Las drogas han permeado en nuestra vida cotidiana de manera sorprendente. Sí le preguntáramos a cada persona si consume o conoce a alguien que lo haga, descubriríamos que la mayoría de nosotros, al menos, conocemos a una o más personas que consume algún tipo de sustancia psicoactiva. Esto se puede evidenciar con el análisis de la encuesta anual de consumo de drogas del 2018 que dice que, de las personas encuestadas, el 63.3% alguna vez han probado el alcohol y de este el 27.9% lo hizo el último mes, el 37.6% de la población alguna vez lo han probado el tabaco y de este el 10.5%lo hizo en el último mes y finalmente el 17.7% de la población ha fumado marihuana alguna vez en su vida y el 3.2% lo hizo en el último mes. Cabe destacar que según este estudio las personas que consumen en mayor parte drogas son hombres. (Blanco Vargas, Sequeira Cordero, & Brenes Saenz, 2021)
Esta problemática de las drogas afecta a personas entre los 20 a 29 años, pero en mayor parte afecta a los jóvenes, ya que ellos son los más vulnerables a las drogas, debido a que los jóvenes a veces buscan experiencias nuevas o son influenciados por su entorno y esto puede arrastrarlos a el mundo de las drogas que puede ser muy difícil salir de él.
Diversos factores explican por qué las personas consumen drogas, entre ellos su entorno en el hogar y situación socioeconómica desempeñan un papel fundamental, ya que muchas personas que vienen de un hogar donde algún miembro de la familia consume algún tipo de drogas o tienen conflictos con violencia, estas personas toman el camino de las drogas para intentar salir un momento de su realidad y violencia. También es por su situación socioeconómica que puede ser muy precaria y estas personas usan las drogas para quitarse el estrés que les genera no poder tener mejor situación económica, aunque con el consumo de drogas más bien agrava más aun a su situación económica debido a que va a destinar un cierto porcentaje de su salario a ello. (MedlinePlus, 2022).
Los jóvenes, en particular, parecen caer en la trampa de consumir drogas, como el cannabis y el alcohol, con la creencia errónea de que esto los hace parecer más “machos” o para impresionar a sus amigos. Esta búsqueda de identidad y aceptación puede llevarlos a la adicción y, en última instancia, incluso a la delincuencia para mantener su hábito. (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, 2021)
El impacto de las drogas no solo afecta al núcleo de la familia, sino que también repercute en las finanzas del estado. El Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) ha sido una entidad fundamental en la atención a personas afectadas. Ya que para el 2011 según el IAFA se atendieron 45.340 personas en consulta de valoración ambulatoria y residencial. Eso conllevó a un gasto presupuestario de $6.941.776,56 en procesos, la desintoxicación y medicamentos, cifra que con él convenio con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), sobre todo el costo erogado por la institución para la atención de pacientes con consumo problemático de esta sustancias, este monto aumento a $7.006.345,71. (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, 2011)
Sin embargo, a todos estos esfuerzos que hacen diversas instituciones para ayudar a las personas afectadas a veces no puede bastar, ya que según el IAFA del periodo del 2014-2020 se logró contabilizar 569 muertes directamente relacionadas con el consumo de drogas. El rango de edad de las personas fallecidas se encuentra entre los 40 a 64 años de edad. (Salas Durán & Salas Aguilar, 2022)
La pregunta que se plantea es por qué, a pesar de la ilegalidad de muchas drogas, Costa Rica continúa siendo un lugar atractivo para el tráfico de sustancias psicoactivas destinadas a otros países, como Estados Unidos y naciones europeas.
Esto es debido a que Costa Rica está en cercanía de los países que producen estas sustancias como lo son Colombia, Perú, Bolivia entre otros. También ya que es un país que conecta Suramérica con Norteamérica de manera vía terrestre y marítima. Costa Rica es un punto importante para el traslado de la mercancía. (Instituto Costarricense sobre Drogas, 2021)
Esta situación no solo facilita la disponibilidad de drogas en el país, sino que también genera una serie de desafíos en la lucha contra el consumo de sustancias ilícitas.
Para abordar esta problemática, Costa Rica debería implementar estrategias de prevención y concientización más robustas en relación de las sustancias psicoactivas. A pesar de las instituciones que proporcionan información y educación dirigidas tanto a adolescentes como a sus padres, es necesario adoptar medidas adicionales. El País podría fortalecer su marco legal, ya que en numerosas ocasiones se observa que las sanciones legales son insuficientes para quienes participación en el negocio de las drogas. Además, se debería trabajar con la integración de la tecnología avanzadas para mejorar la detección de cargamentos ilegales y personas que transporten estas sustancias, lo que podría potenciar significativamente la detención y el control de estas.
(*) Alonso Fernández Fernández, estudiante de economía Universidad Nacional de Costa Rica.
