sábado 27, abril 2024
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La debacle del servicio público tiene nombres propios

Columna Poliédrica

Los diputados que integraron la Asamblea Legislativa de los últimos dos períodos constitucionales, serán recordados por haber establecido las condiciones para el deterioro del trabajo en la administración pública. La mayoría de esos diputados son los responsables, pero hay nombres propios que serán recordados en el período 2014-2018 y en el 2018-2022; estamos hablando de los responsables de la situación que estamos viviendo actualmente, de gente de la que ya nadie se acuerda pero que con su accionar provocaron un daño irreparable a este país.

En el período en que gobernó Luis Guillermo Solís se aprobó la denominada “Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas”. Como suele suceder, los nombres que se le ponen a este tipo de legislación, son absolutamente engañosos y buscan esconder sus verdaderos propósitos; digamoslo sin ningún tipo de eufemismo, esa ley lo que quería era congelar los salarios de los funcionarios públicos, ello con base en la idea errónea que el problema fiscal del Estado costarricense tiene su causa en los salarios de los trabajadores del sector público.

En el período 2014-2018 los diputados asumieron que el problema fiscal es culpa de los funcionarios públicos. Ya nadie se acuerda que en el Partido Acción Ciudadana (PAC), algunos de los diputados eran Ottón Solís, Epsy Campbell, Marcela Guerrero, Víctor Hugo Morales Zapata, Emilia Molina; por el Partido Liberación Nacional (PLN), Sandra Piszk, Carlos Arguedas, José Luis Jiménez, Rolando González, Paulina Ramírez, Ronny Monge, Karla Prendas; por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Humberto Vargas, Rosibel Ramos, Rafael Ortiz; por el Partido Movimiento Libertario (PML) Otto Guevara y Nathalia Díaz. Unido a los anteriores nombres, hay que mencionar a los diputados del Frente Amplio Patricia Mora, Edgardo Araya, Ligia Fallas; y otros como Mario Redondo (Alianza Democrata Cristiana); Oscar López (PASE); Gonzalo Ramírez (Renovación Costarricense) que no hicieron practicamente nada para que esa ley no se aprobara.

¿Quién se acuerda de esta gente y del daño que hicieron? Nadie. La mayoría de los ciudadanos no tienen esa memoria y de eso se valen estos políticos con minúscula, para hacer lo que les mandan los grupos que realmente tienen el poder en Costa Rica. El discurso de que el déficit fiscal es culpa de los empleados públicos proviene del sector financiero y ha sido promocionado hasta meterlo en el imaginario colectivo tico por parte de los medios de comunicación colectiva.

Pero si lo ocurrido en ese período no fuera suficiente, los diputados del período 2018-2022 terminaron de dar la estocada con la denominada “Ley Marco de Empleo Público” impulsada por Carlos Alvarado y su gobierno. Allí también hay nombres propios entre los diputados de ese período y que tienen un sitial de honor en esta debacle, a saber: por el PLN, Carlos Ricardo Benavides, Silvia Hernández, Roberto Thompson, Gustavo Viales, Yorleny León; por el PAC, Víctor Morales Mora, Enrique Sánchez, Welmer Ramos, Mario Castillo, Carolina Hidalgo; diputados del Partido Restauración Nacional como Carlos Luis Avendaño e Ivonne Acuña; por el PUSC, Pedro Muñoz, Erwen Masís, Heriberto Abarca, por mencionar algunos. Al igual que en el período anterior, hubo diputados que pudieron hacer más y no lo hicieron, me refiero a José María Villalta y a Paola Vega.

Esas dos leyes están generando no solo el congelamiento de los salarios de los funcionarios públicos, sino un desestimulo para ejercer la función pública. Se trata de una situación que está promoviendo que las personas más capacitadas dejen de ser trabajadores del Estado, como ha estado ocurriendo con los funcionarios judiciales y a la vez genera que no sea atractivo ingresar a la función pública; en otras palabras, todo esto favorece la mediocridad que, sin lugar a dudas, es la característica que distingue a los nombres que hemos citado y a tantos otros que han sido coparticipes de esta debacle.

Lo peor de todo esto es la apatía e indiferencia de los principales afectados. El nivel de decadencia de la política y de los políticos costarricenses es, francamente, de tal magnitud que no es posible pensar en una sociedad que vuelva a tener los índices económicos y sociales que alguna vez tuvo.

Ojalá que el pueblo costarricense no lloré lo que no supo defender oportunamente.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columna poliédrica.blogspot

 

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6 COMENTARIOS

  1. Curioso es que empieza con Luis Guillermo Solis, quien sale de la UCR a la Presidencia.Continua con Carlos Alvarado y el PAC !!.Esas famosas leyes de las cuales se queja el articulista son las que han dado los resultados economicos de que hoy se ufana el gobierno de Chaves.Entonces la pregunta es : esos nombres,diputados y diputadas hicieron bien o mal en pasar esas leyes ?.

  2. Usted siempre con sus comentarios de ultra derecha, el país ahora es de los más desiguales del mundo. Si se deteriora el nivel de vida de un grupo de personas en este caso los empleados públicos, la economía se contrae porque no tienen dinero para gastar, además empiezan a endeudarse lo que sólo beneficia a los bancos. Usted quiere que una persona que estudia más de diez años para alcanzar un buen salario con esfuerzo y no robando se le cercene éste de la noche a la mañana. La lista de políticos que habla el artículo en su mayoría son personas que no aportan nada bueno al país. Son gusanos que se comen el árbol. Usted definitivamente es una clasista

  3. Nos cansamos de servidores que no sirven y ganan a montones, que sacrifican a los usuarios con paros y con huelgas para aumentar los privilegios, con empleados vagos en todos los niveles que se creen indispensables porque están en propiedad y de inútiles que hacen poco y mal hecho. Había que ponerle freno. Ya no quieren seguir en el Estado? Que halen, renuncien a las prestaciones y devuelvan lo que se han llevado!

  4. La oligarquía y sus serviles, vagos e inútiles que han hecho su “riqueza” chupándole la sangre a los trabajadores, cuándo van a desaparecer familias como los Arias Sánchez siempre pegados a la teta del Gobierno, explotándolo todo y a todos.

    Julio César Madrigal Mora
    401150225

  5. Se busca debilitar los servicios públicos y una forma directa de lograrlo serían, los serviles y descerebrados ediles, que nos impone el sistema para crear, legislar y aprobar leyes, donde bien conocemos como la mafia política tradicional junto al PAC, siempre se han caracterizado. Esta serie de personajes enunciados, como los actuales, no les importa un pepino y les tiene sin cuidado actuar contra el interés público, favoreciendo descaradamente a determinados empresas, demostrando su incapacidad en estudiar y discernir lo conveniente a nuestra Costa Rica y su pueblo. Aunado a ello, tenemos ciertos calculadores figurones que utilizan como peldaño de poder para sus futuros apetitos político empresariales. Y algunos, hasta para figurar se montan en tortilla voladora progres. Y claro, no faltarán los privatizadores facilitadores, mercenarios y traidores a la Patria, quienes erosionan sutilmente el sistema. O sea, de todo tenemos en la viña del Señor, por el billete.

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