sábado 4, mayo 2024
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Un juzgado en EEUU es el escenario donde narcos revelan trama de corrupción en México

Ciudad de México, 27 ene (Sputnik).- El desfile de los primeros testigos en la Corte de la ciudad estadounidense de Nueva York durante la primera semana del juicio contra el ex titular mexicano de Seguridad Pública, Genaro García Luna, intentó mostrar el poder corruptor del crimen organizado.

La expectación se acumuló durante más de tres años, desde que los alguaciles de la ciudad de Dallas, sur de EEUU, detuvieron al diseñador de la estrategia antidrogas del Gobierno del entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012).

El seguimiento del otrora hombre fuerte y contraparte de la DEA -la agencia antidrogas de EEUU-, lo localizó a 1.300 kilómetros de distancia de la ciudad de Miami, Florida, donde estaba su lujosa residencia oficial.

Era el 9 de diciembre de 2019 y solo habían transcurrido cinco días desde que fuera emitida una orden de arresto.

Los cargos por los cuales podría recibir hasta cadena perpetua son: conspiración para adquirir cocaína, distribuir y traficar 50 toneladas de esa droga en rutas internacionales y rendir falso testimonio sobre su fortuna en la solicitud de naturalización como estadounidense.

Pero García Luna no se convirtió en el jefe máximo del combate al crimen organizado de un día para otro.

El imputado llegó a la cima con una larga carrera policial: su ascenso comenzó con el entonces presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) cuando fue jefe del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y en el mandato de Vicente Fox (2000-2006) comandó la Agencia Federal de Investigación.

La punta de la madeja

Su destino cambió un año antes de ser detenido, cuando su nombre fue mencionado en el mismo tribunal de Nueva York que encabeza el juez Brian M. Cogan.

En ese mismo recinto, en un escandaloso juicio, el 12 de febrero de 2019 un jurado encontró que Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, hoy de 65 años, fundador del Cártel de Sinaloa, era culpable de narcotráfico por unos 14.000 millones de dólares.

El Chapo fue condenado a cadena perpetua que purga en extremo aislamiento en la prisión de Florence, Colorado, en el centro geográfico de EEUU.

En noviembre de 2018, durante el proceso contra Guzmán, el ex narcotraficante Jesús Reynaldo Zambada, alias El Rey -hermano del escurridizo Ismael Zambada, alias El Mayo, cofundador del Cártel de Sinaloa- , declaró ante el mismo juez Cogan que se reunió con García Luna en un restaurante.

La cita fue para entregarle dos maletas con hasta cinco millones de dólares en sobornos, dijo.

¿Amigo de Washington?

El veterano jefe policial niega las acusaciones y armó su defensa sin buscar una negociación para convertirse en testigo protegido de EEUU.

En vez de ese camino, se presentó vestido de elegante traje oscuro y corbata gris, cabello cano recortado, para que su defensa muestre cinco fotografías suyas con poderosos funcionarios de Washington.

La lista de sus contrapartes de sus años de gloria la encabeza el entonces presidente Barack Obama (2009-2017).

También se reunió cuatro veces con la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, encargada de la diplomacia de Obama.

Dos veces más fue recibido por el entonces director de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) Robert Mueller, y se encontró con dos directores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Leon Edward Panetta y Michael Morell.

El jefe de la defensa, César de Castro, abrió su primera carta el 10 de enero: la estrategia consiste en «determinar si García Luna fue aliado del Gobierno de EEUU en el combate al narcotráfico trasnacional, o socio de los cárteles de la droga».

El equipo de la fiscalía que encabeza Breon Peace respondió dando un paso hacia adelante: buscará demostrar actividades ilegales del acusado después de que se fue a vivir al estado de Florida, donde manejó una fortuna después de dejar el cargo en 2012.

Testigos y expectación

La mayoría de testigos de la fiscalía son narcotraficantes que fueron detenidos en México y extraditados a EEUU.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abrió esta semana una nueva sección en sus conferencias de prensa diarias, para reproducir el desfile de testigos en el caso.

Para desacreditar a sus antecesores, el actual jefe de Estado repite con frecuencia que en 2006 perdió las elecciones ante Calderón por un fraude electoral, en cuyo proceso judicial el Tribunal Electoral descartó la queja por falta de pruebas.

El resumen que el presidente presentó el miércoles 25 de enero, relató el segundo día del testimonio de Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, un gigantón de dos metros de estatura, lugarteniente del Cartel de los Hermanos Beltrán Leyva, que rompió su pacto con el Cártel de Sinaloa.

«Villagrán Barragán declaró que a medida que el Cártel de Sinaloa fue expandiéndose, los pagos a García Luna aumentaron, en un principio de una bolsa a la que aportaban todos los líderes del cártel, pero tras la ruptura interna de la organización criminal, (provenían) directamente de Arturo Beltrán», hermano mayor y jefe de la organización, abatido en 2009.

A cambio de dichos sobornos, «García Luna les ofrecía tanto información como el control de aeropuertos y carreteras en todo el país», dice el resumen mexicano del juicio.

El Grande mencionó que «él fue informado de que la DEA estaba monitoreando y siguiendo a su cuñado», y que García Luna les dio contactos para que el cártel obtuviera «equipos de intervención de comunicaciones, espionaje y contrainteligencia».

El jueves, el gobierno de México informó en su resumen que el 25 de enero concluyó la tercera audiencia del juicio contra Genaro García Luna.

«En esta ocasión no se escucharon declaraciones de ningún tipo en contra del acusado a diferencia de las dos audiencias anteriores», informó la presidencia.

Sin embargo, el reporte oficial menciona que la fiscalía llamó a cinco testigos, todos ellos agentes de la policía, la DEA, la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU.

El juicio continuará el próximo lunes, ya que las audiencias sólo se llevan a cabo de lunes a jueves.

Raymundo Riva Palacio, periodista, especialista en seguridad y columnista del diario El Financiero, comentó tras escuchar a los primeros testigos que «no se sabe si García Luna es inocente o culpable, ni cómo lo va a encontrar el jurado».

«Pero las acusaciones que le lanzó Villarreal Barragán para vincularlo con los cárteles de la droga no se sostienen», escribió.

En ese escandaloso testimonio, El Grande no se dedicó a probar nada, porque firmó un acuerdo con los fiscales para declarar ante Cogan sin obligación de presentar prueba alguna.

La defensa prepararía sus contraargumentos contra ese talón de aquiles de la fiscalía la próxima semana. (Sputnik)

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