Montevideo,, 9 may (Sputnik).- Argentina y Uruguay enviaron ayuda material para colaborar en las tareas de rescate en el estado brasileño de Rio Grande do Sul (sur), afectado por graves inundaciones en más de 400 municipios que ya causaron la muerte de 107 personas, según el último reporte de Defensa Civil.
El Gobierno uruguayo puso a disposición de Brasil un helicóptero que ya realizó evacuaciones de personas que sólo podían ser rescatadas por aire.
«Lo que se ofreció enseguida fue el aporte de un helicóptero, que ya está realizando tareas de salvamento y de traslado en Rio Grande do Sul desde hace unos días, y hemos ofrecido más recursos que tienen nuestras Fuerza Aérea y Fuerzas Armadas, que están a disposición de Brasil si lo necesita», expresó el canciller uruguayo, Omar Paganini.
Algunas fuentes difundieron que Brasil había rechazado la oferta de colaboración hecha por Uruguay, aunque el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, se encargó de negar tales versiones, además de agradecer la ayuda del país limítrofe con un mensaje publicado en su cuenta de X.
«Difunde la verdad. El Gobierno brasileño no rechazó la oferta de ayuda de Uruguay para las operaciones en Rio Grande do Sul. En el estado está operando un helicóptero prestado por el país amigo. Brasil agradece a Uruguay su ayuda y pronta asistencia», publicó el mandatario.
Argentina, por su parte, enviará en la tarde de este jueves un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea con dos plantas potabilizadoras de agua con sus respectivos operadores, según anunció a primera hora el ministerio de Defensa.
La colaboración había sido ofrecida por el Gobierno argentino el pasado lunes y Brasil respondió en forma afirmativa. El envío que debía salir en la víspera hacia la base aérea militar de Canoas se demoró 24 horas por inclemencias climáticas.
Asimismo, ofreció apoyo logístico, transporte aéreo y terrestre, personal de sanidad y expertos en rescate.
Otro ofrecimiento de ayuda llegó por parte del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), una entidad que reúne a los ministerios afines de Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay, y que dirige temporalmente el argentino Fernando Vilella.
En un comunicado, se comprometieron a «brindar todo el apoyo necesario a las autoridades brasileñas para ayudar en la respuesta y recuperación ante esta emergencia».
Los ríos Caí, Taquirí y Jacuí constituyen el inicio de un sistema lacustre que termina en el océano Atlántico. Son los principales aportantes al caudal del río Guaíba, una cuenca que tiene más características de lago que de río, y que, con 496 kilómetros cuadrados, mide casi lo mismo que toda la ciudad de Porto Alegre, a la cuál baña, abastece y recibe sus efluentes.
Toda esa agua desemboca en la laguna de los Patos la cual, junto con la Laguna Mirín, conforma uno de los espejos de agua más grandes de Sudamérica, por un estrecho paso de unos dos kilómetros de ancho, por lo tanto, en apenas cuatro días el volumen del Guaíba pasó de 2.000 metros cúbicos a 25.000 metros cúbicos por segundo.
Las torrenciales lluvias acaecidas en las últimas semanas, producto del cóctel entre cambio climático y el fenómeno El Niño, hicieron crecer las cotas de esos ríos cubriendo de agua las ciudades de Porto Alegre, Guaíba, Eldorado do Sul y Barra do Ribeiro.
No obstante, las crecidas de los ríos antes mencionados también inundaron Caxias do Sul, Canoas, Santa Maria y Santa Rosa, entre otras.
En menos de un año, este estado del sur de Brasil ya ha sufrido cuatro desastres climáticos y, solo en 2023, los temporales de junio, septiembre y noviembre dejaron 80 muertos.
La cifra de muertes causadas por las inundaciones de este año en Rio Grande do Sul ascendió a 107, según el último balance publicado por la oficina de Defensa Civil de esa región.
La región registra también 136 desaparecidos, y otras cuatro muertes están siendo investigadas por su posible vínculo con el temporal. (Sputnik)
