Existirá alguna razón para que Panamá mantenga vigente el Tratado de Montería, me parece que no, porque la forma como ese oprobioso tratado se firmó, en condiciones prácticamente impuestas al pueblo panameño. Sin tomar en cuenta las tensas relaciones diplomáticas que se han presentado últimamente con Colombia, porque su canciller, dentro de su ignorancia inexcusable todavía cree que Panamá pertenece a la República de Colombia, al referirse a nuestro país, como Departamento.
Los beneficios otorgados por la República de Panamá a Colombia, se establecieron en el Tratado Uribe Vargas- Ozores, suscrito el 23 de agosto de 1979, para que pasen gratuitamente los barcos de Guerra de Colombia, incluyendo los derechos de tránsito por el ferrocarril, siempre que esté contemplado el tránsito por el canal de Panamá.
La firma de ese tratado y los beneficios otorgados están contemplados en la clausula Vl del tratado de Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del canal de Panamá, mientras los Estados Unidos tengan la responsabilidad por el funcionamiento del Canal, podrán otorgar a la República de Colombia, libre de peajes el tránsito por el canal de sus tropas, naves y materiales de guerra. (recuerden que las tropas norteamericanas se retiraron el 31 de diciembre de 1999). Posteriormente la República de Panamá podrá otorgar a la República de Colombia, el derecho al tránsito libre de peajes de sus barcos de guerra.
No se sabe con certidumbre si los Estados Unidos usando su poder de negociación, quiso darle un premio de consolación a Colombia, por aquello de la separación forzosa del istmo de Panamá, en aquel tiempo Departamento de Panamá, lo que permitió terminar de construir el canal iniciado por la compañía francesa a cargo de Fernando de Lesepps.
Ciertamente que el gobierno de Colombia no quedó muy contento con que le arrebataran al descuidado Departamento de Panamá, y aunque hicieron sus escaramuzas para evitarlo, se impuso el poder de la fuerza, aunque dicen que los indemnizaron con 10 millones de dólares. Y una prueba de ello es que el escudo de Colombia todavía aparece agregado el mapa de la república de Panamá.
Cuando se ratificó el tratado de Montería, por la Asamblea Nacional de Representantes de Corregimientos, el gobierno de Panamá abusando del poder y de la buena fe de los legisladores envió al Estado Mayor de la Guardia Nacional a hacerse presente en el hemiciclo legislativo, todos iban vestidos de blanco, me imagino que para presionar y garantizar la aprobación del Tratado de Montería, y evitar que fuera rechazado. Ese sólo hecho es causa de nulidad y de la derogación de ese oprobioso tratado impuesto al pueblo panameño, ya no solo por foráneos, sino por sus propios gobernantes.
Se tejen algunas teorías conspirativas sobre el interés del general Omar Torrijos en la aprobación de ese tratado, como por ejemplo que sus padres eran colombianos, que tenía muchas amistades colombianas, o el pago en agradecimiento al presidente de Colombia Alfonso López Michelsen por su apoyo en la firma de los tratados Torrijos Carter. Como que se hacía fácil andar regalando los bienes del pueblo a foráneos sin ninguna reciprocidad de Colombia.
Lo cierto que los tiempos han cambiado, las correlaciones de fuerzas políticas, el surgimiento de nuevas potencias militares y económicas, los estragos del cambio climático y la escasez de agua, nos llevan a una nueva realidad, que hacen incosteable pasar barcos de manera gratuita por el Canal. Llegó la hora que el gobierno panameño, ejerza su soberanía y de por terminado ese innecesario tratado que en nada beneficia al pueblo panameño.
(*) Diego Espinosa G. Docente y Escritor panameño
