Ciudad de México, 12 may (Sputnik).- El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) instaron este viernes a países como EEUU y México adoptar un «enfoque colaborativo» para una mejor respuesta a los movimientos de refugiados y migrantes en las Américas.
Ambas organizaciones internacionales expresaron su preocupación por las nuevas restricciones «que afectan el acceso al asilo tras el levantamiento, largamente esperado, de la orden de salud pública del Título 42 por parte de Estados Unidos».
Al mismo tiempo, la OIM y Acnur «ven con beneplácito» las iniciativas positivas para ampliar el reasentamiento y otras vías de acceso regulares en la región en un documento denominado «Las Américas en una encrucijada»
El número de personas que se acercan a la frontera estadounidense aumentó en los últimos años, y la mayoría de las personas en situación de movilidad humana en las Américas sigue siendo acogida por países de América Latina, reseña el informe conjunto.
«Una respuesta más eficaz demanda un esfuerzo de colaboración por parte de los Estados y otras partes interesadas para ampliar el acceso a la protección y al asilo y las vías regulares de migración, al tiempo que se fortalecen las soluciones», recomiendan las instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con el final de la vigencia del Título 42 que EEUU aplicó durante la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, desde el 11 de mayo aplica otra norma, el llamado Título 8.
Durante décadas esa legislación estadounidense prohíbe la migración ilegal, y Washington implementa nuevas medidas de control para rechazar las solicitudes de asilo que se presenten en la frontera con México.
Crisis internacional
Las dos agencias de la ONU señalan en un informe emitido en Ginebra que ningún país puede resolver de forma aislada los retos que suponen los movimientos de refugiados y migrantes.
«Sólo se pueden lograr avances efectivos realizado esfuerzos conjuntos para abordar las causas del desplazamiento y de la migración irregular; apoyando a las comunidades que acogen a la mayoría de las personas desplazadas», señala el informe
Recomienda brindar acceso a «procedimientos de asilo justos y eficientes y a otros mecanismos de estancia legal»; y facilitar el acceso a vías seguras y regulares como alternativas a viajes peligrosos.
La OIM y Acnur consideran que la iniciativa de EEUU de ampliar el reasentamiento para las personas refugiadas y otras vías de acceso regulares «es un paso positivo que puede ofrecer alternativas reales a personas desesperadas que arriesgan sus vidas para encontrar seguridad y soluciones».
Esos programas de reasentamiento, reunificación familiar, patrocinio humanitario y movilidad laboral «pueden salvar vidas y proteger a las personas de la trata, el tráfico, y otras formas de violencia», prosiguen las agencias de la ONU.
También pueden apoyar a las economías nacionales que se enfrentan a escasez de mano de obra.
Sin embargo, esas medidas no pueden sustituir a «la responsabilidad de los Estados de garantizar a las personas el acceso al territorio y a los procedimientos de asilo», advierten.
Las restricciones que obstaculizan el ejercicio del derecho humano fundamental a solicitar asilo «son inaceptables y contrarias a las obligaciones internacionales de los Estados».
Por lo tanto, la norma del Título 8 adoptada por el Gobierno estadounidense, «es incompatible con los principios del derecho internacional de los refugiados».
La OIM y ACNUR también resaltan que cualquier acuerdo entre Estados sobre retornos debe garantizar que se resguarde el principio de no devolución, es decir, «la prohibición del retorno forzado de personas a situaciones en las que su vida y su seguridad están en riesgo».
Finalmente exigen que se respete el Pacto Mundial sobre los Refugiados, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, y la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección.
EEUU expulsó a más de 2,8 millones de migrantes desde marzo de 2020 mediante Título 42, desde marzo de 2020 hasta el mismo mes de este año 2023, informó el Gobierno de México.
Por primera vez, desde que comenzó la crisis, México reveló el 10 de mayo que de todas las expulsiones más de 1,6 millones fueron personas de nacionalidad mexicana, es decir alrededor del 57 por ciento del total o casi seis de cada diez, cifra que revierte la tendencia a la baja que prevaleció casi dos décadas. (Sputnik)
Si Costa Rica, exponencial y comparativamente a su población hubiese brincado con cientos de miles de problemas sociales que hemos recibido, ACNUR y estos organismos nos habrían cocinado vivos. Claro, escoger la raza y dar prioridad a los blanquitos es lo normal con los europillos. Y esto nos está sucediendo por cuanto las políticas económicas y avance en nuestra América están por los suelos y sus gentes más pobres, perseguidas, necesitadas, urgen buscar mejorar su entorno familia. La opción Costa Rica para la exportación orteguista de graves problemas en salud, mental, miseria y hambre resulta viable a los nicaragüenses, pero el costo económico a CR es inconmensurable. Esos entes internacionales envían unos cuantos billetes y con ello debe nuestro sistema hacer la multiplicación de los panes. Ese lastre es una provocación para evitar que seamos un ejemplo en muchos aspectos de seguridad social. Lo estábamos logrando, pero los vendidos de siempre, los políticos, impidieron esa evolución. Se debe cambiar y ser rigurosos en cuanto a migración y refugiados como EEUU lo hace. No somos ricos para soportar tanto problema foráneo, que el istmo contiene. La virgen no está para semejantes y costosos tafetanes.