lunes 2, diciembre 2024
spot_img

Los Incompletos

¿Qué significa ser o sentirse una persona realizada hoy en día? Si usted piensa en esa pregunta, tarde o temprano, su respuesta va a incluir de alguna forma el acceso a los recursos, ¿verdad? Esto ya que se asocia la realización con el hecho de poder vivir bien. ¿Y quién no quiere vivir bien? Yo sí.

Es común que relacionemos una vida plena con el hecho de que nada nos falte, que tengamos a mano o disponible todo lo que deseamos. Que nuestras necesidades básicas, secundarias y cualquier otra y la de los nuestros, estén ojalá más que satisfechas.

Y bajo este paradigma, es que yo considero que resulta verdaderamente difícil el sentirse una persona realizada hoy en día, no porque sea algo difícil de alcanzar, sino porque no podemos desligarlo de lo material. Lo que nos quita la autonomía y el poder personal que tenemos o deberíamos tener sobre nuestra satisfacción y bienestar.

La felicidad, el éxito y el estatus son ultimadamente las tres principales cosas que nos venden todas las marcas y que vemos reflejado en todas las sonrisas de todos los anuncios publicitarios. Las máximas aspiraciones humanas son un simple producto más.

Que difícil liberarse de los bienes, de la riqueza, del poder, de la libertad económica, del tener, cuando somos víctimas de la sociedad capitalista que hemos heredado y que seguimos promulgando y reforzando (consciente e inconscientemente), donde reina imperantemente la ambición y el deseo de tener más.

Nuestras vidas, nuestros futuros, lo que somos y lo que disfrutamos, esta de una u otra forma, inundado por en el consumismo y liderado por la comparación de los unos con los otros.

Y es que en el afán de querer más y más, estamos dispuestos hasta a perder lo que somos, por lograr llegar hasta donde deseamos estar.

Tristemente nuestra sociedad hoy en día es un reflejo de nuestra esencia actual, somos un conjunto de seres individualistas que priorizan lo fácil y lo rápido y que se dejan cegar y entretener por lo superficial y lo banal.

No digo que querer más sea malo, pero tenemos que entender que lo que tenemos por dentro es un vacío enorme (generado por la sociedad y sus dinámicas) que tapamos momentáneamente pero que nunca lograremos totalmente llenar. Y es que así se quiere que sea. Nuestra infelicidad e inconformidad personal le generan muchísimo dinero a aquellos que lucran a su favor.

No obstante, no todas las personas son así y no hay que generalizar, pero es una mayoría abrumadora, y aunque tal vez esto que menciono ya todos lo sepan, resulta importante nombrarlo, hablarlo, entenderlo y ser consientes para poco a poco aprender a independizar nuestra felicidad de lo que verdaderamente no nos llena, ni nos hace triunfar. De la ilusión mercantil de la realización individual, porque lo material viene y va.

Para algunos es cuestión de suerte, para otros es un tema de herencia o, por el contrario, de algo que se logra verdaderamente alcanzar. Pero corresponde a una alienación de nuestro control total y personal. ¿Y verdaderamente vale la pena poner nuestra felicidad en manos de lo que no podemos ciertamente controlar?

Es correcto que el éxito es subjetivo y que las metas son personales, no obstante, por mi parte solo busco alertar para que nuestra satisfacción individual no sea una víctima más del capitalismo imperante que nos puede ahogar.

(*) Sofia Blanco Canet, Mercadóloga y Socióloga

sofi_bc02@hotmail.com

 

Noticias de Interés

1 COMENTARIO

  1. «No digo que querer más sea malo…» Para mí, sí lo es. No hay razón objetiva para querer más de lo que se necesita para vivir. Eso es lo que tanto nos cuesta entender: el querer más de lo que se necesita, es codicia. Por lo demás, bonito artículo, en verdad me gustó.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias