Costa Rica está a las puertas de uno de los procesos electorales más complejos y decisivos de su historia republicana. Los impactos económicos y sociales, acrecentados por la pandemia y el agotamiento del modelo neoliberal aplicado durante las últimas cuatro décadas por los gobiernos del PLN, PUSC y PAC, poniendo el debate electoral en una decisiva encrucijada.
El gobierno PAC, asociado a las fracciones legislativas del PLN, PUSC, Nueva República, Restauración Nacional y un grupo variopinto de legisladores llamados “independientes”, ha llevado adelante la más violenta y antidemocrática contrarreforma antipopular y antilaboral de las últimas décadas, cuyo objetivo es el desmantelamiento del Estado Social construido en la segunda mitad del siglo XX.
Toda la legislación aprobada y puesta en debate en este gobierno: Ley 9635 (combo fiscal), la ley antihuelgas y los proyectos de Empleo Público, Eliminación de la jornada laboral de 8 horas, son un claro retroceso democrático y de vaciamiento de derechos, además, el Acuerdo firmado con el FMI que representa el más radical ajuste desde los Programas de Ajuste Estructural de la década del ochenta.
La realidad social que vivimos es la prueba evidente de que la receta neoliberal ha fracasado y no puede seguir siendo la ruta por la que transite el país: con la tasa más alta de desempleo de la historia nacional, más de 400.000 trabajadores afectados; la tasa de pobreza más alta con más de 1 millón 350 mil personas en dicha condición; la mayor desigualdad social de la historia nacional.
La oferta electoral refleja la decadencia de las élites políticas, el viejo bipartidismo PLN/PUSC repitiendo propuestas neoliberales agotadas; el PAC que se mueve entre la cohabitación o la ruptura con el gobierno actual; irrupción de neoliberales de nuevo cuño que ofrecen más de lo mismo; una derecha “religiosa” negadora de derechos y neoliberal y una extrema derecha liberal vociferante que quiere acabar con todos los derechos laborales para trabajadores públicos y privados.
Las elecciones de febrero 2022 están mostrando la polarización existente en el país, con unos poderes mediáticos que imponen agendas y sin vergüenza alguna convertidos en operadores políticos de oscuros intereses económicos. Con una corrupción galopante por parte de los sectores privados que han convertido al Estado en su nicho de negocios turbios; con partidos políticos penetrados por el narcotráfico.
Hoy está en juego la defensa de la CCSS para garantizar el derecho a la salud; la defensa de la educación pública para garantizar el derecho a la educación de nuestra niñez y juventud; la defensa del ICE para seguir garantizando electricidad y telecomunicaciones de carácter universal; la defensa del Estado y de toda la institucionalidad pública, para continuar fortaleciendo nuestro sistema de protección social.
Hoy está en juego el futuro de la patria, no será con acuerdos con el FMI, con leyes antilaborales y antipopulares o con las recetas neoliberales que profundizan la pobreza y la exclusión social, como lograremos salir de los efectos de la pandemia.
BUSSCO llama al pueblo a NO VOTAR por las opciones electorales que presentan las mismas agendas y recetas neoliberales de las últimas décadas, además, responsables de la catástrofe económica y social que vivimos.
Hoy más que nunca, se vuelve urgente ejercer un voto consciente, optando por aquellas alternativas que son congruentes con el valor y el reconocimiento al trabajo digno y al desarrollo humano, a la justa distribución de la riqueza y a la defensa y el fortalecimiento de las conquistas sociales.
(*) Bloque Unitario Sindical y Social (BUSSCO)
