¿Hay un esfuerzo deliberado de los gobiernos de aturdir a las masas? La pregunta parece dura e incluso difícil de probar, sin embargo existe una gran cantidad de información que prueba que existe un grupo de élite que no sólo tolera sino que además introduce de forma efectiva diversas políticas que van en detrimento de la salud física y mental de la población.
El hombre moderno está siendo estupidizado de muchas maneras. Este tema acerca de la estupidización o «atontamiento» de las masas es a menudo mencionado en diversos artículos preferentemente en otros idiomas, no así en castellano. Esta es una limitación, especialmente para los hablantes hispanos quienes menos oportunidad tienen de acceder al conocimiento y a lo que ocurre a su alrededor.
La información científica se ha estado proveyendo desde hace muchos años en el sentido que los gobiernos del planeta están «tolerando» –por ejemplo- la venta de muchos productos, los cuales poseen un efecto directo y negativo en las áreas cognitivas y físicas de la salud. Ya que muchos productos cotidianos provocan daño cerebral, deterioro de la capacidad de discernir o discriminar (que es lo mismo) y un bajo rendimiento intelectual, o Coeficiente de Inteligencia.
En el libro 1984, George Orwell, muestra un mundo futurista, donde se mantiene el dominio de la población, aplicándole el control continuo y omnipresente: EL GRAN HERMANO. Manteniéndola en la ignorancia. Sólo se debe aprender lo necesario para cumplir su función dentro de la sociedad, tener el conocimiento suficiente para ser un engranaje más de la cadena de producción.
El Estado crea un nuevo lenguaje limitado, con pocas palabras. Cómo el pensamiento humano se desarrolla en base a palabras, si no existen las que describen, sentimientos como la tristeza, el descontento, o conceptos abstractos. Se limita la mentalidad de la población. Creen que son felices, pero no entienden conceptos superiores como la libertad, porque en su lenguaje no existe dicha palabra. Entendamos que la existencia de un pensamiento depende de su capacidad de ser expresado.
Por otro lado, en la obra Un mundo Feliz de Aldux Huxley, conocemos Utopia, un mundo donde el control total del estado, se inmiscuye en cada aspecto de la vida humana. La reproducción es in vitro con elección de los mejores genes, en base a los cuales se divide a la población en cinco razas, o castas. Se mantiene artificialmente feliz a la población mediante una droga llamada Soma. Se prohíbe la filosofía, religión, libros de historia, los clásicos, aun libros como la biblia para evitar que se pueda desestabilizar la sociedad con conflictos. Es más la mayoría de la población de algunas castas no sabe leer. Se educa mediante la Hipnopedia, que son mensajes que se reproducen en el sueño. Así cada clase cree lo que el gobierno les manda creer.
Ambas son creaciones literarias que exponen situaciones extremas, pero el control del conocimiento, tecnología, y acceso a educación de calidad a la población, es un arma poderosa, que a través de siglos se utilizó para mantener su dominio, y está muy ligada al desarrollo de los medios masivos de comunicación.
A lo largo de la historia conocida, las élites evitaban que sus conocimientos se difundieran entre el pueblo, porque conocimiento es poder. Y el poder permite discernir, y evaluar las decisiones que se tomen sobre ellos, por lo tanto el conocimiento en manos del pueblo es peligroso.
Las religiones constituyeron la vanguardia del control hacia la población, al reservarse conocimientos de todo tipo, y mostrar a sus seguidores lo que convenía para su manipulación. Fernando Vallejo, en su obra, La Ramera de Babilonia dice: “Resurrección y el Cielo. He ahí las dos zanahorias con que la Religión viene jalando desde hace más de dos mil años a su rebaño. Además del garrote del infierno para los que se nieguen a entrar al redil. El desinterés de unos y el interés de otros pocos, es mantener ocultos los detalles de su doctrina e historia, lo cual los ha llevado a una “ignorancia aceptada” y una “manipulación mal intencionada”.
En la edad media, la oposición de las élites a la difusión de la imprenta, se debía al peligro de perder la hegemonía del conocimiento. De una forma barata y sencilla, las grandes obras podían ahora llegar a manos del pueblo. Al final se usaría ese medio como fuente de desinformación e ignorancia.
