sábado 4, mayo 2024
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Cruz de olvido

Apareció ante mis ojos un remate de libros, sobraba un poco después de recoger los que elegí, entonces tomé una novela de Carlos Cortés: Cruz de olvido, la compré y esa misma tarde comencé a leerla, hasta la madrugada me detuve, es magistral su narrativa y ese poder de contar historias con doble sentido, algo en lo que yo mismo he trabajado en algunos cuentos y una novelita, todos virginales que aún no publico.

Realmente me atrapó con su historío, el estilo pero además por mi edad me fue fácil deshilvanar muchos hechos de la penúltima década del siglo XX, porque yo era un hombre maduro cuando sucedió y tuve muchos amigos que me informaron.

Sin duda la generación nacida en los ochenta hacia acá, podrán divertirse mucho pero no sacarán el jugo a la historia detrás de la historia.

En Costa Risa, como llama Carlos a nuestra malherida y asqueada patria, tofo es un vacilón, todo se toma como un chiste que le sucede a Lilliput, no a nosotros, de paso recordé la obra prohibida en ese entonces: Gulliver encadenado, el mismo gobierno con que comienza la novela prohibió.

Yo viví muy ocupado con mi profesión de médico y me pasaba leyendo libros de ortopedia y literatura en general, realmente me importaba nada los culebrones de nuestros tabloides y no los leía apenas: leía una página donde de niño leía algunas mentes preparadas pero que se fue llenando de mentes mentirosas y hasta ahí llegué.

Los últimos años del siglo XXI me he involucrado más en nuestra problemática, sin abandonar mi profesión ni mi literatura, hoy por hoy leo mucho diferentes medios, para enterarme del zipizape nacional.

Los medios tradicionales, a esos sencillamente no les creo, el gobierno actual ha hecho ácidas críticas, yo veía con malestar ese discurso, no obstante hay demasiadas dudas sobre su papel defendiendo los bienes de nosotros: los costarrisenses de Costa Risa.

Las sumas públicas perdidas de mano en mano son avergonzantes y provocan pena, porque hasta algunos dirigentes sindicales han sido los alcahuetes.

En este país puede suceder cualquier cosa, lo que sea, sin embargo después de tres días se olvida.

¿Cómo se idolatra a Juan Rafael y fundó la FANAL para vender su caña? Siglo y medio después ya olvidado se idolatra.

Nuestra pereza mental hace que cualquier mentecato llegue a la presidencia y después de mil tortas, se olvida y vive feliz el resto de su vida.

Nuestro mayor problema es que no leemos, no, somos apáticos mentalmente, nuestro “Pura Vida” nos dibuja por completo.

“Cruz de olvido” debería ser de lectura obligatoria, porque esa novela dibuja nuestro “lado oscuro”. Es una pena que tuviera que comprarla en el remate de una librería en Panamá, aunque quizá esa era la manera de leerla.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico.

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