Juba, 27 may (Prensa Latina) Hambrientos, sedientos y aterrorizados miles de sudaneses cruzan hoy las fronteras entre su país y Sudán del Sur huyendo de la muerte que siembra la guerra civil en su país.
A casi una semana de la firma de una tregua entre el general Abdel Fattah al Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición (CST), y el caudillo de la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), general Mohamed Hamdan, sus leales combaten como el primer día en Jartum y otras ciudades.
Un breve respiro en los combates con artillería pesada, aviación y blindados en medio de zonas residenciales, permitió a miles de personas salir de sus casas donde estaban encerrados desde el inicio del conflicto sin víveres ni agua potable y bajo un calor de suplicio.
Hasta el momento el número de muertos, en su mayoría civiles no beligerantes, es del orden de los 863 y los heridos sobrepasan con creces los cinco mil, según los reportes del gremio de médicos cuyos miembros se las ven y se las desean para cumplir el juramento hipocrático.
Testimonios de los desplazados hablan de sus sufrimientos durante los combates y del desconcierto ante un futuro incierto ya que la guerra entre ambos hombres no muestra indicios de llegar a un fin debido a la negativa de ambas partes a negociar con la otra.
El conflicto estalló por las diferencias entre al Burhan y Hamdan sobre la incorporación al Ejército, leal al CST, de los efectivos y las armas de las RSF, según versiones de medios en la capital sudanesa, aunque otras consideran que existen intereses regionales y, sobre todo, una lucha por el poder.
En tanto, la agencia de la ONU encargada de las migraciones advirtió que carecen de los recursos indispensables para asistir con ayuda humanitaria a los sudaneses desplazados.
Están muy hambrientos, sedientos y cansados (…) necesitan comida, agua, atención médica; necesitan de todo, dijo a la prensa una fuente de la Organización Internacional para la Migración de la ONU.
A la tragedia se suma la dramática situación en el país anfitrión, Sudán del Sur, recién salido de una guerra de tintes étnicos y trasfondo político y llegado a la independencia, tras separarse de Sudán, en condiciones de indigencia en términos de infraestructura y económicos en general.
Junto a ello sufre una devastadora sequía que abarca a otros estados del este africano, también aquejados de males parecidos.
