domingo 28, abril 2024
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Los pueblos trasplantados:su mentalidad belicista y genocida

Columna libertarios y liberticidas (25). Tercera época.

Esas gentes anglosajonas que se propagaron por todo el planeta como una plaga, a las que el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro (El Proceso Civilizatorio) llamó “pueblos trasplantados”, han resultado ser lo más peligroso incluso para la supervivencia de la humanidad: su afición por las guerras, las limpiezas étnicas y los genocidios, más o menos encubiertos, así lo evidencian. Entre ellos destacan los estadounidenses o autodenominados “americanos” con su actitud excluyente hacia cualquier otro pueblo o nación que no pueda mirarse en su propio espejo de pueblo elegido de Dios, en primer lugar como aquellos colonos que se independizaron de su majestad británica para expandirse sobre los territorios vecinos como resultado del New Covenant, pero sobre todo estamos hablando aquí de los canadienses, los australianos y neozelandeses, unos “colonizadores” que despojaron de sus tierras a diferentes pueblos originarios cometiendo verdaderos genocidios y etnocidios como parte de su tarea “civilizadora”. Su racismo y su etnocentrismo los llevó a exterminar en menos de un siglo a la totalidad de los nativos de la Isla de Tasmania, la más austral del conglomerado territorial australiano, en el que de manera simultánea, ejecutaron la reducción a su mínima expresión a los aborígenes australianos, a los que despojaron de sus hijos por considerarlos menos que seres humanos, a lo largo de muchas décadas, durante las cuales los convirtieron en parias desarraigados, y los hicieron objeto de la explotación doméstica y aculturación más brutales, un hecho que ocurrió entre los años 1910 y 1970. Tal y como se nos muestra en la película australiana de hace unos veinte años intitulada RABBIT PROFF FENCE, en la que se nos muestra la odisea y la tragedia de dos niñas australianas arrancadas a su madre, las que se fugaron y caminaron de sur a norte dos mil kilómetros, siguiendo la famosa cerca a prueba de conejos, de tal manera que atravesaron a lo ancho todo el territorio continental casi en línea recta, hasta alcanzar el reencuentro con su madre. Se trata de un relato de una antropóloga, nieta de una de las protagonistas de esos hechos, ocurridos en 1930.

El admirado Canadá, todavía súbdito de su majestad británica y miembro de la Commonwealth o Comunidad Británica de Naciones, siguió la misma política que los australianos anglosajones, con el involucramiento de los francocanadienses católicos en contra de los pueblos originarios amerindios e inuits o esquimales, quienes sufrieron no sólo el despojo de sus hijos con la complicidad y participación activas de la Iglesia Católica en esos actos criminales: se han encontrado cientos de cadáveres en los orfanatorios o presuntas escuelas, lo que ha provocado la indignación y la justa protesta de los pueblos originarios.

Tal y como lo denunció Pierre Beaucage de la Universidad de Montreal: “En mayo de 2021, el descubrimiento de un cementerio clandestino, con cientos de tumbas anónimas, en los terrenos de un antiguo internado indígena en Columbia Británica, fue un choque para la opinión pública canadiense. Hubo que reexaminar unas páginas negras de la historia del país: entre 1880 y 1996, unos 150 mil niños indígenas fueron sacados de sus familias y comunidades y colocados en internados bajo la autoridad de la Iglesia católica (70%) o de Iglesias protestantes (30%). El objetivo explícito era borrar toda huella de sus idiomas y de sus culturas para que se asimilaran a la cultura canadiense. Esta política tuvo resultados desastrosos tanto a nivel psicosocial como físico. Miles murieron de mala alimentación y por falta de atención médica adecuada. Además, un gran número fueron víctimas de sacerdotes pedófilos. El silencio sobre este drama fue roto por la Comisión Real sobre los Pueblos Indígenas (CRPA) cuyas audiencias duraron de 1991 hasta 1996. El gobierno federal canadiense fue condenado por los tribunales a pagar importantes indemnizaciones, que nunca compensarán por los daños causados a generaciones de niños y a los pueblos indígenas de Canadá. Estos daños caben dentro de la definición de genocidio adoptada por la ONU.”

En el caso de Nueva Zelanda, si bien los anglosajones fracasaron en el intento de aniquilar a los maoríes descendientes de los polinesios, los que habitaron esas islas durante muchos siglos, a pesar de sus reiterados intentos iniciales y la persistente aculturación que no ha cesado nunca, causando el aniquilamiento de la mayor parte de las tradiciones de este pueblo.

