viernes 3, mayo 2024
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Sin presupuesto e inversión: el abandono del Estado paraguayo a los pacientes con cáncer

Montevideo,, 23 feb (Sputnik).- Cristina Verdun, ciudadana paraguaya de 61 años, hace cuatro años que viene luchando contra los problemas del sistema público de salud de su país luego de que le diagnosticaron cáncer de mama con metástasis en el ojo, en la columna, hígado, pulmón, omóplato y clavícula.

La dura lucha «contra la burocracia» de estos años, como la define Verdun en diálogo con la Agencia Sputnik, ha llegado incluso a una denuncia judicial por falta de acceso a un medicamento que funciona como una quimioterapia oral.

La historia de Cristina es similar a la que viven otros ciudadanos paraguayos que no tienen otra opción que acudir al sistema sanitario público de su país a pesar de que por momentos el Estado los «haya abandonado» por falta de presupuesto e inversión, denunció en diálogo con la Agencia Sputnik el doctor y ex director médico del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), Marcelo Galli.

Los pacientes oncológicos enfrentan un doble combate: por un lado, deben lidiar con la carga emocional que implica la enfermedad y los tratamientos, y por otro, hacen una lucha contra el tiempo, ya que para acceder a una radioterapia o a una quimio pueden pasar hasta seis semanas, según datos que brindó Galli y la Asociación de Pacientes con Cáncer a la Agencia Sputnik.

«La falta presupuesto genera que los pacientes muchas veces no puedan recibir sus tratamientos oncológicos, llámese quimioterapia, cirugía o radioterapia en tiempo y forma. Ante esta situación, los pacientes oncológicos están perdiendo días de vida. Lo que en términos de salud significa que esos pacientes que descontinúan su tratamiento pueden fallecer por el camino o sus pronósticos empeoran o se prolongan (…) el Estado paraguayo abandona a los pacientes con cáncer y también a la población más vulnerable, que es la que termina utilizando salud pública», afirmó Galli.

En la misma sintonía, la presidenta de la Asociación De Pacientes Con Cáncer Y Familiares de Paraguay, Juana Moreno, dijo a la Agencia Sputnik que no se está pudiendo acceder a tratamientos sobre todo por una falta de presupuesto, lo que puede representar un «deterioro» de la calidad de vida.

«Cuando hablamos de cáncer tenemos que considerar que el paciente necesita tener un tratamiento continuo. Cuando el paciente no puede recibir en forma continua su tratamiento, eso puede significar que la calidad de vida se vaya deteriorando (…) esta situación estaría demostrando que los servicios sanitarios públicos de Paraguay no están sirviendo en el caso de los más vulnerables a tener un tratamiento contra el cáncer», afirmó.

Galli dijo que existen demoras para iniciar una radioterapia de entre tres y cinco semanas; para la quimio puede llegar hasta seis semanas.

«El cáncer es una enfermedad crónica, catalogada como catastrófica por el contexto personal del paciente, por el contexto familiar y social. Y la mayoría de las veces los resultados de los tratamientos son ominosos. O sea, los pacientes mueren», afirmó.

Por su parte, Verdun señaló que estas demoras que se producen en el sistema de salud agravan la enfermedad.

«En algunos casos no se puede esperar ni un mes. Siento que nuestro gobierno no le preocupa la salud, ellos no se preocupan de ninguna manera, nosotros no tenemos tiempo, el tiempo es nuestro enemigo, esa enfermedad no espera, porque está latente, está esperando el momento en que vos dejes de consumir lo que por lo menos te ayuda a seguir adelante. Entonces me siento defraudada de que nuestra salud sea tan pobre», afirmó.

El jueves, el diario local ABC Color denunció que los pacientes con cáncer padecen falta de medicamentos oncológicos, suplican por quimioterapia, tienen una larga espera para turnos de consulta y carencias en infraestructura.

Sin embargo, no es la primera vez que denuncian esta situación. Durante el año pasado, enfermos con cáncer se movilizaron en Paraguay por la falta de 22 fármacos vitales para los tratamientos de quimioterapia e internación, informó en enero de 2023 el diario La Nación.

