viernes 26, abril 2024
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¿Por qué conviene que el Frente Amplio salga fortalecido en estas elecciones?

El Financiero publicó -en su edición del 21 de diciembre último-  una entrevista hecha a don José María Villalta, quien es el candidato presidencial del Frente Amplio (FA).  El diálogo fue serio, construido con preguntas serias y contestadas seriamente. El señor Villalta y diputado de la República parece haber inquietado a un grupo de estimadas personas de izquierda por haber expresado el candidato, en dicho medio, lo siguiente:

“El Frente Amplio representa una izquierda moderna, democrática que para algunos sectores podría ser vista como moderada. Ese ha sido siempre mi talante político. Yo soy firme respaldando las luchas sociales, pero siempre he creído que hay que construir acuerdos para sacar a este país adelante, con todos los sectores. Algunos podrían señalar eso como centrismo. Hoy probablemente estemos más cerca del centro que de posturas radicales. Pero también tiene que ver con que los otros partidos se han desdibujado.”

Sentir suspicacia porque el señor Villalta haya concedido una entrevista a un medio de corte empresarial, me parece un sentimiento injustificado. Decir lo que uno piensa y siente en cualquier parte no es vileza ni defección. ¿Acaso, por ejemplo, Fidel capituló de su lucha al ser homenajeado por el New York Times o por conceder una entrevista a Bárbara Walters?

Dicho lo anterior, deseo aprovechar el citado coloquio, para preguntarme una vez más sobre algunos temas que me apasionan y que intentaré contestar desde mi perspectiva.  Las interrogantes son: ¿qué  son el progresismo y  la izquierda democrática  hoy?; ¿por qué importa?; y ¿qué perspectivas tiene en Costa Rica?

Acompaño estas interrogantes con una tesis de fondo: que de estas elecciones el FA debe salir fortalecido y con un crecido número de parlamentarios. Mi razonamiento estriba en que el país necesita de un FA robusto, capaz de convocar  -pasada la jornada electoral- al progresismo disperso de la nación con miras a constituir una sólida coalición de propósitos, sea en tiempos electorales o fuera de los mismos. Se interpreta que el FA no es todo el progresismo ni es su única voz.

Me invade la convicción de que a nuestra  patria le hace daño servirle el monopolio del poder político al conservadurismo moralista y al conservadurismo neoliberal.  Por otra parte, es juicioso reconocer que el costarricense lleva en su ethos histórico y emocional una preferencia más cercana al “centro” y que es poco amigo de repentinos y reiterados sobresaltos. Al asimilar y asumir este hecho, las declaraciones del diputado Villalta indican que el FA lo comprende.

No es mi intención idealizar al diputado y a su partido. Yo no soy un miembro del FA y desconozco cómo es su vida interna.  Lo que sé y percibo es lo que cualquier costarricense puede leer o escuchar a través de los medios de comunicación. Doy por sentado -tal cual es toda obra humana- que el FA es un producto imperfecto.

Me desilusionó, recuerdo, cuando en el 2014 eligió 9 diputados casi que para nada, o, cuando doña Patricia Mora se quedó más de lo debido en el gabinete del presidente Alvarado. Claro, me gustaría  conocer reflexiones autocríticas del propio partido sobre lo actuado, por lo que he evitado la anécdota y el chisme como fuente de juicio.  En lo personal, el dilucidar ahora estos desempeños no es un asunto prioritario de cara a la campaña electoral porque, apremia decirlo, se causa un grave daño se a la salud democrática de la nación cuando se quiere desdibujar de la vida política a la única casa de centro izquierda; ciertamente, el pueblo necesita de alternativas progresista, asunto que enriquece a nuestra institucionalidad. Además, el prontuario del señor Villalta, como diputado, exhibe un buen desempeño en términos de labor y en consideración a su tamaño e influencia.

¿Y el PAC?  Este feneció como proyecto del pueblo; quizá nunca lo fue o lo fue cosméticamente o en ciertas áreas de la vida social. El señor Presidente y su mentor político son los sepultureros de los aromas progresistas que le dieron vida a dicha agrupación.  No es suficiente mérito para declararse progresista el haber abanderado el reclamo para reconocer el matrimonio igualitario o el haber nombrado a la señora Patricia Mora como ministra del INAMU, como tampoco es sobrado pasearse por el mundo y recibir homenajes por nuestras virtudes ecológicas que no son de él, o, por haber sido firme en cuanto al tema de la fecundación in vitro.

No afirmo que todo lo actuado por el Presidente haya sido malo y es un hecho que de su gobierno han salido buenos mandatos. Pero unas cuantas frutas dulces no definen un árbol del tamaño de un país como el nuestro donde abunda lo amargo. No es progreso ni es progresismo el haber propuesto una legislación tributaria gravosa y hambreadora.

El tema de los impuestos es la marca distintiva -fundada en la justicia tributaria- que define a un gobierno progresista de uno que no lo es. Don Carlos utilizó la metralla hacendaria contra el pueblo y eso no es progresista, fue criminal; de avanzada fue el expresidente González Flores por su valentía y sensibilidad social. La gente visionaria y honesta del PAC lo sabe.

