domingo 5, mayo 2024
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Marcha inédita en Argentina a favor de la universidad pública pone en aprietos al Gobierno

Buenos Aires, 24 abr (Sputnik).- Ha sido una de las movilizaciones más contundentes de los últimos años, diversa en su convocatoria, inédita por su masividad, irrebatible en su advertencia al Gobierno de Argentina: la universidad pública no se toca.

Según la Universidad de Buenos Aires (UBA), unas 800.000 personas -tan solo en Buenos Aires- fueron parte de la Marcha Federal Universitaria que colmó el centro de esta capital, para protestar contra el ajuste del presupuesto universitario, también sin precedentes, ejecutado por la gestión presidida por Javier Milei.

La protesta, que se ha hecho sentir también en el resto de las provincias, quizás se haya convertido en la manifestación más multitudinaria desde que asumió en diciembre el actual Ejecutivo, con más de un millón de participantes en todo el país.

«En 2001 pasamos una crisis muy grande, en la cual nunca pensamos que en nuestra familia alguien pudiera llegar a recibirse en algún momento», cuenta a la Agencia Sputnik, en plena marcha, Claudia María Córdoba, que hoy tiene a sus dos hijas recibidas en la Universidad Nacional de Avellaneda, la provincia de Buenos Aires (este), donde vive con su marido.

Ella misma, con 62 años, se encuentra en el último año de Abogacía en la misma casa de estudios, con la intención de ejercer después de obtener el título.

«En 2015 Se abrió la universidad y decidí anotarme, de otra manera no hubiera podido acceder. Si yo no me involucrara… ¿qué le queda a mis nietos?», se pregunta.

Horas antes de la marcha, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, consideró resuelto el conflicto presupuestario con las universidades nacionales a partir de la transferencia de 21.888 millones de pesos (unas 21 millones de dólares) para gastos de funcionamiento y para los hospitales universitarios.

Esos fondos, que incluyen un aumento de 70 por ciento para el mes de marzo, cuando la inflación acumulada en el último año llegó al 287,9 por ciento, representan apenas el 8,9 por ciento del gasto total de universidades nacionales.

Tal fue la afluencia de la marcha en la capital argentina, que un grupo de mujeres reconoció no haber podido entrar a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo, donde se leyó el documento final de la protesta.

Una de ellas era Graciela, profesora de posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras, en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

«Para Argentina la educación es un bien y un derecho tan importante que todo el mundo acá suma fuerza contra este Gobierno, que es vendepatria y entreguista de la soberanía», comenta. «Nunca se había visto este grado de ajuste en la universidad. Este tipo (por Milei) es un demente, un loco, un enfermo y nos está llevando a la destrucción».

Matías Godoy, de 18 años, avizora muchos meses de protestas que pondrán en jaque al Gobierno de Milei por el costo de vida cada vez más elevado que existe, frente a unos salarios que perdieron el 20 por ciento de su poder de compra desde que asumió la actual gestión, en diciembre pasado.

Matías es estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, al igual que Daiana Zurita, otra joven que se hizo presente en esta marcha por solidaridad con sus compañeros de la UBA, que se declaró en emergencia presupuestaria.

«Tenemos miedo de que nos pase lo mismo, de que nos corten la luz como a ellos», explica. «Además yo vivo de alquiler, y por el momento trabajo y estudio, pero se me dificulta todo porque cualquier compra me sube al extremo, así que también por eso estamos aquí».

Ajuste sin igual

Los fondos presupuestarios que transfirió el Gobierno representan solo un aumento del 4,1 por ciento del presupuesto universitario, según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.

«El desfinanciamiento es incomparable por la velocidad», aseguró a Sputnik el rector de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Víctor Moriñigo.

El CIN, institución que reúne a los rectores de las 57 universidades nacionales y de las 14 provinciales que tiene el país, fue una de las entidades convocantes a la Marcha Federal, junto con el Frente Sindical de Universidades Nacionales, integrado por seis sindicatos docentes, y la Federación Universitaria Argentina (FUA), que aglutina a casi un millón y medio de alumnos.

Según Moriñigo, sobre el Ejecutivo de Milei pesa «un enorme prejuicio sobre todo lo que hace el Estado».

«Ellos advierten un Estado ineficiente, corrupto, que no sirve para nada, y se han encontrado con una universidad pública a la cual la gente la defiende le quiere y le cree, y que es la institución más querida de la sociedad argentina», consideró.

Para el titular del CIN, una segunda situación incide en la lectura errónea que hace el actual Ejecutivo con el drástico recorte del presupuesto universitario, y es «un enorme desconocimiento de cómo manejar el Estado».

«Entonces todo se demora el triple; nada funciona; no hay terceras líneas designadas, no pueden mover un expediente de un lugar a otro, y eso ha traído mucho retraso: ese retraso que a nosotros ya nos ha llevado puesto un cuatrimestre», razona Moriñigo.

La comunidad universitaria pública de Argentina, integrada por más de dos millones de estudiantes, más de 155.000 profesores y unos 60.000 no docentes, ha logrado que la Marcha Federal Universitaria de este martes no tenga parangón: un mensaje que será difícil de esquivar para el Gobierno. (Sputnik)

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