San Salvador, 27 dic (Prensa Latina) El café en El Salvador registró un retroceso en su ventas en 2023 equivalente a 25.6 millones de dólares, indicó hoy un informe del Banco Central de la Reserva (BCR). Entre enero y noviembre, el país vendió 145.5 millones de dólares, una cifra inferior en 15 por ciento a lo que ocurrió en 2022, algo que también concuerda con el retroceso que registraron en general las exportaciones en ese periodo.
También en este retroceso influyó una caída de la producción en la cosecha del año lo que motivo además una reducción del volumen exportado, un 11.8 por ciento, o sea ocho mil 410 toneladas. Hasta noviembre el volumen exportado fue de 62 mil 710 toneladas de café oro, procesados y no procesados.
Indicó el BCR que las contracciones en las exportaciones podrían estar asociados a una caída en la producción del grano estimada en un cinco por ciento, o sea, cuatro mil 316.5 toneladas menos.
Aún es incierto el futuro de las exportaciones de café si se consideran los efectos del Niño para este ciclo (2023-2024), señaló Ernesto Lima, Presidente de la Unión de Cooperativas Cafetaleras de El Salvador.
Otros estimados, como el de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café, señalan que la contracción en las exportaciones se debió a factores climatológicos. La entidad dijo que el panorama no es nada alentador pues hasta el 30 de noviembre se habían recolectado 48 mil 383.73 quintales (4838.37 toneladas) una baja si se compara con lo obtenido a esa misma fecha en el 2022.
Lima al valorar la situación dijo que aún es incierto el futuro de las exportaciones de café si se consideran los efectos del fenómeno El Niño para este ciclo y la presencia de enfermedades como la roya.
Por otra parte, la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (Fews Net, por sus siglas en inglés) estima que la producción de café en la región centroamericana, bajará a causa del impacto de las erráticas precipitaciones relacionadas con el fenómeno de El Niño.
La entidad señaló que, unido a la caída en la producción, una disminución en el precio internacional de venta y un aumento en los costos de producción, significa menores ingresos para los productores, especialmente los pequeños tanto en El Salvador como en sus vecinos de Honduras, Guatemala y Nicaragua.
