¡Qué fácil resulta ser bondadoso con la plata que no es de uno! Eso es exactamente lo que le pasa a don Rodrigo Arias, de antecedentes de sobra conocidos. Resulta que este impulsor del régimen de mercado libre anda proponiendo ahora una pensión universal de 82.000 pesos a todos los mayores.
El país cuenta ya con el Régimen de Pensiones no Contributivas (RNC) a un costo aproximado de 190.000 millones de colones, los cuales son cubiertos por el presupuesto nacional, es decir, no son un costo para la CCSS.
Sería fantástico poner universalizar ese servicio, como se hizo hace medio siglo con la universalización de los seguros de salud. Pero sería un desastre, otro más, hacerlo a costa de los dineros de la Caja, como en esencia se hizo con esa reforma de hace medio siglo. Y eso es lo que propone el representante de los Arias.
El presidente del parlamento propone que esa medida se financie quitándole a la Caja aportes que por ley tiene que pagarle el estado, agregándole el 15% de las utilidades de las entidades públicas, que ya son patrimonio de la Caja. Adicionalmente, propone meter mano en los ahorros de los trabajadores cercenando dineros del Banco Popular.
De las exenciones fiscales, esas que han crecido como la espuma durante su periodo como presidente del Congreso y que representan decenas de miles de millones regalados, de eso no dice una palabra. Tampoco de la evasión fiscal, que según el mismo presidente Chaves alcanzan las vergonzosa suma de 1,2 millones de millones anualmente. Eso es sagrado y lo sagrado no se toca.
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, inspirados por la estrella del Banco Mundial, se la tienen jurada a la Caja. Su objetivo es acabar con ella, con todo el sistema de salud pública y son el sistema de pensiones. Por ello buscan debilitarla por todos los medios y este del señor Arias es uno de ellos.
Una pensioncita de 82.000 colones es muy útil para un adulto mayor, pero evidentemente no lo saca de la pobreza, pues esa cifra está por debajo de la línea de pobreza ,que ENAHO calcula en 120.000 colones per cápita.
No lo pensiona, pues él tiene que seguir bregando para arrimar a su frugal manutención. Decir lo contrario, como hace el señor Arias, es hacer demagogia. Lo que toca es fortalecer la CCSS para aumentar esas pensiones.
Una pensioncita de 82.000 colones es muy útil para un adulto mayor, pero evidentemente no lo saca de la pobreza.
Pero hay más. Según datos de la Caja, la pensión promedio de sus 337.000 beneficiario alcanza apenas 350.000 colones mensuales. Se supone que de cada pensión se benefician tres personas. Eso quiere decir que el promedio de los pensionados de la Caja recibe una cantidad de 116 mil colones por persona, menos que esos 120.000 colones per cápita que definen la línea de pobreza.
El matemático y actuario Rodrigo Arias afirma que hay 141.824 pensionados reciben una pensión entre 100 mil y 200 mil, mientras que otros 51.565 reciben 100.000 o menos.
Esa es la realidad de las pensiones del IVM, y lo es con los aportes escuálidos y nunca pagados a tiempo del estado. ¿Qué va a pasar cuándo le quitemos parte de esos recursos?
Pues sencillamente que la pensión solidaria o no existe o es anodina, y entonces para sobrevivir hay que recurrir a lo privado.
O simplemente se muere en la indigencia. Eso mismo sucederá con la salud. Por eso aquí la alternativa es Caja o ataúd. No sé ustedes: yo escojo la primera.
(*) Manuel Delgado-Cascante, periodista y escritor.
