viernes 3, mayo 2024
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La derrota de Rosario y Daniel

Primera Parte

El régimen Ortega- Murillo ya no disimula lo que es: una dictadura esotérica, cruel y arbitraria. En Nicaragua ya no existen libertades políticas, ni de expresión, y tampoco hay un estado de derecho.

El Sol no se puede tapar con un dedo.  L’État, c’est moi, célebre frase atribuida al francés Luis XIV, describe perfectamente a la pareja dictatorial.  No hay ley ni justicia: el espionaje y la represión mandan. Ya no es la dictadura perfecta con sus socios de antaño, cómplices oportunistas: los grandes empresarios (ahora la COSEP cancelada), los dólares venezolanos, la Iglesia Católica y hasta los pastores evangélicos. Desde el 18 de abril del 2018 el paraíso orteguista cayó como un castillo de naipes debido a la insurrección espontánea del pueblo, gesta que no tuvo una dirección política clara ni liderazgos prominentes.  Las protestas estremecieron a Nicaragua y a la opinión pública mundial, mientras el grueso de sus socios pancistas se pasó de acera o guardó silencio.

La crisis nica es un testimonio de que las libertades básicas conculcadas o condicionadas, como son las de asociación y de expresión, no son cosas menores que los pueblos olvidan y que, por el contrario, son demandas fundamentales de control ciudadano sobre sus gobernantes.  La libertad no es un lujo burgués, ni una majadería pequeñoburguesa, porque la libertad o lo que se perciba de esta es una necesidad vital del ser humano. Ciertamente que no rara vez la democracia cojea andrajosa y sucia, casi irreconocible, pero tal desgracia no es óbice para dejar de lado sus principios y sus sueños.

La revolución democrática es permanente aun en las democracias presentables (en política nada, absolutamente nada, se acerca a la perfección), pero esta revolución es todavía más urgente cuando todo rastro libertario y democrático desaparece.  La revolución democrática es permanente e implica un largo trajinar sin fin; la democracia jamás será suficiente en lo formal y jurídico, ni nunca será bastante en términos de justicia social y paz política, pero, como en el mito de Sísifo, solo queda el intento eterno y avanzar los ideales de la libertad que han de heredarse de generación en generación.  La democracia es también un credo religioso en el mejor sentido del término, pues implica una fe, una lealtad, a sus principios, aunque sombrío luzca el panorama, aunque nos parta el alma tanta falsedad, tanta confusión y tanta injusticia, porque necesario decir que aun en democracias funcionales pululan falsos demócratas que gobiernan con los votos. Así son los neoliberales quienes han avanzado en su ruin agenda de borrar la memoria histórica y heroica de nuestros pueblos, de nuestra juventud, para que no tengan idea de las aspiraciones bolivarianas y democráticas de nuestra América Latina y Caribeña. Por  eso mienten y esconden las verdades de la historia. Los Ortega-Murillo también lo hacen, cuando falsifican la Revolución de 1979. Le hacen creer a una juventud desprevenida que la Revolución fue obra, principalmente, de esta infausta pareja. ¡Cuánta mentira!

La cansona fraseología de Ortega perdió valor, su FSLN no es otra cosa que un recuerdo  traicionado, una hoja pálida y arrugada de otoño, y una confesión de neoliberalismo caudillista que hasta el 2018 florecía, como dije, con la complicidad de la COSEP y el alto clero cristiano.  Pero los pueblos no viven de frases y consignas ad nauseam. Al final, la jarana sale cara cuando todo se agota y no queda otra cosa que el desvarío de un autócrata que siente, en su imaginación, que sus gestos de caudillo han sido mal correspondidos. Pasa que a toda tiranía le gusta que le den las gracias y hoy, en Nicaragua, eso se acabó.

¿Cuánto desvarío se desenvaina cuando se despoja de la ciudadanía nicaragüense a centenares de hombres y mujeres de todos los estratos sociales e ideológicos? Porque ello viola las más elementales normas del derecho internacional y los derechos humanos. ¿Cuánta locura existe en la mente del dictador al declarar que existe de facto una “co presidencia” con su mujer, Rosario, y ordena al Dr. Gustavo Porras Cortés, presidente de la Asamblea Nacional, legalizar dicho capricho? Jueces y legisladores se desempeñan a la sombra de un pequeño Stalin tropical que se mece entre la calaverada y la psicosis.  ¿Cuán vesánico fue montarle un juicio exprés al obispo Álvarez de cara a un pueblo católico devoto a sus tradiciones? ¿Quién ganó, quien perdió?

La liberación de los prisioneros políticos significa una victoria de la libertad y una derrota para el régimen. Las sanciones que el imperialismo le ha impuesto causan desasosiego entre policías y militares. Debe saberse que una parte sustancial del fondo público de inversiones del Ejército de Nicaragua (pensiones), administrado por el Instituto de Previsión Social Militar (IPSM), se maneja a través de Wall Street.  Y este hecho causa mucha inquietud entre los militares y altos mandos policiales, así como excesos paranoicos en la dupla presidencial.

De hecho, los altos mandos castrenses tienen sus pasaportes bajo custodia temiendo el régimen posible escapadas al extranjero. ¿Por qué el general en retiro, Adolfo Marenco Corea, exdirector de Investigación e Inteligencia de la Policía se encuentra hoy detenido en el Chipote?  Pero hace 2 meses, previo a la liberación de los 222 prisioneros, un hecho dio motivo a interrogantes y tal fue la visita a Costa Rica de un senador estadounidense, Christopher Dodd, asesor especial de Biden para las Américas, ocasión en la que se reunió con el mandatario costarricense. ¿Pero, se reunió también por aparte con Humberto Ortega? ¿Busca el imperio negociar la salida del dictador?  Es muy posible que ello sea cierto, pues no habría mejor interlocutor que el hermano del sátrapa. ¿Y quién mejor que Dodd que desde el senado se opuso a Reagan y a sus contras?  Para muestra un botón: la entrevista hecha por el periodista Andrés Oppenheimer al referido Ortega y que es de fecha reciente.  ¿Desencadenó esta cita la liberación de los presos?