Con la aparición de los medios masivos de comunicación, se inició una nueva etapa de manipulación y desinformación, la propaganda, como medio de control psicológico ahora tenía un camino llano y un montón de personas ávidas de escuchar, y obedecer. Los periódicos manipulaban a su antojo la opinión de los pueblos, Gustav Lebon, en psicología de las multitudes dice: “Muchas personas actualmente no tienen más opinión sobre los asuntos de actualidad, que aquello que les dicta su periódico local.”, frase formulada en 1890, y que hoy está más viva que nunca, aplicada a los medios de comunicación modernos.
Los inicios de la Radio, y el por qué este medio, tan poderoso, es aun hoy en día un medio gratuito, tiene sus orígenes en Estados Unidos de los años 20. El gobierno impulsa la creación de radioemisoras, y el desarrollo de su tecnología, porque veía en la radio un medio potencial, donde propagar sus ideales, forma de vida, y guiar sutilmente a la población.
Durante la segunda guerra mundial y la guerra fría, se usa la radio como arma de guerra, la Alemania nazi distribuyó gratuitamente radios para diseminar su propaganda. Los demás países también usaron el medio para incrementar el patriotismo, desalentar o desinformar al enemigo. La CBS, y la Voz de América, de Estados Unidos, la BBC de Londres, son ejemplos de medios que manipulaban, y cambiaron el curso de la guerra con sus transmisiones.
La televisión posteriormente al aunar imagen y sonido, se consolido como el medio líder, para el entretenimiento, propaganda y manipulación de las masas.
Es así, que viendo este potencial, en todo el mundo comienzan a usarse estos medios como instrumento de control, se usan mensajes cortos y sencillos, se manipula, se exagera o se minimiza la importancia de las noticias. También se incentiva su audición y visión colectiva, para potenciar sus efectos psicológicos. Aun la música transmitida y sus estilos a través de los años tienen un por qué psicológico y de control.
Poco a poco el contenido de la radio y la televisión, se va estandarizando y haciendo más trivial, para desviar la atención de los asuntos importantes. Se convierten en un medio que permite diferentes niveles de atención: permite una concentración profunda o una más baja. Se observa que las ondas cerebrales de personas con una atención profunda a la radio o la televisión, son similares a las ondas observadas en ciertos grados de hipnosis, lo cual nos indica que es posible enviar órdenes que el receptor acepte pasivamente, y luego las ejecute inconscientemente.
Los sistemas educativos mundiales, están casi totalmente inmersos en una fase de mediocrización y condicionamiento. El psicólogo conductista Benjamín Bloom, creador del actual sistema educativo norteamericano, en su obra “Taxonomía de los Objetivos Educacionales”, texto base para los educadores del país del norte, define el propósito de la educación como: Cambiar los pensamientos, acciones y sentimientos de los estudiantes. Es decir dirigirlos, hacia posturas y conceptos previamente determinados, a fin de quitarles el libre albedrio de la elección.
Existen teorías e incluso denuncias de médicos e instituciones, que indican que el ser humano actual está siendo disminuido mentalmente, de forma deliberada, mediante añadidos en varios productos que consumimos diariamente. Las vacunas contienen una forma de mercurio como conservante, hecho ya denunciado ante la OMS , pues el mercurio causa disminución de las facultades cognitivas, y al ser aplicado repetidamente desde la niñez deriva en un bajo nivel intelectual, desordenes y problemas de aprendizaje. Lo mismo sucede con la fluorización del agua.
Alfred Rosemberg, ideólogo del nazismo dice: Una de las formas más efectivas de alcanzar y retener el poder, es lograr manipular y controlar el conocimiento de las masas, y grupos influyentes. Si logramos controlar que sabe, o cree saber un grupo de personas, tendremos control sobre sus vidas y destinos.
Ya vivimos en un mundo donde la clase política dominante aplica todos estos principios de desinformación y manipulación de lo que cree el pueblo, haciendo todo lo posible por perpetuarse en el poder, cueste lo que cueste, a expensas de los derechos civiles de los que hoy gozamos, aprovechándose de la ignorancia y fomentándola al invertir cada vez menos en educación; o destruyendo el entendimiento humano de forma deliberada haciéndonos incapaces de pensar, volviéndonos analfabetos funcionales. Recordemos que un pueblo inculto es un pueblo dócil.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría.