lunes 29, abril 2024
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Éxodo migratorio regional crece y se coloca en agenda del año electoral en EEUU y México

Ciudad de México, 17 feb (Sputnik).- El creciente éxodo de migrantes caribeños y centroamericanos se ha colocado en el debate de las campañas electorales en México y EEUU, con propuestas antagónicas de ambos gobiernos, consideran organizaciones defensoras de los derechos de las poblaciones en movilidad.

«En primer lugar, celebramos los planes para atender la migración o abordarla desde el combate a sus causas estructurales, como la pobreza y la violencia», dijo a la Agencia Sputnik la secretaria técnica del Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria, Melisa Vértiz

En ese espacio colectivo, que integran unas 20 organizaciones defensoras de los derechos de migrantes, consideran, sin embargo, que hasta ahora los planes gubernamentales con programas sociales y apoyo financiero de EEUU no han funcionado.

Es uno de los problemas de la implementación de programas sociales que deben reflexionar los países: «atender la causas no debe ser parte de planes para detenerla sino para atenderla, crear las condiciones de infraestructura y bienestar para que el derecho a la migración se ejerza de manera segura y no sea forzada», prosigue Vértiz.

En enero de este año 2024, las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 300.000 inmigrantes en la frontera con México en diciembre, una cifra récord en los últimos tres años, según estadísticas estadounidenses.

Negociaciones con Washington

No obstante los esfuerzos sociales, la integrante del colectivo que realiza trabajo de campo en ambas fronteras mexicanas estima que se deben hacer matices al enfoque que plantea el abordaje de las causas estructurales de la migración, que también afecta a la población de este país.

Por ejemplo, el número total de mexicanos que intentan ingresar a EEUU se elevó en el año fiscal que concluye cada mes de septiembre, de 155.000 en 2018 a 579.000 en 2023.

Este incremento de casi 300 por ciento del número de mexicanos que intentaron ingresar a territorio estadounidense refleja un mayor drama de la población migrante en los últimos cinco años, según el Migration Policy Institute de Washington.

La experta que integra el colectivo de organizaciones especializadas señala que México ha intentado sin mucho éxito negociar con Washington para regularizar a unos 11 millones de mexicanos indocumentados, entre casi 40 millones personas de origen mexicano que trabajan en EEUU.

«Esa petición del Gobierno mexicano está bien, podría ser una narrativa que debemos incluir en nuestras estrategias de incidencia, pero con la condición de que México haga lo propio en su territorio con las poblaciones extranjeras en movilidad», recomienda la experta entrevistada.

Los grupos defensores de esas poblaciones vulnerables deben tener la audacia de identificar narrativas diplomáticas hacia el exterior, para que se apliquen en sus propias políticas migratorias nacionales.

Migración en año electoral

En tercer lugar, Vértiz indica que es importante que en las campañas electorales en México y EEUU no se utilice el tema como «moneda de cambio para atraer electores», y ambos países deben ir más allá de una «narrativa coyuntural vacía».

Se requiere una política regional en Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, que «puede comenzar con un enfoque binacional que parte de las causas estructurales, mediante una política centrada en los derechos humanos, pero no en el control y la contención de la población migrante», señala la defensora.

Finalmente, advierte que se debe tener el cuidado de evitar que se utilice el discurso como forma de legitimar candidaturas a la presidencia en ambos países.

«No estamos seguros de que con ese debate se dé marcha atrás a una política que se aplica desde hace varios años, sin plantearse planes de transición o política pública diferentes para los nuevos gobiernos que comenzarán en 2024, que se olviden errores cometidos y se repitan», comenta sobre la creciente discusión.

En ese marco el Gobierno mexicano lanzó un «decálogo de recomendaciones internacionales» en el que el primer punto pide a EEUU la «regularización de los mexicanos que llevan más de cinco años viviendo y trabajando» en ese país.

En segundo lugar, solicita al Gobierno y Congreso estadounidenses aprobar un presupuesto de 20.000 millones de dólares anuales para apoyar a países pobres de América Latina y El Caribe, para detener la obligación de emigrar.

La tercera propuesta es «suspender sanciones a Venezuela para aminorar los flujos migratorios»; y la cuarta «levantar el bloqueo a Cuba y no obstaculizar su desarrollo», con el fin de reducir los flujos migratorios.

En quinto lugar propone mantener el «programa de recepción de migrantes por las vías legales».

Vértiz comenta que «en vez de una narrativa electoral de polarización coyuntural, se requiere concretizar un proceso de transición hacia nuevas políticas públicas respetuosas de los derechos humanos».

La experta no observa con optimismo el tono de los debates que comienzan a colocarse, porque los discursos no ofrecen enfoques que sean claramente distintos a las medidas ya fracasadas.

«No somos optimistas con ese debate, con el agravante es el aumento de los flujos mexicanos causados por los desplazamientos internos forzados por la violencia del crimen organizado», lamenta.

El sexto punto de México recomienda «no optar por construir muros ni cerrar la frontera»; la séptima medida «combatir el narcotráfico»; y el octavo, regular la venta y exportación de armas de EEUU a México

La novena es «elaborar un plan de desarrollo conjunto para impulsar la industrialización y el libre comercio», y la décima, mantener relaciones de «cooperación, amistad y respeto».

Mientras tanto, el éxodo sigue ingresando al estado de Chiapas (sur), fronterizo con Guatemala, donde existe un grave problema de desplazamiento forzado según el más reciente monitoreo de frontera sur realizada por el Grupo de Trabajo migratorio.

El incremento de la migración mexicana es inferior a las decenas de miles de personas procedentes de Venezuela, Cuba y Haití.

Más de 6,3 millones de migrantes indocumentados han sido interceptados por autoridades estadounidenses que comenzó la presidencia de Joe Biden, según la cifras oficiales del Instituto de Políticas de Migración de la capital estadounidense. (Sputnik)

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