El dictador niega toda insinuación de concesión o negociación, pero es de esperar dicha respuesta, porque él no puede lucir débil o en desventaja ante casi nadie.  Sin embargo, las complicaciones se juntan: hace unos días Naciones Unidas acusó al régimen de “crímenes de lesa humanidad”. Dicho informe se presentó en Ginebra y reclamó sanciones internacionales. Además, vale recordar que dichos cargos son imprescriptibles. Nota aparte:  es vergonzoso que este tipo de investigaciones no se propongan para juzgar criminales como George Bush y Toni Blair quienes, desde sus mandos políticos, mintieron y ordenaron una guerra genocida contra el pueblo de Irak.  Sin embargo, a pesar de lo selectivo que es este procedimiento, no por ello descalifica lo actuado contra la dupla Ortega-Murillo y su entorno.

Segunda parte

La izquierda socialista latinoamericana se ha distanciado, mayoritariamente, de la dictadura orteguista y hasta la condena.  La tiranía desdibuja la gloriosa resistencia de Sandino contra la invasión yanqui y sus racistas “marines” y encapota la memoria histórica y heroica de la Revolución de 1979.  Todo esto sepulta la tiranía orteguista que no tiene una coma de sandinista ni de socialista. Reflexiono: no puede haber antiimperialismo, ni anticolonialismo, ni antirracismo, ni revolución social para los excluidos, sin amplias libertades ni estado de derecho: en una frase, sin democracia.

Seamos claros: la autoridad moral de nuestros gobernantes debe provenir de la coherencia democrática, de su cohesión e institucionalización, de su encarnación en el tejido social, y sí, al estilo mexicano de Andrés Manuel López Obrador, quien reconstruye  un país que recibió destruido, quien con autoridad moral ha defendido a Pedro Castillo, víctima de una farsa orquestada desde la embajada gringa junto a los oligarcas criollos; y hay que tener autoridad moral y credenciales democráticos para denunciar a Hillary Clinton por haber alentado el golpe de estado contra Mel Zelaya, o, para señalar a la  DEA y al Departamento de Justicia por su involucramiento en la sucia e inventada guerra contra el narco durante el sexenio de Felipe Calderón y que costó 120.000 muertos y más de 20.000 desparecidos.

¿Va Naciones Unidas a investigar al expresidente mexicano por crímenes de lesa humanidad porque, a decir verdad, sus manos están manchadas de mucha más sangre y terror que las de Ortega? Porque si las de Ortega representan ríos de sangre, las de Calderón exhiben un océano de crímenes de lesa humanidad.  No solo es en Nicaragua donde debe exigirse justicia, pero también en otras latitudes de nuestra América, como en Perú, frente a Dina Boluarte quien se ha ensañado contra el pueblo, matando indígenas y campesinos. Es obvio que la democracia se encuentra en crisis, pero no se vale renunciar a ella.

Y es con base en la democracia lo que puede permitir la unidad de la Américas oprimidas: la hispana, la brasileña, y la del Caribe multicolor, que tanta falta hace para sacudirnos de la doctrina Monroe y del capitalismo salvaje y extractivista que saquea nuestros recursos.  Hay que convertir a nuestras democracias en democracias soberanas donde imperen la libertad, la justicia y el estado de derecho. Solo así, unidos, conformando un gran bloque regional, podremos hacernos frente al hegemonismo tecnológico y extractivista de Estados Unidos, Europa y China, factores que producen relaciones comerciales injustas tanto como deformaciones sociales. Solamente unidos podremos extender un poderoso abrazo solidario a las minorías oprimidas que habitan Estados Unidos y Canadá, solo unidos podemos ser una voz poderosa en favor de la libertad de Julian Assange, el prisionero político más vejado por el imperio y la derecha británica.  Y por esa misma razón, la tiranía de los Ortega-Murillo constituye un obstáculo para la liberación latinoamericana y caribeña del yugo neocolonial, venga de donde venga.  Se trata de una lucha sin fin.

(*) Allen Pérez es Abogado

 

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4 COMENTARIOS

  1. Contra Ortega y Murillo.Contra la presidenta del Peru.A favor de Cuba,a favor de Venezuela,a favor de AMLO,
    de Lula y Kirchner.Si todos son lo mismo Allen !!! .Vos sentado en Massachussetts cuna del imperialismo y la oligarquia norteamericana,con buena calefaccion,le echas la culpa a tus anfitriones y caseros.Que no te das cuenta que eso de la igualdad y la lucha contra la pobreza de estos tus proceres,no es mas que «quitate vos para ponerme yo » . Ubicate hombre o baja la calefaccion que te vas a quemar !

    • Tamba, vos sos un agente de la dictadura y también un envidioso de mis riquezas. Ni anfitriones, ni caseros, pertenezco por derecho propio a lo mejor de Estados Unidos, a lo realmente democrático de esta gran aventura que se llama Estados Unidos. ¡Te carcome tu servidumbre mental!

      • Me das la razon Allen,sos un norteamericano por decision propia.Ahora bien hiciste juramento ante la bandera de las rayas y estrellas de tu lealtad y a luchar por sus principios.Entonces no seas tan hipocrita ,renuncia ante el pais que te alberga, y si tanto repudias establecete donde te guste.

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