Pocos países lo hacen dado su complejidad. Usando donantes cadavéricos resultan menos complejos y no se pone en riesgo dos vidas. Debemos recordar que el 35% de quienes esperan un donante no logran obtenerlo y esa es la razón para buscar alternativas.
Hace unos años dos cirujanos costarricenses asistieron a un congreso sobre el tema en Corea del Sur, país que tiene el récord mundial de operaciones exitosas, en ese tiempo acumulaban 5.000. Conversaron con el profesor encargado en el Asan Medical Center y contemplaron con él que en ese centro se entrenaran especialistas costarricenses a lo cual él accedió.
Los especialistas nuestros fueron el Dr. Mario Sánchez Arias y la Dra. Vanessa López Jara quienes hicieron la propuesta a la administración anterior de la Caja Costarricense del Seguro Social. Fue un proceso largo, establecer un convenio acorde a ambas instituciones pero se logró.
A ese centro viajaron 20 especialistas, incluyendo cirujanos, anestesiólogos, enfermeras y radiólogo invasivo en grupos pequeños, más de una vez. Su estancia y entrenamiento mientras estaban en Corea no tuvo ningún costo para la Caja. Cuando concluyeron su entrenamiento se proyectaba que el profesor coreano viajara a Costa Rica al iniciar el programa. Cuando todo estaba listo apareció la Pandemia del Covid y los planes se congelaron.
El 11 de Abril pasado se hizo el primer trasplante de hígado con un donante vivo en un adulto. Un hito histórico y eterno agradecimiento a la generosidad de Corea del Sur.
(*) Dr. Rodrigo Cabezas Moya, Especialista en Cirugía de Tórax
Fantástico, pero esperemos que las trasnacionales médicas y extranjeros no sean los reales escogidos beneficiados, gracias a nuestra envidiable salud pública en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). He observado como cientos de fulanos foráneos vienen a hacer turismo «médico» debido a los abrumadores costos euro-gringos hasta de medicamentos, los cuales, muy vivos, les pagan a la Caja una ridícula cuota mensual y luego, exigen ser atendidos como en su casa. Y eso, no se vale. Claro, así funcionan la dizque salud privada y si hay verdaderas complicaciones del turístico cliente, pues también se lo trasladan y ensartan a la Caja, con previo convenio o arreglo de alta gerencia, ¿o será médica, directiva o administrativa? Es de averiguarlo y a cobrar, como Dios manda. Sería lo justo.
Gracias doctor Rodrigo Cabezas Moya por compartir con nosotros los entretelones y vicisitudes de tan singular e importante empresa científica en beneficio de la población costarricense. No sólo es digna de alabanza la gran capacidad y disposición del personal médico costarricense para dar ese salto cualitativo, sino que también cabe expresar nuestra gratitud a Corea del Sur y a sus instituciones por la disposición y las facilidades que dio para superar los obstáculos para que se formaran veinte médicos costarricenses en esa cirugía de implante de hígado. A los doctores Mario Sánchez Arias y Vanessa López Jara que dieron el paso previo. Somos un país de ingratos, pero valga mi inmensa gratitud al personal de una institución que es esencial para el pueblo costarricense.
Muy interesante artículo, solamente que quien introdujo esta técnica en Costa Rica hace veinte años, fue la doctora María Amalia Matamoros Ramírez, una mujer excelente, hábil cirujana y entregada de lleno a los pacientes. Ella se sub especializó en Japón.