viernes 26, abril 2024
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¿Hasta cuándo, Honduras?

Honduras es un país trágico que me importa. Entre sus grandes tragedias figuran dictaduras y gobiernos electos mediante elecciones, fraude y corrupción. No ha faltado, también, que sean nidos del narcotráfico.

En marzo se cumplirá un año desde que Tony Hernández, hermano del presidente saliente, fuera condenado a cadena perpetua en Nueva York. Juan Orlando Hernández, la maligna sombra que encabeza el gobierno hasta este jueves, se hace el desentendido, porque se ha leído todo el expediente donde obra la condena de su hermano, sentenciado como fue, a cadena perpetua, por una corte federal de Manhattan a cargo del juez  de distrito P. Kevin Castel, quien ordenó confiscarle  $138 millones.

El fiscal federal adjunto Matthew Laroche caracterizó los crímenes de Tony  como “tráfico de drogas patrocinado por el estado”.  Una de las conclusiones de la sentencia, a la que yo tuve acceso, señaló que Tony se desempeñaba como figura central, y que utilizaba  canales oficiales, “en una de las conspiraciones más grandes y violentas del mundo”. En consecuencia, la temible justicia de Manhattan  no le ha perdido su feroz ojo a don Juan Orlando Hernández,  cosa que él sabe y que teme con un soberano pánico que no lo deja dormir.

No seamos ingenuos. La traición de un grupo de 18 diputados hecha en contra de la presidenta electa, Xiomara Castro, se hizo forrando con cuantiosos dólares las billeteras de los pérfidos judas, y con ello preparar, junto al partido Nacional, una nauseabunda alfombra tejida para la impunidad, para que sobre ella camine JOH;  también, con estas maniobras, la retrógrada y vulgar oligarquía hondureña, inserta en la madriguera del  partido Nacional, buscará asegurarse  un espacio de control político más grande en la semi democracia hondureña.

El asunto en el parlamento se resume así: la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, enfrenta una severa crisis desde el domingo cuando las sesiones separadas del Congreso eligieron dos presidentes enfrentados entre sí.  Los traidores y los filofascistas del partido Nacional eligieron a Jorge Calix, la cabeza traidora.

El grupo leal a Xiomara Castro (del partido Libre) se reunió en el edificio del Congreso en Tegucigalpa y eligió al diputado Luis Redondo del partido Salvador, tolda que lidera el vicepresidente Salvador Nasralla. Se trataba de honrar  un pacto de previo adquirido entre las 2 agrupaciones.

Sin duda alguna, ya estamos en presencia de un golpe de estado continuado en el que se ha escrito su primera página.  Los pueblos del mundo deben denunciar esta asonada, esta millonaria compra de conciencias para seguir entronizando el crimen y la corrupción, y para intentar sepultar el amanecer  que Xiomara Castro representa.

 

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1 COMENTARIO

  1. Una excelente caracterización de la actual coyuntura política hondureña pues tiene la virtud de llamar las cosas por su hombre: la descompuesta y putrefacta oligarquía de Honduras todavía intenta a estas alturas, después de la estrepitosa derrota electoral que sufrieron el 28 de noviembre pasado, jugar a la técnica del golpe de Estado a la manera soft, ya muy manoseada.

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