sábado 27, abril 2024
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La IA como instrumento de desarrollo humano

Como he estado leyendo sobre el miedo a la inteligencia artificial, de varias fuentes, desde charlatanes hasta especialistas en informática. Mi interés en el tema no era tan interesante, porque primero que nada creo en la capacidad humana para tener “malicia”, cosa que no logran hacer las computadoras, que por lo general dan respuestas claras a preguntas claras.

Comenzaré por referirme a un libro no tan conocido, que tiene cuatro o cinco mil años de existir, nacido en la refinada cultura china, un libro conocido como “Libro de los cambios” o “Libro de las mutaciones”, para la cultura china, lo eterno está perennemente en movimiento, lo estático es fugaz. Existen muchas traducciones, incluso una muy interesante traducida del chino antiguo al castellano hace pocos años, pero la que ha sido más elogiada es la de Richard Wilhelm, un misionero alemán, teólogo y sinólogo. Esta versión ha sido traducida a muchos idiomas, por esa razón es un referente. Ahora bien, es posible que usted se pregunte qué relación hay entre la IA y el I Ching. Pasaré a explicarlo del mejor modo posible. El libro en ciernes, se comporta como el código binario, es decir lo que se creó hace poco, el lenguaje informático, ya los chinos lo presentían claramente hace cuatro mil años.  Los occidentales llegamos siempre tarde a la sabiduría, posiblemente por estar llenos de prejuicios. Avicena (Abd Allāh ibn Sĩnã), médico árabe del año un mil, formador de médicos brillantes en toda Europa, quien en su escuela admitía árabes y judíos, no cristianos. Tuvimos que continuar muchos siglos causando mucho daño en la medicina por no seguir los consejos de Avicena.

Regresemos al I Ching, su función es sapiensal y oracular, esto último fue utilizado por Carl Gustav Jung por treinta años en su consulta de psiquiatría, con resultados asombrosos. Yo comencé a interesarme en ese libro hace unos treinta años o más, aunque lo vi como un libro de sabiduría, que si se le hacían preguntas concretas, daría respuestas asombrosas, creo que va de la mano con la evolución mental del usuario. Me puse a leerlo y leer sus abundantes críticas, su sabiduría está en relación directa con las consultas si están correctamente formuladas, mediante la utilización de monedas (nunca usé los 50 tallos de tallos de milenrama) se formulan las seis preguntas y las respuestas nos darán uno de los 64 hexagramas, estos tienen varias respuestas, son ellos los que responden correctamente.

Ahora bien, regresemos a la computadora (ordenador para los españoles), ha dado una vuelta al pensamiento humano como no se veía desde Gutenberg y la imprenta (que los chinos descubrieron muchos siglos antes) ésta trajo una “democratización” de la cultura nunca antes vista. El conocimiento se salió (dichosamente) de las universidades y se echó a las calles, de pronto llenó al mundo de datos antes difíciles de conseguir, recuerdo los dolores de cabeza buscando en la biblioteca de la universidad y después del hospital San Juan de Dios y Nacional de Niños, enfermedades y técnicas quirúrgicas más o menos recientes; luego la lectura diaria de las Revistas Especializadas. Luego la internet trajo el conocimiento de golpe y porrazo a mi mano a través de mi teléfono celular. Es la marcha de la vida humana, fue como un encuentro entre un Sapiens sapiens y un Neanderthal, sólo imaginemos ese día de hace 40.000 años, debió trastornar todo lo que esos dos grupos conocían, sabían y aceptaban.

A raíz de leer sobre tanta preocupación acerca de la Inteligencia Artificial, me introduje en ella, probé hasta la náusea y si, es muy interesante pero no excluye la racionalización del conocimiento, si bien la capacidad de respuestas (casi siempre aleatorias) es veloz, su posibilidad no excede la razón del pensamiento abstracto, la computadora posee pensamiento concreto en tanto que son datos introducidos por una o muchísimas mentes humanas, la interpretación es una mezcla de pensamiento abstracto y datos concretos. Repito, estoy apenas recorriendo ese fantástico mundo de la IA, pero ya no existe temor, al contrario esto traerá una mayor capacidad de desarrollo humano. Quizá muchas personas sintieron aprehensión, pero eso mismo sucedió con las video llamadas al principio, hoy es moneda de curso común para las mayorías.

“No temamos que las estatuas de nuestros maestros caigan sobre nuestras cabezas” F. Nietzsche

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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