viernes 3, mayo 2024
spot_img

Costa Rica celebra aniversario de las esferas de piedra como Patrimonio

San José, 23 jun (EP/PL).- Una muestra fotográfica sobre juegos ancestrales, música y artesanías abrió hoy los homenajes por el noveno aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad de los sitios de esferas de piedra, símbolos ticos.

El 23 de junio de 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) eligió al conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís como Patrimonio de la Humanidad, por su valor universal y excepcional y una manifestación artística por excelencia de la escultura precolombina.

Los cuatro sitios emplazan más de 500 petroesferas, ubicadas en el sur de esta nación centroamericana, en la llanura aluvial del Delta del Diquís (confluencia del río Sierpe y el río Grande de Térraba), en la península de Osa y en la Isla del Caño.

Batambal, Grijalba-2 y El Silencio, todos ubicados en el cantón de Osa, en el Pacífico Sur, así como Finca 6, la única abierta al público, son consideradas únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales.

A juicio de especialistas, su gran valor radica en su manera de confeccionarlas por las sociedades autóctonas de forma casi perfecta, con acabados muy finos en muchos casos, y con tamaños que van desde los pocos centímetros a cerca de 2,6 metros de diámetro.

Como parte del homenaje, el Museo Nacional abrió la muestra Memoria Brunca: Cagrú^Rojc (Boruca y Rey Curré) del fotógrafo costarricense José Díaz, con 17 imágenes sobre la evolución del juego de los diablitos a través de los últimos 20 años, una costumbre de esa comunidad que se dedicó a la fabricación de las esferas de piedra.

Es una tradición ancestral de los pueblos originarios de los territorios de Rey Curré y Boruca, donde un grupo de hombres recrean durante tres días, la lucha a muerte entre el invasor español, representado por el toro, y la comunidad indígena, por los diablitos, que cubren sus rostros con la máscara boruca, tallada en madera.

La puesta en escena de la pieza teatral El Señor Sol y los Niños Huracanes, espectáculo interactivo de Lunayena títeres y una presentación a cargo de la Banda de Conciertos de San José se suman a las propuestas del homenaje.

Noticias de Interés

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias