domingo 28, abril 2024
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Consulta antiminera da esperanza a la reserva ecuatoriana del Chocó Andino

Quito, 4 jun (Sputnik).- Tras 15 años de resistencia, entre manifestaciones, juicios y escaramuzas, el colectivo ciudadano ‘Quito sin Minería’ ve con esperanza la consulta popular que han impulsado para frenar las concesiones mineras en el Chocó Andino, una de las siete reservas de la biosfera de Ecuador.

«Vamos a ganar con un amplio margen, porque la consulta popular se está convirtiendo en una bandera de esperanza y gratitud de poder tener futuro. Aquí no estamos buscando ni poder ni dinero, aquí lo que estamos buscando es vida», dijo a la Agencia Sputnik el biólogo Inti Arcos, uno de los impulsores de esta votación.

El 20 de agosto próximo, fecha de las elecciones presidenciales y legislativas anticipadas, los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito deberán expresarse en las urnas si están de acuerdo o no con la minería metálica a escala artesanal, pequeña, mediana o gran escala dentro del Área de Importancia Ecológica, Cultural y de Desarrollo Productivo Sostenible.

En el área del Chocó Andino viven unas 280.000 personas distribuidas en seis parroquias rurales que pertenecen a la provincia de Pichincha (norte), como son Calacalí, Nono, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, y en los cantones (municipios) de San Miguel de los Bancos y Pedro Vicente Maldonado.

Los gobiernos locales integran a la vez la Mancomunidad del Chocó Andino, una de las impulsoras de la consulta popular, que busca proteger lo que consideran «el pulmón de Quito».

Con 287.000 hectáreas, esta reserva representa el 83 por ciento del territorio pichinchano y alberga unas 617 especies de aves exóticas y otras disímiles de la fauna y flora en medio de bosques subtropicales, por donde todavía corren varios ríos limpios que entregan agua a varios conglomerados poblacionales.

«Si podemos visualizar un futuro en la vida de todos los quiteños y quiteñas, tiene que ser con la conservación de estos espacios. La gente tiene que estar consciente de que aquí se produce el agua, el oxígeno y la comida de la ciudad de Quito», señaló Arcos.

En la zona del Chocó Andino existen 14 concesiones mineras , de las cuales 12 están asentadas en la parroquia de Pacto, con el consecuente impacto en su urbanismo.

«La mayor cantidad de minas en el Chocó Andino están en áreas urbanas de Pacto, en la cabecera parroquial, sobre escuelas, colegios, iglesia, parque central, estadio y cancha de voleibol», aseveró Arcos.

Velando por el futuro

Para los ecologistas, todavía hay tiempo de evitar una catástrofe ambiental en el Chocó Andino e impedir con esta consulta que se pierdan algunas de las 270 especies de mamíferos reportadas allí, las 210 de reptiles, 250 de anfibios, más de 600 especies de aves y unos 3.200 tipos de de plantas, además del oso de anteojos, incluido en el Libro Rojo de Ecuador que recoge el listado de especies en peligro de extinción.

«Lo que perderíamos es uno de los lugares más megadiversos del planeta, donde viven especies en peligro de extinción como los osos de anteojos, las nutrias, especies endémicas como las palmas de seda, como el palmito de montaña, y, obviamente, además del paisaje, hay unos ríos hermosísimos que todavía corren libres y con agua pura como el Malpi, el Pachijal, el Alambi, y unos bosques que todavía contienen una biodiversidad que está amenazada y en peligro», dijo.

Varias asociaciones de paneleros, ganaderos, caficultores y cacaoteros se han sumado a las guardias de las comunas para frenar el ingreso de obreros a hacer minería.

A ellos les preocupa que las empresas hagan presión y busquen la manera de evitar que se apruebe esta consulta y por ello van a recorrer los barrios de la urbe ecuatoriana para llamar a votar «Sí».

Crecimiento y desarrollo

La Cámara de la Minería, por su parte, hará campaña por el «No», con una tesis en defensa de la minería legal y responsable en función del desarrollo de las comunidades, según anunció su presidenta, María Eulalia Silva.

Silva dijo a medios locales que de las concesiones mineras en el Chocó Andino, una sola corresponde a minería industrial pero está en una etapa muy preliminar de exploración, por lo que es difícil avizorar si será instalado un campamento en la zona para la explotación.

Ella considera que no es posible cerrarse a la minería legal porque ello le abriría las puertas a la minería ilegal, y mencionó que existe un reporte que en la actualidad hay explotación ilegal en al menos 20 de las 24 provincias del país.

Arcos, por su parte, asegura que seguirá su lucha porque les dejen a las 64 comunidades y 6 cabeceras cantonales como un territorio que puede apostarle a otro modelo económico más equilibrado.

«Quisiera que mi hija de 14 años pueda seguir disfrutando, ojalá, lo que yo disfruté de pequeño en este lugar y que se mantengan estos ecosistemas, pero, además, esa solidaridad de las comunidades que ha comenzado a perderse», aseveró.

Ahora sus habitantes serán quienes decidan en las urnas el modelo de desarrollo que desean para conservar la riqueza del Chocó Andino, que absorbe unas 250 toneladas de carbono de Quito y frena las amenazas del cambio climático. (Sputnik)

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