Ciudad de México, 8 mar (Sputnik).- La desigualdad de género y las expectativas ante la posibilidad de que por primera vez en su historia México tenga una mujer al frente del Gobierno federal, dominan este viernes las manifestaciones del movimiento feminista en el país norteamericano.
Una larga agenda está pendiente en México para asegurar la plena igualdad entre hombres y mujeres, porque la desigualdad por motivos de género es preocupante, comenzando con la violencia.
Maricalire Acosta, pionera del movimiento defensor de derechos humanos en México desde los años 1980, dijo a la Agencia Sputnik que «la desigualdad de género es un tema absolutamente prioritario que hay que enfrentar y no solamente con promesas de mejores leyes y creación de fiscalías».
La fundadora de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los DDHH (1990-2000), también dirigió la Academia Mexicana de DDHH (1984-1989) y fue la primera representante de la Sección México de Amnistía Internacional (1977- 1984).
«Un nuevo enfoque debe abordar de manera integral el problema, con políticas que no sólo consideren la sanción de los abusos, sino la prevención, y sobre todo la absoluta reparación del daño», prosigue la entrevistada en el marco de una nueva movilización por el Día Internacional de la Mujer, que se celebra en todo el mundo cada 8 de marzo.
Los derechos sexuales reproductivos, la criminalización del aborto y la violencia obstétrica dominan las reivindicaciones de las mujeres, dice la experta, que fue consejera de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, ombudsman federal).
«En el consejo consultivo de la CNDH revisamos muchas quejas, discutimos y recomendamos políticas públicas para prevenir la violencia obstétrica, que es muy grave entre mujeres de bajos recursos», recuerda la especialista.
Otra preocupación se refiere a las estrategias de garantías de los cuidados familiares: hace falta desarrollar en el país norteamericano «una política de cuidados y reconocer el papel que tenemos la mujeres en la protección de la familia y la reproducción de la vida», afirma Acosta.
La especialista propone restablecer las políticas de Estado que en la actual administración fueron desmanteladas en detrimento de los derechos de las mujeres.
«Se deben recuperar las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo, reivindicar trabajos de mujeres no reconocidos, con apoyos a programas para repartir la carga de ese trabajo de cuidados en toda la sociedad», plantea.
Expectativas
Sobre las candidatas a la presidencia hacia los comicios del 2 de junio, la oficialista Claudia Sheinbaum, y la opositora Xóchitl Gálvez, el movimiento feminista observa con grandes expectativas sus propuestas de campaña.
Rocío Culebro, defensora de los derechos de todas las personas desde hace más de tres décadas en diversas organizaciones, se refirió a las principales reivindicaciones que las mujeres exigen en el país norteamericano.
«Existe una desigualdad en las horas y salarios por trabajo realizados por las mujeres, ante un imaginario dominante de que las mujeres rendimos menos, lo que justifica un salario menor», indica la defensora.
También considera imperativo ofrecer mejores oportunidades para acceder a un trabajo.
«Las mujeres necesitamos contar con guarderías en los centros de trabajo y lugares especiales para amamantar a las hijas o hijos, mientras se cumple con la jornada laboral», propone la activista de diversas organizaciones civiles, entre ellas el jesuita Centro de DDHH ‘Agustín Pro SJ’.
En ese marco, valora el derecho a acceder a puestos de poder sin importar el color, religión, ni preferencias sexuales, entre otras.
«México hará historia al tener como presidenta de la República a una mujer: no es cosa menor, estamos rompiendo el techo de cristal», sostiene.
La aspirante oficialista y ex jefa de Gobierno de la capital plantea modificar leyes, mientras que la senadora opositora hace énfasis en no dar marcha atrás de derechos adquiridos, como la interrupción del embarazo.
Acosta indicó que «abrir líneas de emergencia para mujeres -como propone Sheinbaum- es importante; pero son repeticiones de lo que ya se está haciendo, no es una política integral que vaya al corazón del problema de la desigualdad de género».
Considera importante que la opositora proponga el derecho al aborto ya reconocido en la capital del país y algunos estados de la federación mexicana, y el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, la sexualidad y la maternidad.
También destaca la propuesta de volver a operar las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo que han sido cerradas en la actual administración federal
Acosta propone «impulsar una economía de los cuidados, como parte de una política más desarrollada y clara en un programa de derechos de las mujeres».
Feminismo combativo
A lo largo de los últimos cinco años, el gobierno federal ha mantenido una tensa interacción con el movimiento feminista, marcada por fricciones y protestas en las que cada 8 de marzo expresan el enojo de las mujeres por algunas decisiones del Estado mexicano y a veces terminan en represión y disturbios.
«La relación del Gobierno con el feminismo es una relación ríspida y tirante, en donde las autoridades federales no han afrontado la crisis por la violencia contra las mujeres de manera frontal», indica Acosta, quien fue titular de la Cátedra Unesco en Educación para la Paz.
Con esa reacción oficial ante las manifestaciones en las calles «se elude ir al fondo de la desigualdad de género y el Gobierno ha sido enormemente conservador, al transferir a las mujeres la carga de responsabilidades que ya se habían resuelto con programas estatales», puntualiza.
La igualdad de género sigue siendo uno de los mayores retos en el mundo y en México la mayoría de personas que padecen de pobreza son mujeres, según el Sistema de Naciones Unidas en el país.
De acuerdo al informe publicado este viernes, las mujeres representan el 53 por ciento de las 46,8 millones de personas que viven en situación de pobreza en México.
De igual manera, la ONU señala que una de cada dos niñas en México vive en la pobreza, condición que las acompañará toda su vida en caso de no tener acceso a todos sus derechos, incluyendo salud, educación, nutrición y protección social. (Sputnik)