El 10 de marzo, padres de niños con cáncer reclamaron que existe un faltante de 10 medicamentos.

Según cifras del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, publicadas el 4 de febrero, el cáncer ocupa la segunda causa de mortalidad general por enfermedades no transmisibles y la primera en muerte prematura antes de los 70 años; esta enfermedad enluta a aproximadamente 4.500 familias por año, y alrededor de 12.000 personas son diagnosticadas.

Presupuesto

Galli explicó que en Paraguay el presupuesto anual de salud es de poco más de 1.000 millones de dólares, por lo que no supera el 4,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y representa aproximadamente el 8 por ciento del presupuesto general de gastos de la nación.

Consideró que es un presupuesto «muy bajo» comparado al que tienen los países de la región, por lo que eso impacta «negativamente» en el servicio de salud pública.

«La mayor parte del gasto del presupuesto de salud en Paraguay va para servicios personales. O sea, sueldos de médicos, auxiliares, enfermería, etc. Otro 25% va más o menos para medicamentos e insumos. Y queda un porcentaje muy bajo para lo que sea mantenimiento, infraestructura, equipamiento, tecnología, etcétera. En otras palabras, el presupuesto de salud pública no alcanza para el mantenimiento de todo el sistema hospitalario público», agregó.

El Instituto del Cáncer recibe un presupuesto anual de 60 millones de dólares, lo que significa cinco veces menos de lo que debería recibir, afirmó.

El 1 de marzo del 2023, el entonces ministro de Salud Pública, Julio Borba, admitió que el Gobierno debería triplicar el presupuesto para alcanzar los estándares internacionales, informó Última Hora.

Equipamiento

Por otro lado, Galli dijo que el Instituto del Cáncer cuenta en este momento con dos aceleradores de radioterapia y algunos convenios con el sector privado; sin embargo, las demoras en promedio para iniciar los tratamientos rondan entre las tres y cinco semanas.

«En cuanto a quimioterapia, depende mucho de las drogas que indican los médicos. Hay veces que ciertos productos que son de salida más rápida se acaban por cuestiones administrativas o logísticas, por lo que se interrumpen los tratamientos», explicó.

En promedio, para comenzar una quimioterapia hay una demora entre tres y seis semanas, agregó.

Asimismo, Moreno dijo que la falta de presupuesto hace que los equipos no tengan un correcto mantenimiento.

«Como Asociación estamos por cumplir seis años y desde que empezamos estamos en la lucha. Hubo algunos adelantos, se aumentó el número de equipos y se incluyó en 2021 la adquisición de medicamentos de altísimo costo, pero, a pesar de todas esas situaciones favorables que hemos tenido, siempre estamos con algunas situaciones problemáticas que ponen en vilo la vida de los pacientes», afirmó.

En un comunicado del Organismo Internacional de Energía Atómica publicado en su página web, se afirma que «debido a la escasez de equipo y a la falta de personal calificado en Paraguay, muchos diagnósticos llegan demasiado tarde y un tercio de las personas diagnosticadas, es decir, aproximadamente 4.000 enfermos, no sobreviven».

«Grosera inequidad»

Galli denunció que mientras ocurren estas dificultades en el sistema público sanitario, existen «seguros privilegiados» que se destinan a senadores, diputados y funcionarios del Congreso, Ministerio de Obras Públicas y Poder Judicial.

«Son los llamados seguros VIP que se dan por contratos del Estado con las agencias o las corporaciones privadas, los seguros privados. El problema es que ese dinero que el Estado paga para los seguros privilegiados de ciertos funcionarios sale del presupuesto general, del aporte de todos. O sea, hay una discriminación, una inequidad en los seguros, en el sistema de salud en el Paraguay. Estamos pagando seguros diferenciados a ciertos funcionarios públicos, donde ellos tendrían que abonar de su propio salario si es que quieren y si no, tienen la asistencia pública», afirmó.

Sostuvo que el Estado paraguayo gasta más de 100 millones de dólares al año en seguros privilegiados para menos del 2 por ciento de los habitantes.

«O sea que hay una grosera inequidad y hay una desigualdad muy marcada en el acceso a la salud en el Paraguay en general. Eso es lo que genera que las inversiones en salud pública, que deberían ser permanentes y crecientes, no se hagan», advirtió.

