jueves 9, mayo 2024
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Síndrome post-vacacional

En muchas ocasiones habrán escuchado decir a alguien que las vacaciones han resultado cansadas y que requiere “vacaciones de las vacaciones”, relacionando ello con la sensación de sentir que el periodo vacacional no ha sido suficiente para lograr el propósito que conlleva el tomar las vacaciones a las cuales todas las personas trabajadoras tienen derecho.

Vacare, verbo latín del cual se deriva significa estar desocupado. Es el periodo de tiempo en que no deberíamos realizar labores o actividades que estén relacionadas con nuestro trabajo.

Una vez que se ha tenido el periodo de vacaciones que corresponde a toda persona trabajadora después de laborar cincuenta semanas y que en muchas ocasiones coinciden con el fin y principio de año, debido al cierre colectivo que se realiza en los entes gubernamentales y en la mayoría de las empresas privadas, se ha generado en algunas personas el llamado SINDROME POST-VACACIONAL, conocido también como estrés o depresión post vacacional, siendo este la ansiedad o presión emocional que se debe afrontar para readaptarse a las tareas laborales después del regreso de vacaciones.

Ese volver al trabajo, después de haber tenido un periodo de descanso o bien un periodo en el cual la rutina fue más relajada, o bien permitió una rutina diferente a la habitual, generando un cambio de vida, aunque sea temporal, para algunas personas supone un problema psicológico más grave de lo habitual, y mayor aún, si está inmerso en sus labores en una rutina de estrés o dentro de alguna situación laboral, donde el volver al trabajo se complica.

No hay consenso sobre la definición exacta o la existencia real de este “síndrome post-vacacional, el cual puede ser producto, de aquellos entornos en donde la persona trabajadora ve sus labores como una actividad negativa, obligada y sacrificada, situación que es totalmente contraria a quienes ven ese entorno laboral como algo creativo, con sentido de pertenencia, creativo, digno para quien la desarrolla.  De ahí dos sentimientos opuestos, unos que indican jocosamente que el trabajo es tan feo, que hasta pagan por realizarlo y otros que decimos que, si las labores que se realizan nos gustan, no las vemos como trabajo.

El readaptarse a la vida laboral, después de cambiar horarios, obligaciones o estilo de vida, puede ser para algunos molesto, sin embargo, para la mayoría, volver a la normalidad no supone ningún trastorno.

Lo cierto del caso, es que algunas personas esa vuelta al trabajo, se convierte en un conflicto que llega a ocasionar cuadros de estrés agudos que se manifiestan con las características propias de ello, a saber: malestar, ansiedad, depresión, disminución del rendimiento, palpitaciones, sudoración, aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, temblores, cambios de humor, etc.  Signos y síntomas que son con mayor frecuencia manifestados en las mujeres que con generalidad tienen un entorno socio-familiar de mayor presión.

Para muchas personas trabajadoras, lo indicado ha sido visto como una normalidad, y por ello no requiere de un abordaje profesional, pero se ha de tener cuidado, cuando los cambios de adaptación persisten y se convierten en un verdadero síndrome de ansiedad o estrés crónico que si va a requerir de atención y tratamiento específico y que en muchas ocasiones es de difícil atención cuando se quiere referir como un mal que tiene su causa efecto en el trabajo y que requiere ser atendido como un riesgo laboral.

Por ello, es importante que el trabajo se adapte a Usted como persona y no que la persona se adapte al trabajo, razón de ser de las normas de prevención y salud ocupacional donde la salud y la seguridad de las personas trabajadoras debe estar protegida eficazmente.

Los expertos recomiendan ante la posibilidad de que algunas personas trabajadoras, se manifiesten con el síndrome post vacacional, prevenirles con algunas pautas a seguir a fin de evitar que el mismo se convierta en un problema mayor que afecte el rendimiento de la persona trabajadora y consecuentemente de todo su entorno laboral.

Importante para ello tener presente que, en el periodo de vacaciones, su programación en caso de salidas a lo interno del país o al exterior permita un regreso a casa de manera anticipada, para que en caso de que el viaje genere cansancio, estar más relajado y descansado de vuelta a las labores cotidianas.

Una vez en el trabajo, que este nos permita, poder compartir con los compañeros de trabajo las experiencias vacacionales y así crear un ambiente agradable al regreso. Asimismo, debemos procurar normalizar los horarios de manera progresiva, ya indicamos que en vacaciones nos damos el lujo cuando podemos de dormir más y no estar sujeto a un horario, por ello debemos regularlo para ajustarnos a esa normalidad del horario laboral.

Procurar habituarnos a la normalidad de las diversas labores que ocupan nuestro trabajo y que hemos dejado atrás para vacacionar es lo recomendado, de tal manera que regresar no sea causa de un conflicto, sino de una oportunidad de seguir adelante con nuestros objetivos.

Que las vacaciones entonces, nos permitan el descanso requerido, salir de la rutina laboral y que el regreso sea para asumir nuevos retos y actividades, y sobre todo el poder cumplir las metas propuestas para el año que nos espera.

(*) Lic. Rafael A. Rodríguez Salazar es Abogado

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