Columna Poliédrica
Las zonas francas se han convertido en la mejor forma de no pagar impuestos. Se trata de un régimen que se creó para atraer inversión extranjera y generar empleo del talento humano costarricense; sin embargo, con el paso de los años hemos podido observar que hay mucha tela que cortar y que no todo lo que se ha dicho es cierto.
No todas las empresas que están en zona franca son inversión extranjera. Existen empresas de capital nacional que se han ido a refugiar a las zonas francas para disfrutar de privilegios tributarios y entonces son las pequeñas-medianas empresas ticas las que terminan pagando; es decir, las empresas grandes, extranjeras y nacionales, gozan de privilegios fiscales y son las empresas nacionales que no están en ese régimen de privilegio los que sí pagan y soportan la carga impositiva.
Tampoco es cierto que su funcionamiento genera mayores beneficios para la sociedad costarricense. Se trata de un sector que ha tenido un crecimiento desde que fue establecido, sin embargo, al ser un régimen de privilegio tributario genera que las utilidades terminen en el extranjero y ello impide impactar positivamente el desarrollo nacional; en otras palabras, Costa Rica solo observa cómo se genera la producción de bienes y servicios en su territorio y ni siquiera se produce una transferencia tecnológica a la producción nacional.
La creación de empleo tampoco ha sido como se prometió. Se dijo que las zonas francas permitiría que el desempleo se redujera, especialmente, en los territorios donde se iban a ubicar; sin embargo, no solo el desempleo ha crecido a nivel general, sino que territorios como Puntarenas donde hay zona franca, tiene niveles de desempleo altos y no se observa que vaya a disminuir.
Las zonas francas, entonces, no han sido lo que se prometió. Cada vez que se quiere reformar el régimen salen los defensores de sus intereses diciendo que se van a ir y se generará un enorme desempleo, es decir, siempre se asusta con ese discurso; no obstante, esos mismos grupos son los que vendieron la idea que la inversión extranjera venía por el talento humano costarricense, pero cuando se ha develado las deficiencias que tenemos en ese aspecto, ha quedado desnudado que la verdadera razón es el tema del régimen de privilegio tributario.
Se trata de un sector que ha tenido en los políticos de diferentes partidos sus más obedientes defensores. Lo que pasó recientemente con la ley para sacar a Costa Rica de la lista que llaman gris de la Unión Europea, así lo demuestra; dígamoslo claramente, aunque este gobierno no es santo de mi devoción, la posición que defendieron junto con la fracción legislativa del Frente Amplio fue la correcta, lamentablemente, se trata de temas que la mayoría de la población no le interesa y menos comprenden.
¿Hasta cuándo dejaremos que la estructura tributaria costarricense siga incentivando este tipo de privilegios? Estos sectores son los verdaderos privilegiados y no la idea que han posicionando en el imaginario colectivo, que son otros sectores como los empleados públicos.
(*) Andi Mirom es Filósofo
andimirom@gmail.com
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Las zonas francas son paraisos fiscales.La diferencia clara es que la mayoria de las industrias en zonas francas son de produccion de articulos manufacturados para la exportacion,y en el caso de los paraisos fiscales son bancos que atraen cuentacorrientistas e inversores extranjeros que no pagan impuestos en ese pais. En ambos casos la ley lo que pretende es la generacion de empleos,el pago eficaz de cuotas de Seguro Social,agua,luz, transporte y algunas materia primas o insumos proporcionados en el pais.Eso es. Por ello cuando se habla de cerrar portillos para impedir o pretender que los costarricense paguen impuestos por dineros generados en el exterior , estamos de un plumazo diciendoles a los paises que tienen paraisos fiscales que ellos no pueden y que Costa Rica si con sus zonas francas, Politica racional o hipocresia ?
En total acuerdo, mas a sus empleados, que ganan en dólares, se los está llevando p*t* porque su salario cayó en 20%
La mafia política tradicional debe cumplir las exigencias emitidas por los intereses extranjeros y en Costa Rica, están desmantelando la estructura de impuestos de hacienda para no solo atraer raros capitales foráneos sino también, vernos luego en la necesidad de buscar más préstamos para terminar de hundirnos. Esa situación la tiene bien claro, el diputado promedio, pero siendo tontos útiles, no les da el ayote en pensar en el futuro de Costa Rica, pero si, el de sus bolsillos. Las zonas francas son ahora y siempre paraísos fiscales, donde las facilidades, luz, agua y exoneraciones son parte del pastel donde una pequeña élite, ganan gruesos dólares. Claro esto, sin pago real de cargas sociales. Ya las universidades públicas, deben incentivar y avocarse a estos temas para sus tesis de grado, en sus estudiantes. ¿O les quitarán prestigio y respaldo de los angurrientos forasteros? Si están atados de manos, déjense de progres y denuncien al público, ese acorralar