Estos mismos anglosajones que formaron parte de esos pueblos trasplantados, en los casos de Australia y del Canadá, de los que nos hablaba Darcy Ribeiro en su mencionada obra, fueron una excelente carne de cañón para los afanes imperiales de la Gran Bretaña durante la primera y la segunda guerra mundiales. Conviene recordar, al respecto, aquella película Gallipoli, una playa rocosa en la Turquía europea del entonces Imperio Otomano, en la que dejaron sus sueños y sus vidas muchos jóvenes australianos respondiendo al llamado guerrero de su majestad británica. En estos tiempos en que vemos a los gobernantes de la Casa Blanca de Washington impulsando guerras, limpiezas étnicas y toda clase de odios, siempre cercando a otros países con bases militares y armas de destrucción masiva, en cualquier latitud del planeta, conviene reflexionar sobre la patológica naturaleza belicista de estas gentes, la que nos tiene al borde la Tercera Guerra Mundial.

(*) Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

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11 COMENTARIOS

  1. Completamente absurdo articulo. Es de un repugnante racismo, al condenar a un pueblo en particular, los anglosajones, de genocidio o conquista, práctica que ha sido propia de toda la humanidad a través de la historia. Lo que describe el autor como mentalidad excluyente es la actitud que ha tenido todo pueblo en el mundo. Sea blanco, negro, amarillo,etc. De hecho el pasado de estos pueblos fue mucho más violento antes de la llegada de los blancos a ese lugar.

    Y la pobreza de los argumentos es notable. Se presenta como evidencia una película? Por algo decimos que las películas hay que suspender la creencia. Porque son ficcion o a veces mezcla de hechos reales con ficcion. En el caso de “Rabbit proof fence” Lo único real es el viaje que realizan los niños. Lo demás es una falsedad, el motivo que fueron separados de su hogar fue porque estaban siendo abusadas sexualmente por hombres en la estación donde vivían. Muchas veces por su propia voluntad. Y vivían en total abandono, porque al ser Lo que llamamos mestizos, eran repudiados y dejados en abandono por comunidades aborígenes. Quienes son los racists ahí?

    El mito de las generaciones perdidas en Australia es eso, un mito. Es enseñado en universidades, pero eso no es de extrañar. La academia ha caído en desprestigio en todo el mundo. El articulo de este autor es clara muestra de ello. Otro farsante por ejemplo el escritor Bruce Pascoe, que publicó un libro llamado Dark Emu, donde decía que aborígenes australianos eran practicantes de la agricultura mucho antes de la llegada de los ingleses. Y formaban grandes centros poblacionales. El libro es una gran sarta de mentiras y fue evosverado por verdaderos historiadores. Pero aún así fue publicado por la imprenta de la universidad de Melbourne, para su eterna vergüenza.

    Pero como digo las mentiras como esa van más allá de fraude intelectual. Tiene efectos en la vida real. Debido al mito de las generaciones robadas, hoy día miles de ninis aborígenes en Australia sufren horrorosos abusos físicos y sexuales y ambientes familiares de violencia y abuso. Pero al contrario de sus pares no aborígenes, es imposible intervenir por el miedo de parecer culturalmente insensibles. Este miedo de parecer políticamente incorrecto ha hecho que innumerables niños hayan ,Jerrold por abuso en esas comunidades,con tasas de voctimizacion mucho peores que la población general.

    Saludos

    Jorge Fallas
    Jorgefallas@yahoo.com

  2. Gran artículo, reforzado por la réplica frontal del primer comentarista. Es un tema muy mal aceptado por la historia oficial, que dice otra cosa.

  3. Bueno don Rogelio encontro papa.
    Uno lee y dice , es que ni en Semana Santa el corazon de don Rogelio descansa,siempre destilando veneno, rencor,complejo,que feo.Busque una vida mas espiritual, que pronto sera llamado a la par del señor. Refelexione,medite,ponga paz a sus pensamientos.

