Moscú, 6 sep (Sputnik).- El exentrenador de la selección femenina de España Jorge Vilda, destituido el martes por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), calificó esta decisión de injusta y inesperada.
«Estoy todo lo bien que se puede estar después de haber sido campeonas del mundo hace 16 días, de hace 10 días estar renovado por cinco años más con una remuneración mayor y después de hoy ser cesado creo que injustamente», dijo Vilda en declaraciones al programa ‘El Larguero’ de la Cadena Ser.
El extécnico del equipo nacional explicó que había tenido una breve reunión con el presidente interino de la RFEF, Pedro Rocha, y la vicepresidenta de igualdad donde se le había informado de «cambios estructurales».
«Después de 17 años en el fútbol femenino, después de todo lo conseguido, después de dejarme la piel como un trabajador más de la Federación (…) Sí que tengo la conciencia tranquila porque he dado el 100% cada día de estos 17 años. No lo entendía, no veía merecido mi cese», afirmó Vilda.
Confesó también que, además de ser «injusta», la destitución lo tomó por sorpresa.
«Siempre te queda la ilusión y la esperanza del buen trato que siempre he recibido. Me veía con fuerza y ganas de disputar una Nations League, unos Juegos Olímpicos (…) me motivaba mucho como entrenador», lamentó el especialista.
Según medios españoles, Jorge Vilda apoyó al suspendido titular de la RFEF, Luis Rubiales, tras el escándalo con un beso en la boca a la internacional española Jenni Hermoso.
El pasado 20 de agosto, la selección femenina de España se impuso al equipo de Inglaterra en la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA por 1-0, proclamándose la campeona del mundo por primera vez en su historia.
En la ceremonia de premios, Rubiales besó en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso, lo que le ha valido una lluvia de críticas en su país. (Sputnik)
Lo que no cuenta Vilda (al menos según este artículo) es que el cuerpo técnico de la selección dimitió como denuncia a su labor. No querían trabajar con él. Por otro lado, las jugadoras lo acusaron de mal entrenador, de machista, y pidieron su dimisión, y anunciaron que no volverían a la selección mientras él fuera el entrenador. Y, además, el augmento de suelo de hace 10 días fue una decisión unilateral de Rubiales como respuesta al «motín» del cuerpo técnico y de las jugadoras. Así que, nada de «sorpresas». Era evidente de que su trabajo estaba más que puesto en duda.