Ciudad de México, 6 mar (Sputnik).- Washington solicitó este lunes consultas técnicas en el marco del Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC) de libre comercio, ante la prohibición en el país latinoamericano del maíz geneticamente modificado o transgénico en la alimentación humana, decretado en febrero, argumentando que costaría miles de millones de dolares a exportadores estadounidenses.
«La oficina del Representante Comercial de Estados Unidos anunció hoy (lunes) que está solicitando consultas técnicas con el Gobierno de México bajo el Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) del Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC). Estas consultas se refiere a ciertas medidas mexicanas relativas a productos de biotecnología agrícola», dijo la oficina del representante comercial de la Casa Blanca en un comunicado.
La representante Katherine Tai dijo en el anuncio oficial que México es uno de los socios comerciales más antiguos y fuertes de EEUU, que la relación se basa en la confianza y la honestidad y hay muchas áreas en las que cooperan y trabajaron juntos.
«La intención del Gobierno de los Estados Unidos es que a través de este proceso podamos alcanzar un resultado que respete la soberanía de cada país y beneficie a Estados Unidos, México y nuestros productores agrícolas y partes interesadas», dijo Tai.
La Casa Blanca ha expresado repetidas ocasiones sus preocupaciones con las políticas de biotecnología de México.
Tai señala «la importancia de adoptar un enfoque basado en la ciencia que cumpla con sus compromisos del T-MEC».
«Las políticas de México amenazan con interrumpir millas de millones de dólares en el comercio agrícola y sofocarán la innovación que es necesaria para enfrentar la crisis climática y los desafíos de seguridad alimentaria si no se abordan», dice el representante comercial estadounidense
El Grupo Consultor de Mercados Agricolas estima que Mexico compró al país vecino 18 millones de toneladas de maíz transgénico en 2022, valuadas en casi 6.000 millones de dólares, utilizado en su mayoría como forraje en granjas porcinas y bovinas.
El Artículo 9.19 del tratado -vigente desde 1994 y renegociado en 2020- establece que un país puede comenzar las consultas técnicas con otro para discutir cualquier asunto que surja bajo el mencionado Capítulo MSF, que pueda «afectar venir negativamente la totalidad de la mediana por escrito».
El tema ha sido objeto de conversaciones de Tai con la titular federal de Economía de México, Raquel Buenrostro, y otros diálogos bilaterales, Diputados, y el grupo de trabajo de biotecnología, y el pasado 24 de febrero Tai y Buenrostro sostuvieron una reunión virtual sobre el decreto presidencial mexicano.
Debate científico y comercial
Washington pugna porque las decisiones «estén basadas en reglas y la ciencia», para garantizar la seguridad alimentaria, mitigar los efectos persistentes de la inflación de precios en alimentos y abordar la crisis climática.
«Las innovaciones en biotecnología agrícola juegan un papel clave en el avance de estos objetivos globales críticos», dijo el Secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack.
El comunicado cita al funcionario que ha viajado al pais latinoamericano en fechas recientes, y reconoce el compromiso sostenido de sus homologos mexicanos.
Sin embargo, es enfático al expresar que se mantiene firme en su opinión de que «la trayectoria biotecnológica actual de México no se basa en la ciencia, que es la base del T-MEC».
EEUU afirma que los productos biotecnológicos, «ayudan a los agricultores estadounidenses a responder a los apremiantes desafíos climáticos y de seguridad alimentaria».
Si estos problemas no se resuelven, Washington analizará «todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales para hacer cumplir los derechos de EEUU en virtud del T-MEC».
Buenrostro dijo a fines de febrero que un nuevo decreto presidencial impide únicamente el maíz transgénico en el consumo humano.
La medida suaviza un primer edicto que prohibía todo tipo de uso de productos genéticamente modificados.
México argumenta que es el centro de origen de la planta de maíz en sus culturas prehispánicas y que «busca garantizar la biodiversidad y conservar las 64 razas de maíz nativo».
El decreto presidencial busca preservar dos aspectos: que la tortilla siga siendo producida con maíz nativo; y aumentar la producción de maíz con semillas nativas, para conservar su biodiversidad.
La funcionaria mexicana considera el diferendo de naturaleza politica, no comercial.
La ganadería es destino de casi el 80 por ciento del maíz importado de EEUU.
La modificación genética de plantas como el maíz las vuelve resistentes a plaguicidas, como el glifosato, que extermina a otras especies polinizadoras, como las abejas.
México es el principal comprador de maíz de EEUU, y los estados de Illinois e Iowa exportan más del 75 y el 65 por ciento de su producción total, respectivamente. (Sputnik)
EEUU pide consultas del T-MEC sobre prohibición en México de maíz transgénico