  4. Cientos de aborígenes de la «generación robada» de Australia, los niños secuestrados por la fuerza a sus familias en nombre de la asimilación, demandaron al gobierno el miércoles (28.04.2021) por daños y perjuicios.
    El término «generación robada» se refiere a miles de niños indígenas que fueron separados por la fuerza de sus familiares, desde 1910 hasta los años 1970, para ser colocados en instituciones o familias blancas con fines de asimilación. Muchos nunca volvieron a ver a sus padres o hermanos.
    Tristán Gaven, del bufete de abogados Shine Lawyers, anunció el miércoles haber iniciado una demanda colectiva en nombre de cerca de 800 habitantes del Territorio del Norte, estimando que otros miles podrían legítimamente unirse a esta lucha.
    En otros estados de Australia ya se establecieron mecanismos de indemnización, pero el gobierno federal, que administraba el Territorio del Norte en el momento en que se produjeron los secuestros, nunca lo hizo. Es el primer recurso colectivo de este tipo en el Territorio del Norte, donde viven 250.000 personas, de las cuales un tercio son aborígenes.
    Las disculpas de Australia en 2008 no son suficientes
    Heather Alley, de 84 años, tenía nueve años cuando fue arrebatada a su madre. Ella afirma que este trauma la persiguió durante muchos años: «Participo en esta demanda porque creo que nuestra historia debe ser contada», afirmó
    En 1997, un informe titulado «Llévenlos a casa», resultado de una encuesta nacional, reconoció que se habían violado los derechos de esos niños y recomendó una serie de medidas de apoyo.
    Una de las propuestas clave de este informe, en el que Australia presenta excusas nacionales, se realizó en 2008. Pero un cuarto de siglo más tarde, las víctimas denuncian el racismo institucional siempre actual y el fracaso de las autoridades en afrontar los problemas de salud mental de las personas afectadas, aunque se asignaron fondos a los programas de asesoramiento y apoyo a las familias.
    Si bien no se dispone de cifras exactas sobre el número de personas afectadas, el informe de 1997 estima que al menos uno de cada diez aborígenes e indígenas del Estrecho de Torres fue separado de su familia.
    Los aborígenes e indígenas del Estrecho de Torres viven en Australia desde hace más de 40.000 años y constituyen la población más pobre y marginada del país. Cuando los colonos europeos llegaron a Australia en 1788, los aborígenes eran alrededor de un millón. En la actualidad representan solo 3% de los 25 millones de australianos.

    JU (afp, , efe, theaustralian.com.au, canberratimes.com.au, sbs.com.au

  5. Excelente artículo de don Rogelio, los invito a ver en HBO MAX el documental «maten a todos los brutos», con él tendrán una idea más profunda y descriptiva de los genocidios de la raza blanca en todo el mundo. Yo solo reflexiono… Habrán analizado todos los factores implícitos nuestros diputados al aprobar la celebración del dizque: día de acción de gracias»???

  6. El escritor inglès Rudyard Kipling, escribiò un poema titulado El Pesado Fardo del Hombre Blanco, en donde nos habla de la pesada tarea del hombre blanco de llevar la «civilizaciòn» al resto del mundo, pobrecitos estos blanquitos ellos tan desinteresados en modernizarnos y nosotros ponièndoles obstàculos. Lo peor de todo es que hay gentes nacidas en estas tierras que defienden toda esta barbarie. Me parece que algunas personas por mas que lleven apellidos como Otoya o Fallas, no dejan de ser gringos nacidos en Tiquicia.

    • Don Rafa : Muy a la moda.Ya que habla de los Estados Unidos,los afroamericanos estan pidiendo trillones de dolares en indemnizacion por haberlos llevado de esclavos de Africa,mas ninguno quiere regresar a su pais de origen.Todo se trata con abogados de lograr extraer dinero al estado con un cuento del racismo de otra epoca , otro momento de la historia.No es mas que una transaccion comercial fomentada por bufetes de abogados para generar horas legales y cobrar su porcentaje de la indemnizacion.Siempre hay un incauto socialista que sigue creyendo que la luna es de queso.

      • Sabe que doña Flora, usted interpreta de manera muy extraña todo artìculo publicado en este diario, tiene cada ocurrencia, que me parece si fue por el proceso electoral recièn pasado, por el resultado que tuvo, la dejò a usted tan impactada, a tal punto que sus incoherencias se estàn haciendo proverbiales.

  7. Mas de lo mismo de este periodico. Odio, Racismo, pero eso si, de sus escritores hacia los demas…si alguien trata de escribirles en sus mismos terminos lo censuran. 5 minutos de mi vida perdidos en este articulo inutil.

    • No está obligado a leer mi texto, al que califica de «artículo inútil», ustedes tienen el monopolio de la prensa conservadora: es cuestión de que hable con sus amigos de Llorente, esos que producen el boletín de la dictadura neoliberal en democracia…Pobrecitos anglosajones, ellos que no son racistas ni han invadido, ni destruido países o es que le duele que pueda expresarme por este medio para destacar la conducta patológica de algunos pueblos belicistas. Los anglos del Reino Unido y los trasplantados gringos, canadienses y australianos no tienen el monopolio del genocidio y el etnocidio en contra de otros pueblos, en eso compiten con los españoles y los franceses, no tienen la exclusividad ni siquiera en eso.

