martes 7, mayo 2024
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El pulso de Hungría y Polonia sobre migración frustra el debate de los líderes de la UE

Bruselas, 30 Jun. (EUROPA PRESS) – Los líderes de la Unión Europea han sido incapaces en su primera jornada de cumbre de acordar un texto sobre la respuesta común a la presión migratoria, después de que Hungría y Polonia presionaran para incluir compromisos inasumibles para el resto de socios, ya que implicarían dar marcha atrás en el acuerdo que lograron hace semanas para un sistema de reparto de la carga del asilo al que se oponen estos dos países.

Los jefes de Estado y de Gobierno europeo han dedicado horas a intentar salvar los dos párrafos que incluía el borrador de conclusiones y que apuntaba la necesidad de una respuesta común para controlar la presión migratoria, evitar más tragedias en el Mediterráneo y luchar contra las mafias que trafican con personas.

El texto cuya redacción se daba por consolidada desde el inicio de la reunión ha quedado aparcado, según distintas fuentes europeas consultadas por Europa Press, al constatar que no era posible el acuerdo.

Durante las negociaciones, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, y el húngaro, Viktor Orbán, han defendido cambios en su redacción para dejar claro que las decisiones migratorias deben tomarse por «consenso», lo que implica que no deberán acordarse si alguno de los socios se opone.

«Está claro que algunos países bloquean claramente el acuerdo, a pesar del gran empuje de otros países por aprovechar este impulso», ha dicho el primer ministro belga, Alexander de Croo, al término del primer día del Consejo, después de confiar que «la noche aporte algo de concierto» y confiar en que a lo largo de la segunda jornada de reuniones los líderes sean capaces de acercar posiciones.

Distintas delegaciones consultadas por Europa Press subrayan la «complejidad» de los debates sobre migración, pero apuntan también la oportunidad de avanzar para desbloquear la reforma del Pacto Migratorio en un momento de mayor entendimiento entre los Veintisiete, después de casi una década sin lograr un acuerdo sobre la reforma de la política de migración y asilo en la UE.

En la última reunión de ministros de Interior de la UE, el pasado 7 de junio en Luxemburgo, los 27 acordaron crear un mecanismo para el reparto de la acogida de los migrantes llegados de manera irregular a los países de entrada a la Unión Europea sometidos a una mayor presión de los flujos migratorios.

Este sistema, cuya versión definitiva deben negociar aún con la Eurocámara, pretende garantizar el «equilibrio» entre la solidaridad que reclaman los países del sur, como España e Italia, y las líneas rojas de los socios del este y del norte, que apelan a la «responsabilidad» de los primeros para contener los movimientos secundarios. Dicho mecanismo obligará a los países a reubicar en su territorio a parte de las personas llegadas a un Estado miembro si éste se ve sobrepasado o bien a compensar financieramente o con otros medios el coste de esa solidaridad rechazada.

Esta solidaridad es una «línea roja» a ojos de Polonia, cuya delegación ha reclamado que se precisara en las conclusiones del Consejo europeo que cualquier forma de reubicación o traslado de migrantes se haría siempre sobre una «base voluntaria», algo que el resto de socios rechazan de plano.

Los líderes retomarán el debate migratorio en su segundo día de cumbre a partir de las 09.30 horas de este viernes, aunque no está claro que intenten traducir lo discutido a un texto formal.

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