lunes 29, abril 2024
spot_img

El negocio de las vacunas saldrá a la luz

Columna Poliédrica

Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Lo que ha pasado en las últimas semanas con lo el certificado de vacunación y el código QR es una torpeza de tales magnitudes que se agradece que la jurisdicción contenciosa haya utilizado el sentido común y las potestades que le otorga la ley, para suspender la obligación que se pretendía imponer a los costarricenses de tener y portar ese documento cuya gestión ha sido imposible de garantizar por parte del gobierno.

Con motivo de la anterior Columna Poliédrica, hay personas que me escribieron preguntando en relación a qué se puede hacer para impedir que se obligue a las personas a vacunarse. Quienes han seguido nuestra posición en relación con este tema, se habrán dado cuenta que no estamos de acuerdo con que se obligue a las personas a nada y menos cuando, dependiendo del tipo y marca de la vacuna, existen riesgos documentados para la salud de las personas; lo anterior es diferente a la postura de los antivacunas, ya que ellos rechazan cualquier vacuna que la ciencia haya producido porque consideran que todas son perjudiciales para la salud de las personas.

Hemos venido diciendo que la información científica existente avala que hay vacunas que han sido y son beneficiosas para el ser humano. En Costa Rica, por ejemplo, desde hace mucho tiempo se aplican la vacuna contra la tuberculosis, la poliomielitis, la hepatitis B, entre otras; sin embargo, a lo largo de la historia, también han habido vacunas que han generado un perjuicio a las personas,  por ejemplo: en 1902, en la India, murieron 19 personas por tétanos por la contaminación con Clostridium de vacunas contra la peste bubónica; en 1930, 75 lactantes murieron al ser vacunados con BCG que contenía una cepa de Micobacterium tuberculosis; o el famoso caso de las vacunas Cutter en que unos 40.000 niños vacunados presentaron dolores de cabeza, rigidez en el cuello, debilidad muscular y fiebre (síntomas de la polio), unos 164 menores quedaron paralíticos y 10 murieron.

La tesis que hemos defendido es que la vacunación debe ser voluntaria y no obligatoria. No vamos a repetir los diferentes argumentos que hemos dado, invitamos a leerlos a quien tenga interés; no obstante, reiteramos que no puede obligarse a una persona a ponerse una vacuna cuestionada por su efectos adversos y menos aún, que se le limite su actividad cotidiana por no querer ponerse la vacuna cuestionada y por la incompetencia del gobierno para extender el certificado de vacunación y el código QR. 

Los argumentos colectivistas de responsabilidad para con los demás son muy cuestionables. El hecho que la vacuna no evite el contagio es suficiente para entender que estar vacunado no supone una desconsideración para con el prójimo, es decir, el problema viene por no realizar una serie de acciones que sí pueden impedir el contagio; en otras palabras, el tema de la vacunación no está relacionado con el contagio, está vinculado con la supuesta atenuación de los efectos del virus, así que no es porque vaya a contagiar al prójimo sino porque hay menos posibilidades que uno termine en cuidados intensivos o muerto.

Lo triste de toda esta historia es que la eficacia de la dichosa vacuna es acotada en el tiempo. Muchas personas que se han vacunado con las dos dosis, finalmente, han fallecido porque fueron de los primeros en vacunarse; en otras palabras, todas las bondades de la dichosa vacuna se van diluyendo con el tiempo y lo que se va observando al agudizar el análisis es que se trata de un gran negocio pero no solo para las farmacéuticas.

Al buen entendedor pocas palabras.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

Noticias de Interés

5 COMENTARIOS

  1. Don Andi, el comportamiento de mucha gente ante los que no queremos ésta vacuna, me ha hecho entender cómo fue posible el que la ideología Nazi, y otras ideologías atroces, prosperaran y se impusieran; hay gente que en la cara me ha deseado la muerte por no querer ponerme este tratamiento (porque vacuna no es), gente que se vuelve loca cuando siente que el Estado le valida su forma atroz de pensar, dejan de lado el sentido común y la humanidad, y si se les permitiera, estoy seguro que me matarían o al menos un daño grave me harían.
    La ignorancia y falta de pensamiento crítico es una combinación peligrosisima, más aún en las personas con poder de toma de decisiones que nos afectan a todos.

  2. Del siguiente artículo publicado por el mismo Ministerio de Salud, https://www.ministeriodesalud.go.cr/index.php/centro-de-prensa/noticias/746-noticias-2021/2163-solo-8-de-cada-10-000-personas-con-esquema-de-vacunacion-completo-contra-covid-19-requirieron-hospitalizacion, cuya redacción y análisis de datos es pésima, se publican unos datos muy interesantes, que permiten calcular las tasas de hospitalización y letalidad en la población con 1 y 2 dósis, luego al poner los datos en un gráfico en X cantidad de dosis y en Y tasa en porcentaje, se puede observar CLARAMENTE como a mayor cantidad de dosis de vacunas en la población la tasa de letalidad aumenta de 1.0 % a 2.15 % y la tasa de hospitalización aumenta de 3.0 % a 7.6 % de 1 a 2 dosis; incluso cuando se proyecta a 3 dosis y a 4 dosis de la vacuna, sacando la ecuación de las líneas rectas (Y=MX+B), se observa como esas tasas empeoran aún más, los invito a hacer el ejercicio. Las vacunas empeoran la salud de la población a mayor cantidad de dosis aplicadas por persona, es la realidad, allí están los datos. Cualquiera que sepa un poco de matemáticas de colegio puede sacar esos gráficos y sacar sus propias conclusiones con los datos del mismo artículo que les menciono. Están haciendo un gran maldito negocio a costas de la vida de muchos, pero a Dios no se le escapará nada…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias