sábado 27, abril 2024
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Dos mujeres “embajadoras del mar” a punto de reescribir la historia del Caribe Sur costarricense

San José, 12 jun (Kioskos Ambientales/EP).- Siguiendo el legado de muchas mujeres en la ciencia que les antecedieron, abriéndose camino en un saber históricamente escrito y protagonizado por científicos, dos embajadoras del mar del Centro Comunitario de Buceo Embajadores y Embajadoras del Mar CCBEM son quienes podrían estar a punto de reescribir la historia del Caribe Sur costarricense en el Parque Nacional Cahuita (PNC).

Adentrándose en el mar con la intención de contribuir con nuevos aportes a sus investigaciones ciudadanas, Ana María Arenas y Maraya Jiménez, parecen haber encontrado la pieza faltante del rompecabezas en las hipótesis que, un equipo de personas investigadoras comunitarias y profesionales en arqueología, han venido trabajando en torno a dos barcos esclavistas daneses que, hace alrededor de 300 años, naufragaron en las costas del Parque Nacional Cahuita (PNC).

Creando ciencia desde otras lógicas. Con gran emoción y entusiasmo, con pasos firmes y curiosos directo hacia la costa, Ana María y Maraya se adentran en el mar rememorando la figura de Tona Ina, que significa luz marina en idioma Yoruba africano, a quien pidieron les mostrara algo nuevo, algo que no hubieran encontrado antes en el inmenso Caribe y que permitiera atar cabos en las investigaciones comunitarias arqueológicas submarinas que se han venido realizando hasta el momento.

Sintiéndose en completa armonía con las aguas, conscientes del peso histórico de los acontecimientos que en dichas costas tomaron lugar, las compañeras buceadoras encuentran cientos de ladrillos que nutren la hipótesis de un naufragio en los arrecifes del PNC. Los ladrillos fortalecen la confirmación de una segunda embarcación esclavista de origen danés que, de vuelta en el siglo XVIII, transportaba alrededor de seiscientas personas africanas esclavizadas. Desde el año 2016 el equipo del CCBEM, ha venido registrando hipótesis alrededor de dichas embarcaciones que, al haber chocado con los arrecifes, dejaron tras de sí el rastro de miles de ladrillos, anclas, cañones, madera y hasta algunos grilletes, entre otros importantes registros arqueológicos.

La documentación histórica de archivos en Dinamarca daba cuenta que el segundo barco danés del acontecimiento que se estudia había sido soltado a la deriva por esclavizados y marineros hasta chocar con el arrecife.  En el lugar hay cañones y hay anclas, pero sin encontrar muchos ladrillos era imposible confirmar a ciencia cierta que ese fuera otro naufragio. Se trataba de los barcos Fredericus IV y el Christianus V que cargaban más de 40,000 ladrillos cada uno cuando naufragaron. Este era un enigma a resolver – dijo el arqueólogo danés Andreas Bloch – aclarado que las dos embajadoras del mar al fin resolvieron el misterio encontrando un camino de ladrillos en el sitio.” Andreas junto con el Dr. Kotaro Yamafune son dos arqueólogos que realizan fotogrametría y mapeos del sitio.

¿Qué implicaciones tendría confirmar la existencia de esta segunda embarcación? Ana María Arenas explica que, de confirmarse esta información, se continuaría investigando alrededor del destino que tuvieron estas 600 personas esclavizadas provenientes del continente africano, a partir de la deriva y naufragio de la embarcación. Se buscaría conocer si se quedaron en Costa Rica, si tuvieron intercambio con las comunidades indígenas Bribri y, finalmente, podría incluso determinarse que las comunidades afro han estado en territorio nacional desde mucho antes de lo que los registros oficiales indican. Además, asegura que ya tienen un 90% del proceso de la identificación hecho, nos falta un 10% para que la Sociedad Científica lo confirme. Para ello se hizo una muestra de tres ladrillos que dieron positivo al origen danés y lo que se requiere para confirmar el origen son 20 ladrillos en total. Para el mes de septiembre vendrán los arqueólogos a tomar esas muestras y se buscará restos de madera para confirmar el origen de los barcos. Los arqueólogos hicieron una fotogrametría de los dos lugares en 3D que servirán de preparación para el trabajo de campo que se realizará en septiembre.