Por su parte, Moreno dijo que la salud y la educación son los «hermanitos que siempre reciben menos».

«Hay gastos fijos que se llevan la mayor parte de la recaudación. El presupuesto estatal se va en pagos de funcionarios públicos. En estos últimos tiempos estamos teniendo muchos casos, y todo eso hace, lógicamente, que el presupuesto que tiene el Estado no dé abasto para poder cubrir las otras necesidades», afirmó.

Por otro lado, Moreno afirmó que el edificio necesita una «restauración total», porque tiene paredes húmedas, techos que se filtran y sanitarios que no funcionan.

«Es un edificio ya antiguo. Tiene una construcción de más de 30 años y la capacidad física ya es pequeña para la cantidad de pacientes, porque aproximadamente por el Incan pasan más de 75.000 pacientes al año. Hablamos de oncología clínica, de radioterapia, de cuidados paliativos, de urgencias y de los consultorios generales. Y, en realidad, el edificio necesita una restauración total», agregó.

El origen

Los problemas en el sistema sanitario están «desde siempre» pero en los últimos 15 años hubo un «aumento exponencial» de los tratamientos oncológicos, dijo Galli.

Consideró que existe una «negligencia histórica» de parte del Estado paraguayo con sus ciudadanos.

«Creo que existe una asociación o contubernios del sistema del Estado mismo con las empresas privadas de salud, por las cuales no se pueden desprender porque el Estado está invirtiendo o pagando millones de dólares constantemente, para que esos sistemas de salud privados, lucrativos, corporativos y comerciales crezcan. Ahí podemos ya hablar de intereses sectoriales, personales, pero todo eso se refleja en un sistema público deficiente, en un sistema público obsoleto», afirmó.

La historia de Verdum

A Verdun le diagnosticaron cáncer hace cuatro años y actualmente su tratamiento radica en una quimioterapia oral. Durante todo este tiempo, ha enfrentado varios desafíos en el acceso a tratamientos.

«Cuando comencé, en plena pandemia, estaba muy difícil la situación porque no se podía acceder a muchas cosas. Me hice una cirugía, me extirparon los dos senos. (…) Comencé el tratamiento, después tuvimos falta de un medicamento en un momento dado, por lo que se retrasó un poco el tratamiento. Fueron unas semanas. Incluso en el Incan no se atendía cuando estábamos en plena pandemia. Pero después hubo otra vez una apertura y seguimos con el tratamiento», contó.

Posteriormente, en 2022, Verdun no podía acceder a los medicamentos porque no estaban disponibles, por lo que tuvo que presentar una denuncia por amparo.

«Tuve que presentar una denuncia judicial para recibir el medicamento. Todo el trámite demoró tres meses a pesar de que en 72 horas el ministerio te tendría que proveer del medicamento», afirmó.

Luego de que se terminó la cantidad del medicamento que fue estipulada por la denuncia de amparo, tuvo que volver a presentar una nota en el ministerio para que volvieran a aprobar el tratamiento.

«Otra vez hice la presentación y esperé tres meses de vuelta para poder recibir de mi medicamento. Actualmente estoy teniendo el problema otra vez porque no hay. Ese medicamento se toma por 21 días y luego se descansa una semana. Se me está terminando el tiempo», dijo.

Explicó que los pacientes con cáncer tienen una «lucha interior para lograr salir adelante».

«Además de todo lo que es el tratamiento, también tenés que poner de tu parte para que puedas lograr salir adelante, porque no es fácil. Cuando a mí me dijeron que yo tenía un cáncer estadio 4 y solamente 8 meses de vida, realmente te quedas mal, porque no sabes cómo vas a encararlo. Cuando logras poner de tu parte, tenés momentos en los que te viene todo encima (…) Empiezan los cuestionamientos de si será que ya me curé, será que estoy mejor, será que me va a volver, todas esas preguntas te estás haciendo constantemente, y más todavía cuando tus medicamentos te faltan, te sentís desprotegida, como si fuera que no tenés tu escudo que te está ayudando», finalizó. (Sputnik)

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