  8. Los niños eran separados por la fuerza de su familia para forzar su asimilación en la sociedad canadiense.
    Cuando siendo un niño Joseph Maud se orinaba en la cama, la monja a cargo de su dormitorio le obligaba a restregar su rostro contra las sábanas sucias.
    «Era muy degradante, humillante, porque yo estaba en un dormitorio ante otros 40 niños. Me hace llorar en este momento cuando pienso en ello. Pero el dolor más grande fue estar separado de mis padres, de mis primos y de mis tíos», dijo Maud en 2015 a la BBC al recordar esa traumática experiencia que le tocó vivir a mediados de la década de 1960.
    Maud fue uno de los 150.000 niños aborígenes a los que entre 1840 y 1996 el gobierno de Canadá separó por la fuerza de sus familias y los envió internados manejados por la Iglesia católica.
    • Las lecciones del primer país del mundo que adoptó el multiculturalismo como política nacional
    Los pequeños tenían prohibido hablar sus propios idiomas o practicar su cultura autóctona. No eran decisiones casuales: el objetivo era forzar su asimilación en la sociedad canadiense, tal y como la entendía la mayoría anglo-francófona. La idea era «matar lo indio en el niño».
    Más de 6.000 menores murieron en esas escuelas. Muchos sufrieron abusos emocionales, físicos y sexuales, de acuerdo con el informe presentado en 2015 por la Comisión de Verdad y Reconciliación de Canadá (CTR, por sus siglas en inglés), que recogió el testimonio de más de 7.000 personas sobre lo que ocurría en esas escuelas.
    Algunos de los sobrevivientes culpan a esa experiencia traumática por la alta incidencia de problemas de pobreza, alcoholismo, violencia doméstica y suicidio que hay en sus comunidades en la actualidad.

    Pie de foto,
    Joseph Maud le contó a la BBC sobre su dura experiencia en un internado en la década de 1960.
    El informe calificó lo ocurrido como «genocidio cultural».
    «Estas medidas eran parte de una política coherente para eliminar a los aborígenes como pueblos diferentes y asimilarlos en la mayoría de la sociedad canadiense en contra de su voluntad», dice el documento.
    «El gobierno de Canadá aplicó esta política de genocidio cultural porque deseaba separarse de las obligaciones legales y financieras con los pueblos aborígenes y obtener el control sobre sus tierras y recursos», agrega.
    Disculpas
    Aunque en 2008, el entonces primer ministro de Canadá Stephen Harper se disculpó con los sobrevivientes de lo ocurrido en estas escuelas, el informe señala que hay una urgente necesidad de reconciliación y que el país debe pasar de las disculpas a la acción.
    Este lunes, el sucesor de Harper al frente del gobierno de Canadá, Justin Trudeau, dio un paso en esa dirección al pedirle al papa Francisco que se disculpe por el papel de la Iglesia católica dentro de esas escuelas en las que los niños aborígenes sufrieron incontables abusos.

    FUENTE DE LA IMAGEN,ETTORE FERRARI/ AFP
    Pie de foto,
    Trudeau le dijo al papa Francisco que sus disculpas serían muy importantes para los sobrevivientes de los internados católicos.
    «Le dije cuán importante es para los canadienses avanzar hacia una verdadera reconciliación con los pueblos aborígenes y destaqué cómo él podría ayudar emitiendo una disculpa», comentó Trudeau a la prensa al salir del encuentro con el pontífice en el Vaticano.
    La emisión de una disculpa por parte del Papa es una de las medidas propuestas por la CTR como parte del proceso de sanación de los sobrevivientes.
    Aunque el Vaticano no realizó ningún comentario relacionado con la solicitud de Trudeau, sí confirmó que Francisco mantuvo una charla «cordial» durante unos 36 minutos con el mandatario canadiense y que la conversación «se enfocó en los temas de la integración y la reconciliación, así como en la libertad religiosa y cuestiones éticas».
    Trudeau, quien personalmente se disculpó con los sobrevivientes, destacó que el papa Francisco ya había ofrecido una disculpas similares por los malos tratos sufridos por las comunidades aborígenes en América del Sur durante la era colonial.
    En 2009, el antecesor de Francisco, Benedicto XVI, expresó su dolor por los abusos cometidos en Canadá.

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