A raíz de una lamentable muerte en una niña prematura, se ha desarrollado un escándalo que incluye a los ciudadanos y la prensa, inclusive «la prensa canalla» que se han dedicado a aumentar la magnitud del problema.
Se debe resaltar que a nivel mundial, inclusive países desarrollados, la mortalidad para un niño prematuro con 24 semanas de gestación varía entre 35% y 84%.
Quizá el manejo al nivel de comunicación del hospital en donde nació ese niño no fue el mejor pero tampoco se puede montar una campaña de desprestigio contra esa institución y su personal.
El traslado a otra institución con personal y equipos más avanzados es adecuado pero desde el principio se debería advertir del alto riesgo para el paciente independientemente de donde sería tratado. Ahora se nos informa que la Caja habilitará una línea telefónica para denuncias que requieran «atención inmediata».
La Presidenta Ejecutiva se adelantó a las críticas y así promueve el populismo para desviar la atención de estas que ella afronta y actuando como el capataz obediente que sigue instrucciones de su jefe a quien le interesa debilitar a la Caja para eventualmente quebrarla.
Es hora que los ciudadanos valoren las intenciones de quienes supuestamente nos protegen.
(*) Dr. Rodrigo Cabezas Moya es Médico
¡Excelente comentario!
De acuerdo. La esperanza de vida es bajísima.
Pero, yendo más allá, hay que preguntar cuál es la calidad de la vida que le espera a la criatura, máxime en las evidentemente.penosas condiciones socioeconómicas que la madre evidenciaba.
Todo debe analizarse con la cabeza bien fría. No puede ser de otra manera, le guste a quien le guste. Traer a este mundo a una criatura que sufrirá hasta que muera, es inhumano, inmoral.