La crisis política que existe en lo profundo de nuestro Costa Rica, es demasiado preocupante, nos está llevando a LA EXTREMA POBREZA MORAL día con día. Esta pobreza moral nos exige hacer una reflexión sobre las causas que están ocasionando esta crisis ética y moral de nuestros políticos. Sobre todo, analizarlas y buscar nuevos sistemas sociales y estrategias políticas que puedan solucionar la pobreza ética y moral que hoy tanto daño nos hace y así encontrar una solución acertada. Precisamente en este tema trato de reflejar el origen de donde se inicia los errores de un mal gobierno y la razón del por qué no pueden evitarse el desgobierno y los escándalos políticos que agudizan más la pobreza ética y moral, por estas razones estamos llegando a la extrema pobreza moral de la política costarricense. Por eso, mi planteamiento para estas elecciones en segunda ronda y fundamental es: «elegir al candidato por su vida moral y no por sus promesas de campaña». «A Más Moral De Las Autoridades, Mejor Gobernabilidad»
Errores En Las Elecciones.
El sistema de elección democrática que tradicionalmente se viene realizando en Costa Rica, tiene varios errores que debe ser materia de análisis porque esta forma de elegir no ha dado buenos resultados y ha causado descontento en el pueblo por un mal gobierno. En ese sentido, vamos a detallar estos errores con ánimos de evaluarlo, corregirlos, sobre todo para que se hagan conocidos por los mismos candidatos a la presidencia
En principio, estos errores se evidencian desde que los partidos y movimientos políticos (aspirantes al poder), inician sus campañas políticas con un gran entusiasmo, pero que no miden la efervescencia del momento porque cometen exageraciones en sus promesas premeditadamente que en el fondo crea esperanzas en la sociedad, los discursos se vuelven, más populistas, ejemplo cuando un candidato nos dice que va a erradicar la pobreza, que generara doscientos mil empleos. El error está en prometer algo que no se ajusta a la realidad, y cuando asumen al gobierno quedan como mentirosos, engañadores y como es natural, ahora el pueblo lo exagera tratándolos de lo que son, corruptos, sinvergüenzas y mucho más…
Esta crisis ocasiona dos problemas sociales muy graves.
Primero, trae descontento e insatisfacción a la sociedad que tuvo esperanzas en su en candidato que desde su discurso populista y demagógico no puede cumplir a la verdad.
Segundo, trae la incredulidad y frustración que ciega casi en su totalidad a la población y pierde toda credibilidad con su gobierno, esto hace mucho daño a la democracia costarricense. Aquí el problema ya es político, porque el gobierno va perdiendo legitimidad en su mandato por cuanto el pueblo ha dejado de respaldar a su gobernante.
Si hacemos un análisis más exhaustivo, nos daremos cuenta que un pequeño error, enciende casi todo el país en problemas que se convierte en un obstáculo para el desarrollo social, económico y político del país. En ese sentido, es muy importante buscar solucionar este problema que básicamente está en la Conducta Moral del Gobernante. Por eso debemos elegir al candidato por su Vida Moral y no por sus Promesas de Campaña.
¿Cómo Evitar Este Error?
En realidad, todo está en la vida Moral y Ética del Político, es decir, que el candidato al poder, debe ser un político con principios y valores, para que tenga conciencia de la condición social de la población y sea veraz en su discurso sea coherente y la vez con cohesión. De esta manera no habrá espacios para la vanagloria ni para las falsas promesas que obedecen a la mentira premeditada como recurso para engañar a sus electores y votantes.
En todo caso, el candidato al poder debe centrar su discurso en la verdad y nada más que en la verdad y sobre esta base realizar sus campañas tratando de ajustar sus argumentos en los valores de vida, que son: La verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía y la vida. Solo de esta de esta manera no se engañará al pueblo y se evitaran las promesas con exageración. Por eso, debemos: «elegir a nuestros candidatos por su vida moral y no por sus promesas».
Conclusión
Si verdaderamente queremos tener una Costa Rica unida con un Gobierno sólido y fortalecido por las leyes y respaldado por su 82 cantones y sus 7 provincias, no tenemos otra alternativa que moralizar las bases de la política que específicamente lo compone el ser humano, sus votantes. Aquí debemos, saber que el problema no está en el sistema de la democracia, ni en sus ideologías como algunos suelen mencionar, sino que el problema está en la vida moral del futuro presidente y su equipo de trabajo.
El principio de autoridad se da desde la cabeza misma del gobierno, que es guía de toda la jerarquía menor, es decir, si una autoridad del gobierno no se conduce por un orden ético y moral, entonces no tendrá el poder moral para hacer imperar la ley que vela por la seguridad, el orden, la corrupción, lo que hoy exige la sociedad costarricense.
Por esta razón, mi planteamiento, es que el pueblo debe elegir a su candidato por su calidad de vida moral, y no por sus promesas. En este caso la herramienta adecuada para combatir toda clase de corrupción es: “VALORES DE VIDA” que son: la verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía, la vida.
Por eso debemos tomar en cuenta:
«A MAS VALORES MÁS MORAL»
«A MÁS VALORES MEJOR DEMOCRACIA»
«A MÁS VALORES MEJOR GOBERNABILIDAD».
(*) Dionisio Rojas González es profesor universitario.
1-0809-0119
Cefolog_executive@outlook.com
Debo decirle que ninguno de estos dos candidatos tiene valor, ni tiene moral ni ética ni nada que se asemeje a un valor. Son dos oportunistas que han traicionado una y otra vez sus valores y sus principios en su sed por llegar al poder. Así las cosas, el próximo 3 de abril iré a votar en blanco o me voy a la montaña. Es la única duda auq tengo para ese día. Ninguno de estos dos políticos de quinta merece mi voto.
Luego entonces, bajo estas sonadas premisas el actual gobierno y el pasado jamás pudieron haber accedido al poder, por falta (UCR-UNA-etc.) de valores, principios y moralidad, donde el pueblo los rechazó, según los rotundos resultados de las pasadas elecciones del 6/2/2022. Aunado a ello, la insostenible cubierta corrupción, donde el bipartidismo (los 4 poderes) demuestra su comprometido tradicional encubrimiento. Es por ello, que el ciudadano común, testigo silencioso, ha pegado el grito al cielo con abstenerse o decir no, al sobreviviente del ya catatónico bipartidismo, donde por último recurso tiene, ya montado la partitura legislativa.
¿Quién es más pecador, quien levanta sendos billetes o levanta faldas, con o sin permiso? La verdad no peca, pero… cómo incomoda.
Entonces no tenemos por quien votar. Así de simple y triste a la vez. Es terrible dejarnos gobernar por lo peor conocido y lo malo desconocido. Fue una lastima que un partido consolidado y curtido en estas andanzas nos presentara un candidato tan rechazado y hoy estemos en una encrucijada. Con otro candidato no estaríamos en segunda vuelta. En un mes no creo que cambiemos de parecer y el abstencionismo más los votos nulos y blancos serán los que triunfen.