Auguro que parte de los adherentes del PAC -los integralmente progresistas- se reagrupen en algún momento de forma independiente y se sumen o promuevan un posible proyecto como el expresado. El progresismo pleno y consecuente no lo abona la izquierda en soledad. Todavía más: autocalificarse de izquierda en el contexto que describo tiene un valor relativo porque no toda mente progresista se reclama de izquierda ni toda izquierda es progresista. Lo relevante radica en lo concreto de lo que se quiera lograr sobre la base de consideraciones políticas sólidas, populares y democráticas.

El progresismo necesita acordar un ideario común (el programa político del FA es un buen ejemplo) que pueda ser recogido por una ciudadanía diversa en pensamiento, porque no se puede estar de acuerdo en todo, es imposible, pero sí en los aspectos que se decidan como fundamentales y vinculantes. La versión de izquierda que yo suscribo tiene la responsabilidad de estimular la dinámica apuntada con humildad y sin infantilismos, a sabiendas de que nadie goza de una verdad absoluta. Urge que la izquierda democrática y todo otro progresismo puedan reconstruirse juntos porque en la actualidad, prácticamente, son una fuerza política relativamente marginal y eso debe cambiar en aras de la salud democrática del país y el bienestar del pueblo.

El FA se sustenta sobre un programa político que tiene como bandera la plenitud de todos los derechos humanos. Los oligarcas y sus subordinados gozan de sus libertades y de libertades comunes sin importarles de verdad la justicia social. A la derecha solo le interesa los derechos humanos que a ella convenga y, en este tema, le sobra tacañería, pues es alérgica a los derechos sociales y económicos del pueblo consagrados por la ONU.

Para el FA, para Villalta, todos los derechos humanos son relevantes e indispensables, incluido el derecho de nuestro pueblo a tener una vida material y cultural digna. Legislar sobre la mencionada integridad es, a mi juicio, la médula de lo que urge acometer en nuestra patria y que se traduce en la reconstrucción de una Costa Rica democrática por medios democráticos, a la velocidad reformista y con el espíritu radical que la realidad permite.

(*) Allen Pérez es Abogado

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9 COMENTARIOS

  1. El asunto o el problema es que esa colectividad política que se autocalifica como «frente» no lo es en esencia, ni tampoco es tan amplia, a ver si nos aclaran. Sería bueno esclarecer esto, en Chile y en Uruguay sí existen sendos frente amplios, diversos partidos se agrupan en ellos. En el caso uruguayo es un abanico que va desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana. En fin, para mí no es un tema nominalista.

  2. De Francisco Cordero Gené: «Me declaro pupilo directo del Presbítero Benjamín Núñez Vargas, y la pléyade de miembros del Centro de Estudios para los Problemas Nacionales. Quienes recordamos los tiempos en que la Internacional Socialista utilizaba el campus de CEDAL en La Catalina, podemos con justicia reclamar el derecho de ser testigos de la dinámica de una Social Democracia Latinoamericana. Con compañeros como Luis Alberto Monge, Daniel Oduber, y tantos otros políticos protagonistas del PLN y de muchos otros partidos (incluso muchos con brazos armados en la lucha guerrillera) nos informábamos, estudiábamos, debatíamos as a lo largo y ancho del espectro, construíamos utopías y recomendaciones prácticas, aplicando entre otros a Hegel, Marx, Engels, Rosa Luxemburgo, incluso a Trotsky, al igual que los pensadores clásicos, los economistas del laissez faire, el socialismo de Bernstein y los diversos socialistas utópicos como la sociedad Fabiana, entre otros. (Recuerdo a don Pepe citando a su favorito: León Tolstoy) También utilizamos la crítica más despiadada de los liberales, libertarios y neoliberales de derecha, para tratar de comprender, interpretar, y participar en las propuestas estratégicas que abarcaron desde tímidas reformas, osados cambios estructurales, constituciones soñadas y revoluciones. Por eso reclamo un lugar en la izquierda, y concuerdo que no se trata de semántica. El imperialismo no ha cejado en retomar una posición de colonizador económico, cultural y monopólico. somos por lo tanto aliados con todo aquél que parta de la crítica -sea ella fundamentada en la lucha de clases moderna, en las aspiraciones a la independencia decimonónica, en las rebeliones de los pueblos originarios de Tupac Amaru, o en el derrumbamiento de los hegemonismos del centralismo democrático,- pero que tenga como objetivo el cambio de sistema. Por eso suscribo con Allen: «a estas alturas de una gravísima realidad local, la nuestra, conviene no distraerse ni dividirse con las luces de la ingeniería social ni ahogarse en semánticas. Lo primero es primero: hay que cimentar una contraofensiva democrática con un espíritu pragmático, plural e inclusivo. Para que ella ocurra hay que conjuntar a las fuerzas progresistas bajo una lista de tareas realizables. La gente valora lo concreto y demanda a la brevedad soluciones a sus asfixias cotidianas y de otras inquietudes de bienestar como la cultura. En nuestra patria estas demandas son nutrida lluvia. Hay que aumentar, por ejemplo, las pensiones del IVM cuyos magros montos transpiran un abyecto atropello, o, terminar con la arbitraria carga tributaria que pesa sobre el pueblo, desafuero que cabalga sobre la corrupción, evasión y la colusión. La izquierda democrática junto a otras fuerzas progresistas, sean que estén en parlamento o no, tiene la responsabilidad de proponer soluciones con la fuerza que tenga tal como lo sigue haciendo el diputado Villalta. Y tal es el reto del progresismo en su conjunto.» pero a la vez debo añadir el potencial que ofrecen otros esquemas y partidos, como Justicia Social, el de los Trabajadores, y el Pueblo Unido.»

