domingo 28, abril 2024
spot_img

El cigarrillo como rasgo personal

Y el fumador como perfil…debería anotar.

Desde la época del auge hollywoodiense, el cigarrillo tomó lugar en la moda, hombres y mujeres, era en los cincuenta y sesenta una condición indispensable para lucir glamoroso(a).

Hacia principio de los setenta, fumar se consideró una causa de fibrosis pulmonar y enfisema pulmonar, la nueva generación de atletas comenzó a ver una asociación entre abstinencia al fumado y capacidad  respiratoria y esto llevaba a mejores niveles de competencia deportiva. Ser saludable se convirtió en un hito, ya entrada la década de los ochenta, además de existir evidencia de asociación entre tabaco y cáncer: “la moda es no fumar”, nació como eslogan y se fue introduciendo en la conciencia colectiva. La película, “the insider”, donde en un famoso juicio se condenó a las grandes tabacaleras estadounidenses, debido a la manipulación de la concentración de nicotina en sus cigarrillos, trajo una verdadera satanización del cigarrillo y el fumado, aunado a excelentes campañas de salud. Se fue viendo al fumador como un “apestado social”, a quien no se le daba cabida en ningún lugar.

Ambientes libres de humo de tabaco, eso era lo que querían las personas. En este tiempo se popularizó el “vapeador” o “cigarrillo electrónico” fue introducido entre los jóvenes como un símbolo de rebeldía, pese a que su uso es dañino para la salud, probablemente como el cigarrillo de tabaco, pues contiene nicotina que provoca taquicardia y crecimiento cardiaco: terreno ideal para muerte por infarto.

Hace pocos días estuve en una fiesta de jóvenes, se graduaban y observé esas caras lozanas y la algarabía, luego muchos de ellos sacaron sus vapeadores y consumían licores. Recordé cuando yo fui joven. Yo fumé muchos años y a los 41 años tuve un cáncer laríngeo, dejé de fumar hace 32 años y me da asco el olor a tabaco. La nicotina es “co-cancerígena”, es decir dispara un cáncer ahí donde exista la genética ideal, luego te llegará el enfisema pulmonar crónico obstructivo y una muy deplorable calidad de vida.

El fumador de cigarrillos tiene una mirada melancólica y triste, clásica, ignoro si es resultado del tabaquismo o al contrario una personalidad melancólica se inclina pronto por fumar. Le es indiferente la molestia que ocasiona a quienes le rodean, por la publicidad antitabaco se convierte en un paria de la sociedad y asoman sus rasgos sociopáticos, que no oculta al rehuir la sociedad para colgarse del cigarrillo. Lánguida su mirada, lanza volutas de humo y las sigue con sus ojos embeleñado: ahí está lanzando al aire su falta de dominio y adicción en sueños incorpóreos circulares (¡cuanto lo hice yo!).

El cigarrillo es un símbolo de protesta, inútil, pero protesta al fin, donde el único que se beneficia es el fabricante.

Yo he logrado entender que fumaba porque no sabía qué hacer con las manos, lástima que aprendí a pintar viejo.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

Noticias de Interés

2 COMENTARIOS

  1. Lamentablemente está perdido. Hoy como nunca antes los murciélagos fumadores pululan no importando los empaques, que más parecen tarjetas de Pokémon.

    Solo vaya, estimado autor, a cualquier «call Center» y los verá. Es espantoso

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias