Washington, 18 Ago. (EUROPA PRESS) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado ante su homólogo surcoreano, Yoon Suk Yeol, y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, que se ha abierto una «nueva era de cooperación» para contrarrestar la influencia de China en la región del Indo-Pacífico y fortalecer la seguridad ante el desafío que supone Pyongyang.
«Estoy profundamente agradecido por su liderazgo, y espero trabajar con ustedes en esta nueva era de cooperación y que renovemos nuestra determinación de servir como una fuerza del bien en todo el Indo-Pacífico y, francamente, en todo el mundo», ha señalado Biden desde Camp David, donde se celebra la cumbre trilateral.
El presidente estadounidense ha alabado tanto a Yoon como a Kishida por su «coraje político», especialmente debido a las disputas territoriales e históricas entre ambos países debido a la indemnización solicitada por Seúl para compensar a las víctimas de trabajos forzados durante la época colonial japonesa en Corea.
Por su parte, Yoon ha recordado la cumbre de la OTAN celebrada hace un mes en la capital de Lituania, Vilna, un encuentro en el que coincidió con Biden, mientras que ha tildado de «histórica» esta cumbre trilateral.
«La sólida coordinación entre Corea, EEUU y Japón requiere bases institucionales más robustas. Además, los desafíos que amenazan la seguridad regional deben ser abordados a través de la construcción de un compromiso más fuerte de trabajo conjunto», ha agregado.
De la misma forma, Kishida ha recordado que se requiere profundizar en el sector de la seguridad «en respuesta a Corea del Norte», mientras que se ha mostrado a favor de impulsar otras áreas, como las cadenas de suministro o la tecnología emergente.
«Me gustaría expresar mi simpatía una vez más por los daños tan devastadores causados por los incendios forestales en Maui, Hawái. Para brindar alivio a los afectados, Japón ha decidido ofrecer un total de alrededor de dos millones de dólares en apoyo», ha apuntado.
La visita de Kishida y Yoon a Estados Unidos se produce en un momento en el que las tensiones en la península de Corea se han incrementado tanto por los ejercicios militares conjuntos entre Washington y Seúl como por los continuos lanzamientos de misiles por parte de Pyongyang.
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Es evidente que el loco norcoreano puede darse por aludido ante las maniobras de EEUU, Japón y Surcorea. Entonces surge la gran pregunta: ¿Se repetirá la historia en Asia Pacífico de lo sucedido en Ucrania, donde los muertos los ponen cientos, miles de ucranianos? Muy frescos, los norteños en fomentar la beligerancia contra China, cuando bien conocemos los desmadres que podrían sufrir la proximidad de Japón y Corea del Sur, ante Corea del Norte. Quieren seguir haciendo billones los consorcios de la guerra, mientras el plato fuerte, Taiwán está en peligro latente de ser devastado. Es tal la angurria e insaciabilidad de los súper millonarios, quienes manejan desde lejos los usuales titiriteros y sus marionetas, que no tienen el más mínimo asco en impulsar otra hecatombe humana. Que una decena de multimillonarios de alto calado, tengan la Tierra en vías de extinción, es de dementes, desquiciados y ese trastorno por el poder “eterno” jamás sería perdonado, ni por Dios.
It is evident that the crazy North Korean can be taken for granted before the maneuvers of the US, Japan and South Korea. Then the big question arises: Will history repeat itself in Asia Pacific of what happened in Ukraine, where hundreds, thousands of Ukrainians put the dead? Very fresh, the northerners in promoting belligerence against China, when we well know the chaos that could suffer the proximity of Japan and South Korea, before North Korea. They want to continue making billions from the war pools, while the main course, Taiwan, is in latent danger of being devastated. Such is the anguish and insatiability of the super millionaires, who manage from afar the usual puppeteers and their puppets, that they have not the slightest disgust in promoting another human catastrophe. That a dozen high-profile billionaires have the Earth on the verge of extinction is insane, deranged, and that disorder due to “eternal” power would never be forgiven, not even by God.