Columna Poliédrica
¿Quiénes son los costarricenses que están inseguros? ¿Los que viven en las modernas abadías, en condominios cercados con altas murallas y en lugares empinados, o aquellos que viven en precarios o comunidades con calles públicas en las que circulan los sicarios? ¿Todos estamos inseguros o hay algunos que este problema les pasa de largo?
Las personas inseguras son las que deben ir a trabajar todos los días. Los que tienen que salir de donde viven, pagar peajes a las bandas que controlan el precario o comunidad donde viven, para luego ir abordar el transporte “público” o en su defecto el privado, para poder llegar a sus trabajos. En contraste, hay personas que no salen a trabajar porque reciben en sus cuentas bancarias los dividendos de sus empresas, las ganancias de sus inversiones, inluso, muchos nunca se han montado en un bus o en un taxi, es decir, la inseguridad dificilmente los alcanzará en sus torres de marfil.
Hemos llegado al extremo que existen costarricenses de primera, segunda y hasta tercera categoría. No es lo mismo vivir en el Condominio Monterán o el Condominio Eco Residencial Villareal, ubicados en Tres Ríos y Santa Ana respectivamente, que residir en comunidades como Rincón Grande de Pavas o Pueblo Nuevo de Curridabat; en el primer caso, los problemas de seguridad no existen, en el segundo caso, ese es el pan nuestro de cada día para las personas que viven en esos lugares.
Los miembros de los supremos poderes y muchos empresarios tienen seguridad personal. Hay casos tan extremos como el del Presidente de la República que es custodiado con armas de grueso calibre, pasando por empresarios que cuentan con guardaespaldas privados; en otras palabras, como se puede observar, la inseguridad de la que tanto se viene hablando, no afecta a todos de la misma manera y eso incluye también a los dueños de los medios de comunicación.
Se trata de un problema que afecta una de las funciones fundamentales del Estado. Teóricamente los miembros de una sociedad ceden parte de su soberanía individual al Leviathan hobbsiano, para que por medio del uso legítimo de la fuerza, se brinde la seguridad que los ciudadanos requieren; sin embargo, cuando el Estado se vuelve incapaz de ejercer esta función, se corre el riesgo de entrar en lo que muchos denominan un Estado fallido.
La situación que estamos viviendo la mayoría de costarricenses se veía venir desde hace un tiempo. Se advirtió que los grupos del crimen organizado se aprovecharían de las ineficacias del Estado, para imponer sus normas con base en la fuerza que ejercen sobre las personas que viven en los territorios que controlan; a lo anterior se suma los vacios y ventajas que el ordenamiento jurídico tiene y que son aprovechados por estos grupos para quedar impunes o para lograr beneficios en relación con las penas que se les impone.
Esta realidad que estamos viviendo, es la excusa que han usado en otros países para establecer un régimen despótico, de fuerza y en el que salta por los aíres la institucionalidad democrática. Esperemos que la institucionalidad que se fue construyendo después de la segunda mitad del siglo XX, resista esta prueba a la que está siendo sometida en los últimos años.
(*) Andi Mirom es Filósofo
No Andi, no andes filosofando tan a la ligera: la inseguridad nos rodea a todos; aquellos que nombras seguros por vivir en lujosos condominios, esos también salen. De este desmadre: hijo putativo de los políticos que lo introdujeron; la libreta de Caro y un magistrado, etc mejor no crea todo.
Y cómo proponés que la «institucionalidad» ofresca resistencia? No, es la sociedad la que tiene el deber de construir una institucionalidad al servicio de todos, la mayoría y las minorías, y en ese proceso estamos, con dificultades a superar a lo externo y vencer a lo interno.
Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de éste medio de comunicación.
Costa Rica es de unos cuántos, en otras palabras, los que tienen el poder.
Y el pueblo debe de seguir sufriendo ésta inseguridad, es triste y lamentable.
Gran tragedia, común a otros países vecinos de la región. Es un fenómeno globalizante que apunta a la extrema pobreza, a las extremas desigualdades y a los límites de la responsabilidad del Estado (donde no es capaz de crear prosperidad, solidaridad ni seguridad colectiva). Sin recursos, sin competencias, no hay otra vía que la del combate, lamentablemente.
No conozco pais del mundo donde no exista el mismisimo analisis en seguridad, y si quiere agreguele : educacion,salud, entretenimiento,dieta,transporte.Ese es el mundo en que vivimos.
La culpa de la inseguridad es del gobierno y de los jueces que dejan libre a los maleantes , del gobierno porque no les da la gana de construir cárceles , El salvador nos han enseñado con Bukele un ejemplo de que si hay voluntad se puede encerrar a todos esos delincuentes, tanto extranjeros del narco ,como los maleantes nacionales , No hay escusas para defender a un gobierno mediocre , falto de voluntad y amor al pueblo , EL GOBIERNO ES EL CULPABLE DE TANTA INSEGURIDAD.
Todo comenzó con la libreta robada (8 páginas) al narco mexicano Rafael Caro Quintero: ahí se llevó el diablo este país, era Presidente Oduber y Fiscal F Cruz. Lo demás fue soplar y hacer botellas.
La mafia política es mas peligrosa que los maleantes de la calle , nunca se me va a olvidar que los políticos del gobierno pasado cometieron genocidio ,inoculando venenos tóxicos experimentales , Creer que un gobierno nos pueda proteger , es como creer que el diablo nos va a rezar el rosario.
Si lo que se ocupa para que los ciudadanos decentes vivamos en paz es un Bukele tico… Pues bienvenido sea. No se los demás, pero yo estoy cansado de las políticas de este país en el que se protege a inmundos como el «papá» de la niña desaparecida y se catiga al pueblo. Bukele tico ya!