO se planteó en 1993, cuando la Directora de ese entonces, María Ester López, a instancias mías, aceptó hacer una evaluación de DINADECO, pues muchos suponían que esta institución ya había llegado al final de su vida útil. Formamos un equipo y realizamos el estudio que arrojó básicamente dos conclusiones: 1- Había que hacer una reforma a la ley 3859 para cerrar DINADECO. 2-Que el Departamento Legal y Registro de ADC de DINADECO se trasladara al registro de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo.
En coordinación con el Ministro de Trabajo de aquel entonces, el actual diputado Víctor Morales, se decidió trasladar a ese Ministerio sesenta funcionarios de los ochenta que quedaban y otros al Ministerio de Cultura. De esa manera DINADECO quedó prácticamente desmantelado. Sin embargo gobiernos que siguieron decidieron seguir dándole vida para sus objetivos de clientelismo político”
Hagamos un poco de historia.
Desde tiempo atrás, el sindicato de Empleados de Desarrollo Comunal (SEDECO) había lanzado la iniciativa de constituir una Unión Nacional de Asociaciones de Desarrollo comunal para que el movimiento comunal recobrara su independencia y se fuera estructurando de tal manera que llegara a realizar las funciones asignadas en la ley 3858 a DINADECO como institución rectora, todo ello sin perder el financiamiento que reciben a través del 2% de impuesto sobre la renta para su actividad administrativa y ejecución de proyectos. Elaboramos el Estatuto y las primeras acciones organizativas mediante UNADECO (Unión Nacional de Asociaciones de Desarrollo Comunal), organización terminara disolviéndose pocos años después.
A modo de conclusión.
No creemos que DINADECO deba ser cerrado por el prurito de aplicar las recetas neoliberales que a nada bueno conducen. De serlo, tendría que ser por dos razones fundamentales:
- Si el objetivo fue debilitar el movimiento popular comunal independiente, este fue logrado hace ya bastantes años.
- Sin embargo, o como paradoja, queda un poderoso movimiento comunal congregado en las miles de Asociaciones de Desarrollo Comunal, a lo largo y ancho del país, Uniones Cantonales, Federaciones y una Confederación Nacional (CONADECO), con una dirigencia comunal experimentada en capacidad de auto gestionarse y asumir el rol de esa institución de gobierno, pero de manera independiente.
DINADECO puede cerrar sus puertas dejando una huella profunda y a quienes trabajamos con toda la entrega posible en sus inicios, el agradable sabor del deber cumplido.
(*) Juan Félix Montero es Educador
