San Salvador, 27 feb (Prensa Latina) La atención en El Salvador a la Covid-19 tuvo un rostro de pobreza y golpeó más a los hogares de menores ingresos, reveló hoy la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA).
Un estudio de la UCA mostró que el acceso a una prueba para detectar la infección o a la vacuna para tratar de pandemia fue mejor en los hogares con más ingresos que en los pobres y la zona rural.
El 77.8 por ciento de los hogares de niveles económicos altos, medio altos y medio bajos (un promedio de ingreso por 707.21 dólares) aseguró que alguien de la familia recibió al menos la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Mientras, el 66.9 por ciento de las familias de sectores obreros y marginales, con un ingreso promedio mensual de 408.27 durante la cuarentena, reportó a alguien vacunado en su hogar.
Esa estadística fue inferior en los hogares rurales, con 54.9 por ciento, los cuales percibieron, en promedio, 287.13 dólares durante el cierre de la economía por la crisis sanitaria.
Marlon Carranza, docente de la UCA y uno de los autores del estudio aseguró que la pesquisa evidenció que la población salvadoreña enfrentó la pandemia de Covid-19 de forma diferenciada.
Por ejemplo, el acceso a una prueba de laboratorio para diagnosticar el mal fue mayor en los grupos de ingresos más altos, en contraste con los hogares de menores beneficios, los cuales reportaron el porcentaje más elevado de casos confirmados.