Ciudad de Guatemala, 26 jun (Sputnik).- El conteo inicial de papeletas avanza lentamente en los colegios electorales de Guatemala, donde todo indica que, de nuevo, será preciso un balotaje para definir al próximo presidente de la República.
«Guatemala llegó a estas elecciones con un sistema de partidos inestable y sin un ganador claro, y parece evidente que habrá una segunda vuelta, a no ser que surja una sorpresa muy grande», comentó a la Agencia Sputnik la observadora salvadoreña Ruth López.
Unas cuatro horas después de cerrados los centros de votación apenas había sido procesado una décima parte de las actas emitidas, que mostraban como puntera a Sandra Torres, de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE), seguida por Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla.
La irrupción de Arévalo sorprendía, porque las encuestas no lo daban como favorito para avanzar a un eventual balotaje: en segunda ronda, los sondeos ponían a Torres contra Zury Ríos, de Valor Unionista, o contra Edmond Mulet, de Cabal.
«Las características sociodemográficas de nuestro país nos llaman a la prudencia», comentó Arévalo en rueda de prensa al filo de las 22:00 hora local (04:00 GMT del lunes), a propósito del resultado parcial que lo ubicaba en segunda vuelta, el 20 de agosto próximo.
Las proyecciones indican, de momento, un abstencionismo cercano al 50 por ciento, esto es, la mitad o mas de los 9,4 millones de guatemaltecos empadronados para votar decidió no ejercer su derecho al sufragio, algo que se veía venir.
Varios analistas consultados con la Agencia Sputnik coincidieron en que la población guatemalteca no espera mucho de su clase política, y tampoco cree en las promesas de cambio hechas por los que finalmente pudieron contender, luego de las notorias exclusiones de candidatos.
Durante la jornada, el Ministerio Público registró un centenar de denuncias y 15 detenidos, pero la situación se volvió particularmente peligrosa en San José del Golfo, donde las elecciones fueron suspendidas debido a hechos de violencia.
Se dieron casos de «acarreos», esto es, personas llevadas a votar, enfrentamientos entre votantes y autoridades que acabaron con gases lacrimógenos, y quema de papeletas.
Aún así, la narrativa del oficialismo destacaba la «fiesta cívica» que vivió el país, mientras los guatemaltecos esperan empezar la semana con alguna noticia alentadora sobre su futuro, aunque sin hacerse demasiadas ilusiones. (Sputnik)
