Ciudad de Guatemala, 23 jun (Sputnik).- Guatemala vive un proceso bastante atípico de cara a las elecciones generales del 25 de junio, por la judicialización de varios casos puntuales en momentos pocos oportunos, dijo a la Agencia Sputnik el académico Jahir Debroy.
«Se llegó al punto de impedir la participación de varios candidatos a puestos de elección popular, desde las presidenciales, pasando por diputaciones y corporaciones municipales (alcaldes, síndicos y concejales)», expresó Debroy, máster en Políticas Públicas por la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
El catedrático alertó sobre el impacto de las exclusiones de los presidenciables Carlos Pineda (Prosperidad Ciudadana), quien encabezaba los sondeos de intención de voto en mayo último, así como la líder maya-man Thelma Cabrera (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) y el empresario Roberto Arzú (Podemos).
Debroy consideró que muy pocas encuestas serias permitirían tener una idea de lo que pasará el próximo domingo, aunque no descartó sorpresas para una potencial segunda vuelta.
«Tendremos, además, un evento postpandemia, con un actual rebrote de casos, que podría justificar la inasistencia a las urnas de la población, lo cual no aportaría al proceso democrático del país», agregó.
Respecto a las votaciones por la lista distrital (departamentos) y para corporaciones municipales, Debroy advirtió sobre la amplia participación de candidatos abiertamente ligados a temas de crimen organizado y narcotráfico.
«Ello dificulta que se perciban cambios positivos para la nación, al menos, en el mediano plazo», comentó.
Gobernanza y cooptación
Según su análisis, quien resulte electo para encabezar el Ejecutivo tendrá una difícil relación con un Congreso que se percibe altamente fraccionado, y con alcaldías sin mayor afinidad a un proyecto político de Estado.
El consultor en temas sociopolíticos mostró esperanza en que la mayor parte de la población pueda asistir a las urnas, aunque descartó que el propio sistema de partidos se caracterice por el desempeño y la presentación de candidatos idóneos en distintas etapas.
Señaló que otro factor atípico en las décimas elecciones desde el retorno de la democracia a Guatemala es la abundancia de candidatos abiertamente relacionados con el crimen organizado y el tráfico de drogas.
«Podremos ver, lamentablemente, narcodiputados para este próximo periodo y alcaldes que se declaran como narcotraficantes, lo cual repercute de manera seria en el diseño de Estado y tiende a generar una ausencia de proyecto de país democrático», estimó el también doctor en Administración y Políticas Públicas.
Debroy dijo a esta agencia que observa muchas posibilidades de que la administración pública sea cooptada por el crimen organizado, «lo cual sería muy lamentable, porque hemos visto en detrimento la institucionalidad pública en los últimos años y esto sería como la guinda al pastel», aseveró.
Cerca de 9,4 millones de guatemaltecos están empadronados para elegir este 25 de junio al presidente y vicepresidente de la República, 160 diputados al Congreso, 340 alcaldes y 20 miembros del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Si ningún candidato consigue la mayoría absoluta de votos ese día, habrá una segunda vuelta el 20 de agosto de 2023. (Sputnik)