  3. De Sergio Erick Ardón Ramírez: «Entre las muchas cosas que Allen escribe y describe hay una ausencia que mortifica. Y es la misma ausencia que destaco y que me inquieta en el mensaje de Villalta. Esta es la falta de una posición clara y orientadora sobre la problemática regional y frente al imperio. Si se cree que Costa Rica puede ir cambiando el curso de las cosas para combatir el neoliberalismo y paliar las desigualdades, aislándose del contexto regional se está cayendo en grave equivocación. Más allá de la comprensión que sean las políticas imperiales de permanente agresión y amenazas la explicación de las medidas defensivas necesarias para enfrentarlas tanto en Cuba como en Venezuela, y aún Bolivia. No es que Villalta haya destacado las diferentes circunstancias y realidades que nos hacen diferentes a esos países hermanos, y que por tanto nos llevan a transitar caminos no iguales, es que resaltó, como cosa sana y plausible la falta total de comunicación y calificó como «abismales» las diferencias. Hay ahí oportunismo y falta a la solidaridad, y hay ahí agachamiento. Así se puede lograr que algunos le perdonen, pero no se logra la confianza de muchas gentes que vemos como vital una posición diafana frente a la impresindible unidad regional y el reconocimiento a la diversidad democrática.»

    • A Sergio Erick Ardón Ramírez Debemos ser coherentes en términos de la geopolítica regional, algunos sólo hablan de eso que llaman «la dictadura de Nicaragua» pero prefirieron callar cuando afloró la de Costa Rica reprimiendo a los campesinos del Movimiento Rescate Nacional, entonces los poli mostraron que les habían enseñado los carabineros de Chile y la policía nacional de Colombia. No puedo olvidar la imagen de aquella señora sancarleña a la que un policía le puso la rodilla en el cuello. Las élites de Costa Rica están al servicio de la dominación imperial.

  4. De Allen Cordero Ulate: «Buenos días Allen R. Pérez! Elaboración compleja la tuya. Muy bien!! Al FA lo que yo le criticararía es su parlamentarismo obtuso. Es decir, reducir la práctica política a los pasillos y documentitos legislativos. Para mí el parámetro muy objetivo de lo que es o no es izquierda es cómo un grupo o persona que se dice de izquierda se conecta con la lucha social real, física, y obvio, como desarrolla su discurso en torno a estas luchas. No se olvide que el FA estuvo apoyando casi que ardientemente al gobierno del PAC. El mismo gobierno que tanto criticás en tu escrito. Desgraciadamente las alternativas de izquierda que están participando en las elecciones son muy débiles. Creo que si se vota por el FA (de nuevo el menos malo) es de manera no solo crítica, sino MUY crítica. Saludos amigo!!»

  5. A Allen R. Pérez: En Costa Rica desde 2019 la protesta social puede ser reprimida y castigada hasta con diez años de cárcel. El compañero Albino Vargas se acaba de librar de un acometida persecutoria semejante y el FA sigue dudando sí apoyar o no la protesta social, tal y como sucedió entre septiembre y octubre de 2020. Tal vez sería bueno que aclararán su posición.

  6. Excelente análisis El Frente Amplio es la única alternativa electoral actual en el camino para construir una sociedad más justa y democrática. Es una lástima que los ataques contra el FA provengan por la espalda. Hay que votar y elegir y construir la barricada democrática contra el neoliberalismo.

  7. Villalta no es candidato a diputado en este termino ,ni lo es Patricia Mora,entonces quien lidera el Frente
    Amplio ? Cual es la cara visible del FA ? A quien quieren elegir ? Los veo muy mal.
    A estas horas los que iran a segunda ronda son PLN Figueres y PUSC Saborio.La gente esta hastiada de la izquierda y ese progresismo que lo unico que logra es crear mal ambiente para una reactivacion economica en que el pais y sus ciudadanos salgan adelante .Cual es la propuesta : Mas estatismo…………estan loc@s !!!

  8. Muy buena refleccion, Don Allen, y muy adecuada al momento de lucha electoral, abriendo perspectiva hacia un PROYECTO POLITICO NACIONAL PROGRESISTA..

    De esto habra ue hablar y trabajar después de las elecciones.

    Me uno a los voces que claman por cerrar filas alrededor de José María Villalta y los candidatos a Diputados.

    El Frente Amplio debe fortalecer, e inspirar y confirmar

    LA VOLUNTAD Y VOCACIÓN PARA GOBERNAR.
    Para eso nació el F.A.
    Si se puede !!!

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