jueves 25, abril 2024
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Tren interoceánico de México avanza entre demoras y resistencias de comunidades

Ciudad de México, 16 feb (Sputnik).- El corredor ferroviario y carretero interoceánico del Istmo de Tehuantepec, con dos puertos en las costas del Pacífico y el Golfo de México, proyecto estratégico de transporte internacional para competir con el Canal de Panamá, avanza entre retrasos superando protestas contra expropiaciones de tierras comunitarias.

Hazael Matus Toledo, quien integró de 2018 a 2021 el grupo de alcaldes de los estados mexicanos de Veracruz y Oaxaca que impulsaron el proyecto desde su origen, explica en entrevista con la Agencia Sputnik que el tren de carga podría entrar en operación en 2024, para competir con la ruta comercial que cruza el continente por el Canal de Panamá.

«El proyecto de construcción de la red de vías del ferrocarril está en su última etapa, en algunos espacios solo falta la construcción de la ruta, después que pasaron los problemas sociales que se resolvieron», dice Toledo, ahora impulsor de un polo de desarrollo científico en el municipio istmeño de El Espinal, Oaxaca.

Otros conflictos de comunidades inconformes no afectan los terrenos de las vías del ferrocarril, que unirá los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz, con Salina Cruz, Oaxaca, en la franja más angosta del territorio mexicano de solo 303 kilómetros que se concluirá este año.

Los problemas más importantes surgen en diez polos de desarrollo, que tienen un notable retraso en la construcción de la infraestructura básica.

«Entre los diez polos de desarrollo, hay un tema pendiente en la comunidad Puente Madera, por un conflicto social sobre los terrenos, porque cierta parte de la población no acepta la indemnización» que ofrece el Gobierno federal, relata Matus Toledo.

Sin embargo, en la mayoría de municipios, las inconformidades de la comunidades indígenas ya se resolvieron, como en el municipio sureño de Ixtepec, vecino de El Espinal, donde fueron indemnizados los propietarios de los terrenos, a unos 50 kilómetros del puerto petrolero de Salina Cruz, que cuenta con una refinería de crudo.

«En los polos desarrollo falta suministro de agua potable, energía eléctrica y la infraestructura de caminos para impulsar el desarrollo», explica Matus Toledo, un médico cirujano de profesión e investigador en temas de salud.

La idea de una ruta interoceánica se remonta a planes mexicanos con EEUU de 1859, pero fue abandonada cuando comenzó a operar el Canal de Panamá, en 1914.

Hacia mediano plazo

El gobierno se ha enfocado en unir las costas del Pacífico con el Golfo de México, donde espera que transiten mercancías estratégicas, por ejemplo el gas y el petróleo de Texas, sur de EEUU, hacia los mercados asiáticos.

Los cálculos oficiales indican que ese ferrocarril permitirá transportar 1,4 millones de contenedores anualmente.

La modernización de los puertos marítimos está en la etapa final, y permitirán que comience la operación del transporte el próximo año.

«Pero la construcción de los diez polos de desarrollo está muy atrasada», lamenta el promotor del proyecto.

Seis de estos megaproyectos se encuentran en el estado de Veracruz y cuatro más Oaxaca, todos rezagados en su fase primaria, porque están diseñados para el mediano plazo de 10 o 12 años, explica el galeno y ex alcalde.

Esa vía que unirá los océanos Pacífico y Atlántico generaría hacia 2050 el 1,6 por ciento del Producto Interno Bruto mexicano, con una inversión total de 50.000 millones de dólares, y generación de 550.000 empleos industriales para unos 80 municipios.

Otra pieza estratégica que está pendiente es la construcción de un gasoducto con valor de unos 2.300 millones de dólares, que prolongará un ramal desde los campos petroleros texanos, del sur de EEUU.

La inversión total estimada para el proyecto es de unos 3.000 millones de dólares, de los cuales, solo 200 millones son para el ferrocarril.

Brecha generacional

Matus Toledo fue parte de las reuniones de planeación en Palacio Nacional, sede del Ejecutivo y residencia presidencial , con el grupo de alcaldes que gobernaron el Istmo de Tehuantepec en los primeros tres años del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

«Desde 2018, los alcaldes nos reunimos con el encargado del Corredor Interoceánico, Rafael Marín Mollinedo, para plantearnos el proyecto y escuchar las expectativas de nuestros pueblos, para subirnos al tren», reseña el entrevistado.

Pero en diciembre de 2022, el hombre clave del proyecto dejó su cargo como director general del Corredor Interoceánico y jefe para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales.

En un enroque, el economista asumió el mando de la Agencia Nacional de Aduanas, bajo control de las Fuerzas Armadas; y como nuevo director de la ruta interoceánica fue designado el ingeniero en Ciencias Navales, Raymundo Morales Ángeles, graduado en la Marina Armada en Seguridad Nacional.

El galeno explica que su natal municipio de El Espinal es una zona de desarrollo universitario y centros de investigación, donde la alcaldía impulsaba los polos de desarrollo, con suministro de agua y el proceso de donación de terrenos.

«Es el único proyecto que ya tiene electricidad, infraestructura ferroviaria y de caminos pavimentados», relata el líder comunitario.

La explicación de ese avance está en que fue sede de un antiguo ingenio azucarero, que fue el más grande de América Latina hasta que fue cerrado en 1987, y el ferrocarril procedente de Chiapas, fronterizo con Guatemala, cruza por los predios del proyecto.

Es un ramal ferroviario hacia Ixtepec, estación del tren apodado La Bestia que abordan los migrantes centroamericanos en su intento por llegar a la frontera con EEUU.

«El cambio de autoridades afecta mucho la continuidad de polos de desarrollo y centros de investigación. Varios nuevos alcaldes no le dieron seguimiento, no hubo transición para que conocieran el proyecto estratégico y los pueblos han vuelto a su perfil ganadero y agropecuario», lamenta Matus.

El proyecto del Centro de Investigación de El Espinal, considera una inversión de unos 50 millones de dólares, un 40 por ciento para infraestructura y el resto en equipos de especialización en temas de oncología, enfermedades cardíacas y degenerativas.

El objetivo es que allí se formen profesionales, como ingenieros en electromecánica de trenes y estudios sismológicos, en la zona enclavada en la falla geológica de mayor riesgo para el país.

López Obrador informó en enero pasado que de los 10 parques industriales, cuatro serán para generación de energía eólica con financiamiento de la banca de EEUU.

El siguiente paso se dará el 21 de marzo próximo: el enviado de la Casa Blanca para el Cambio Climático, John Kerry, atestiguará el lanzamiento del plan de infraestructura en la estratégica zona del Istmo de Tehuantepec. (Sputnik)

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