Washington, 8 abr (Prensa Latina) Como una jornada para reflexionar acerca de los riesgos e impacto de los transgénicos en la dieta alimenticia y en el medioambiente, se celebra hoy el Día Internacional de oposición a este tipo de alimentos.
Dichos productos transgénicos, también conocidos como Organismos Genéticamente Modificados (OGM) son aquellos elaborados a partir de un organismo modificado, gracias a la ingeniería genética y la biotecnología vegetal.
Estos alimentos poseen un ADN transformado, producto del uso de genes de otras plantas o animales. Entre los cultivos de OGM se destacan: maíz, soja, canola, papas, tomates, arroz, algodón y álamos; también carnes, aspartame (compuesto transgénico utilizado como sustituto del azúcar) y leche. Se estima como antecedente esencial la creación de la primera planta genéticamente modificada en el año 1986, por la empresa multinacional Monsanto.
En 1994 la compañía biotecnológica Calgene generó el primer alimento modificado genéticamente: tomates Flavr Savr.
Para el año 2014 el cultivo de alimentos transgénicos se extendió en unos 28 países, estimado en un total de 181,5 millones de hectáreas.
Entre los beneficios de los OGM se encuentran: mayores propiedades nutricionales y crecimiento de las plantas, resistentes a condiciones climáticas adversas y a las plagas de insectos, requieren menos uso de pesticidas, y algunos alimentos medicinales pueden ser utilizados como vacunas y otros medicamentos.
Los principales riesgos o desventajas de los alimentos transgénicos son: uso continuo de los suelos sin rotación, generando degradación y compactación de los mismos; aplicación de fertilizantes químicos, agrotóxicos y herbicidas altamente contaminantes, desplazamiento de cultivos tradicionales, y reacciones alérgicas y tóxicas por su consumo.
Ante los debates sobre la temática, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento donde indica que los distintos alimentos genéticamente modificados, y su inocuidad, tienen que evaluarse caso por caso.
“Los OGM que pueden obtenerse en el mercado internacional han pasado evaluaciones de riesgos, y no es probable que presenten peligros para la salud humana. No se han observado efectos en la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos por la población general en los países donde éstos han sido aprobados”, señaló la entidad.
Sin embargo, la OMS desempeñará un papel activo con respecto a los alimentos GM para velar por que la salud pública pueda beneficiarse tanto como sea posible de la nueva tecnología y para asegurarse de que la salud no se verá afectada por el consumo de esos productos.
Gracias por marcar la importancia del día de oposición a los alimentos transgénicos. Justo en este día 21 organizaciones canadienses firmaron una carta que será enviada a la Ministra de Comercio Internacional llamando su atención a los resultados de estudios científicos recientes sobre los riesgos asociados con el uso de OMGs y el herbicida glifosato. Al contrario a lo citado en este artículo del documento proveniente de la OMS, si se han observado efectos de OMGs (tolerantes a los herbicidas a base de glifosato) sobre la salud humana. Para los interesados vale la pena ir a página de la CONACYT (máximo organismo científico del gobierno de Mexico) que ha publicado una extensa base de datos sobre los riesgos del maíz transgénico y el glifosato con 28 páginas de citas. Y además el 29 de marzo 2023 la CONACYT patrocinó un ‘webinario’ de más de 2 horas con eminente científicos mexicanxs como respuesta a Canadá y EEUU que alegaban que Mexico no tenía respaldo científico por su anunciado Decreto para eliminar el maíz genéticamente modificado y el glifosato. En este ‘webinario’, por ejemplo, el scientista Alejandro Espinoza Calderon , director de la agencia de bio seguridad mexicana Cibiogem, explica que, “Mexico tiene una rica fuente de excepcionales variedades de maíz en excelentes estados de salud. Es muy alarmante encontrar que 90 por ciento de las tortillas demuestran residuos de glifosato y de organismos gene-editados.”
De hecho países como Canadá y EEUU deberían de seguir el ejemplo de Mexico al adoptar el principio de precaución en relación al uso de transgénicos y plaguicidas.