1 COMENTARIO

  1. Hoy más que nunca, nos encontramos con que la democracia costarricense se encuentra amenazada en sus cimientos. Lo más terrible de todo esto, es que el mero hecho de votar se ha tornado banal dado que, en términos concretos y reales, las corruptas élites del poder ya tomaron las decisiones más importantes en otro tiempo y en otros escenarios; vamos hacia el despliegue del totalitarismo neoliberal neoconservador más desenfrenados. Elecciones libres en una democracia asediada por los banqueros agiotistas y apátridas no pasa de ser una broma de mal gusto. En febrero y abril será la embriaguez del circo electoral, las secuelas de esa borrachera se sentirán de mayo en adelante, en el caso de que Carlos Alvarado no terminé antes de destruir el estado social de derecho.

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