viernes 3, mayo 2024
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Desafiando Estereotipos: La brecha de género en entrevistas laborales y su impacto profesional

Un Relato Personal frente a las Preguntas que Persisten

Uno de los aspectos que más me llamaba la atención al escoger mi carrera era imaginar cómo podría lucir mi vida profesional, estaba feliz de elegir una profesión que se ajustara a mis habilidades, las que yo consideraba indispensables y con ellas podría trabajar en algún ámbito que me apasionara tanto, pero algunas veces las expectativas que uno sostiene en su mente se desmoronan rápidamente.

El hecho de entrar en al ámbito laboral es un tema que sinceramente se puede ver mucho más difícil y aterrador de lo que probablemente es en la realidad. En mi caso al escoger una carrera, yo me imaginaba cómo podría ser mi primera entrevista para un trabajo. Lo que me llamó la atención es que muchas personas que comparten su experiencia tienen diferentes enfoques y diferentes expectativas de una entrevista. Lo que siempre pareció destacar es que las preguntas para hombres y para mujeres compitiendo para un mismo puesto son diferentes. Puede llegar a sonar repetitivo, pero yo nunca imaginé que las preguntas pudieran variar en el género de la persona competidora.

Esto prendió una llama de curiosidad en mi, porque al no imaginarlo pensé que tendría que escuchar un testimonio de alguna persona cercana que haya experimentado esta anomalía con anterioridad. Lastimosamente no tuve que buscar mucho. Mi mamá es un claro ejemplo de este caso, ella se graduó de la Universidad de Costa Rica como Licenciada con distinciones en Psicología y pues claro que con su nuevo título ella fue muy esperanzada en busca de un trabajo; una de las entrevistas a las que atendió iba en buen camino hasta que salió el tema sé que se iba a casar ese mismo año y acto seguido preguntaron ¿usted quiere tener hijos en un futuro? Ella, al responder que sí, notó un cambio en el ambiente de la entrevista. Está claro que no obtuvo ese trabajo. Esta atestación es una de muchas que he escuchado, sólo en mi familia puedo pensar en mínimo otras 10 personas que han pasado por una situación similar.

Según el INEC en el tercer trimestre del 2023 se presentó un desempleo del 8,1%, mientras que la tasa masculina fue de 7,5% la tasa de desempleo femenino fue del 9% lo que no sorprende ya que históricamente las mujeres han sufrido más de desempleo y aunque esta diferencia ha ido disminuyendo con los años no deja de ser significativa. Este tipo de preguntas en entrevistas solo colaboran a la ideología de que las mujeres, en su mayoría, son menos eficientes en sus labores por el hecho de que ellas son las que, estereotípicamente, atienden las necesidades de sus hijos, dejando de lado las habilidades que tiene para ofrecer o la formación académica y profesional que hayan tenido en el pasado.

Pensar en las oportunidades que miles de mujeres se han perdido, sus expectativas de su formación profesional, su deseo por salir adelante se puede ver en riesgo por el simple hecho de aspirar a formar una familia eventualmente es arrasador y pensar en que en algún momento podría ser yo la próxima persona que le corresponda responder esas preguntas puede llegar a ser desalentador. Conservo la esperanza de que en algún momento la sociedad podría dejar de lado sus prejuicios y llegue a ser más equitativa en materias laborales; el día en que eso suceda sabré que el interés en mi formación académica y profesional será mucho más relevante que mis ambiciones familiares personales.

(*) Gloriana Morera, estudiante en la Universidad Nacional.

 

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