Para Maraya Jiménez este es lugar increíble “se siente una vibración de que algo pasó, algo importante, algo que marcó la historia de antepasados y que está ligado a la nuestra identidad e historia” (…) el haber podido verlos y encontrarlos (los ladrillos) aporta sentido a la investigación. Me siento muy feliz y agradecida por haber aportado un poco a esta gran historia que estamos reescribiendo, es mi historia, nuestra historia, de la cultura y de identidad de Cahuita y del Caribe Sur, pero también una nueva historia de Costa Rica”.

Ciencia desde y para las comunidades

Creando ciencia desde lógicas comunitarias, holísticas y sensibles ante la historia de los pueblos que allí habitan, su trabajo es también un posicionamiento político ante una tradición que ha buscado concentrar la escritura de la historia y producción de la ciencia, desde las más altas élites de la academia, desde un saber eurocéntrico que poco protagonismo ha otorgado a las mismas comunidades y a las mujeres en la reivindicación de sus saberes.

Siendo la producción científica occidental un espacio tradicionalmente masculinizado, su trabajo despierta muchísima admiración y entusiasmo, ya que coloca un parteaguas en el fortalecimiento de la cultura, identidad y memoria histórica del Caribe Sur costarricense. Se suman a las mujeres que, desde su trabajo día a día, dejan huella y nuevas rutas científicas por explorar a todas las mujeres en la ciencia que vendrán después.

Para María Suarez comunicadora y coordinadora del proyecto de investigación cultural en el que se enmarca en aporte de la observación de esas dos mujeres “no fue casualidad pues históricamente las mujeres hacen ciencia desde las relaciones, no necesariamente los objetos sueltos”.

¿Quiénes son las embajadoras del Mar y científicas comunitarias?

Maraya Jiménez Taysigue, secretaria de la Junta Directiva del CCBEM, Bachiller en educación media en el Liceo Rural de Puerto Viejo y estudiante de Derecho en la Universidad de Costa Rica.  Estudió masaje profesional en COSVIC y en Beauty Ritual, labor que también realiza para sostener su vida. profesional. Cuenta con capacitaciones en PADI Open Water, Peak Performance Buoyancy 2023, curso Introductorio a la Arqueología Náutica – NAS INTRO – Impartido por arqueólogos de la Universidad de Carolina del Esté, en inducción en Corales impartido por CCBEM – Criterios, técnicas y métodos PRONAMEC para monitorear corales

Ana María Arenas, Coordinadora Comisión de Corales y de comunicación en Redes del CCBEM, Diseñadora Gráfica, tercer año de historia de la Universidad de Costa Rica. Se ha capacitado en Padi Rescue, Padi Advanced , Padi Open Water  PADI Divemaster. Presentó las credenciales finales para graduarse de Dive Master. En fotogrametría impartido por Kotaro Yamafune arqueólogo de Japón y Matko Čvrljak, arqueólogo de Croacia. Ha recibido el curso Introductorio a la Arqueología Náutica (NAS INTRO) impartido por el arqueólogo danés Andreas Bloch; el curso de inducción en Corales impartido por Innoceana; el curso Criterios, técnicas y métodos PRONAMEC para monitorear corales, instrumentos y protocolos para identificar corales e invertebrados. Recibió el curso sobre Identificación, Monitoreo y Siembra de Corales – impartido en Línea por Diving with a Purpose con certificación PADI AWARE – Project AWARE Specialty Course; participó en el Taller Creación Línea Base Actualizada sobre Corales en el Arrecife de Puerto Viejo impartido por el Biólogo Isaac Baldizón y realizó el curso de Arqueología Náutica – NAS 1 impartido por el arqueólogo danés Andreas Bloch.

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