Ciudad de Panamá, 8 sep (Sputnik).- El Gobierno de Panamá anunció este viernes que endurecerá las medidas contra la migración irregular a través de la selva del Darién (en la frontera con Colombia), y aumentará el número de deportaciones y expulsiones de quienes ingresen al país.
«Continuaremos con las deportaciones y expulsiones de los ciudadanos irregulares y con antecedentes penales utilizando las capacidades de los (vuelos) charter, trataremos de incrementar esas capacidades para duplicar o triplicar esos vuelos, semanalmente de ser posible», dijo en rueda de prensa la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
La funcionaria informó que de abril a septiembre las autoridades panameñas han deportado a 452 personas, una cifra insignificante si se tiene en cuenta los 350.841 migrantes irregulares que han cruzado durante el año la inhóspita zona del llamado Tapón del Darién.
«Vamos a remover los puntos de control y asistencia migratoria de las comunidades receptoras de Bajo Chiquito y Canaán Membrillo, a fin de mitigar el impacto sanitario y de seguridad que hay dentro de estas comunidades», adelantó Gozaine al presentar las medidas anticrisis en el tema migratorio.
Además, redoblarán la vigilancia y control en los puertos de entradas al país, como el Aeropuerto Internacional de Tocumen, para evitar que el crimen organizado los utilice para el tráfico de personas.
También incrementarán los patrullajes marítimos en las costas del Océano Pacífico y el Mar Caribe para evitar que las organizaciones delictivas sigan transportando en lanchas a los migrantes desde la vecina Colombia.
En el propio encuentro con los medios de comunicación el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, advirtió que el país está al «límite» de sus «capacidades, porque el desbordamiento de las personas ya es de forma masiva».
El miembro del gabinete de Gobierno adelantó que la próxima semana realizarán una gira al Darién, pero en esta ocasión con las autoridades de Costa Rica, otra nación de tránsito afectada por la migración irregular.
El miércoles, el Gobierno de Panamá anunció su intención de sostener una reunión entre su presidente, Laurentino Cortizo, y su par colombiano, Gustavo Petro, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a fin de para abordar el creciente flujo migratorio irregular por la frontera común.
Según proyecciones oficiales el tránsito de migrantes irregulares a través de la boscosa frontera colombo-panameña alcanzaría el medio millón al finalizar el año, cuando en 2022 la cifra fue de 248.000 personas. (Sputnik)
