Río de Janeiro (Brasil), 27 jul (Sputnik).- Casi 800 indígenas fueron asesinados en los últimos cuatro años, durante el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), se afirma en el informe anual del Consejo Indigenista Misionario (CIMI) que fue divulgado el miércoles.
«El número de indígenas asesinados en Brasil entre 2019 y 2022 llegó a 795; el año pasado, fueron 180», explica el informe, que con casi 300 páginas es el documento más completo que se publica anualmente en Brasil sobre violencia contra los pueblos nativos.
Según el informe, bajo la presidencia de Bolsonaro, la media de casos registrados de violencia contra la persona fue de 373,8 al año, un aumento del 54 por ciento respecto a los cuatro años anteriores (bajo los gobiernos de Michel Temer y Dilma Rousseff), en que la media era de 242,5 casos anuales.
La metodología del informe define como casos de «violencia contra la persona», además de asesinatos, abuso de poder, amenazas de muerte, otras amenazas, homicidio culposo, lesiones corporales, racismo y discriminación étnico-cultural, intento de asesinato y violencia sexual.
Para los autores del informe, «la intensidad y la gravedad de esos casos no pueden comprenderse fuera del contexto de desmonte de la política indigenista y de los órganos de protección ambiental al que se sometió al Estado durante los cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro».
En 2022, la categoría que tuvo más aumento de casos fue la de violencia contra el patrimonio, entendida normalmente como invasiones a los territorios indígenas: hubo 158 registros de conflictos ligados a derechos territoriales y 309 casos de invasiones, exploración ilegal de recursos y daño al patrimonio.
El año pasado, los estados con más asesinatos de indígenas fueron Roraima (norte), con 41; Mato Grosso do Sul (centro-oeste), con 38 y Amazonas (norte) con 30.
El liderazgo de Roraima se explica en buena parte porque allí, en la frontera con Venezuela, se encuentra la tierra indígena Yanomami, la mayor del país, que sufrió una fuerte invasión de más de 20.000 garimpeiros (buscadores ilegales de oro) que provocaron una ola de violencia.
Entre las muertes más cruentas del año pasado, el informe cita la de una adolescente yanomami de 12 años que fue violada y asesinada por garimpeiros en una aldea de la región de Waikás, una de las más afectadas por la minería legal.
El informe también detalla las muertes por «omisión de poder público», sobre todo por falta de asistencia sanitaria; entre 2019 y 2022, murieron un total de 3.552 niños indígenas de entre cero y cuatro años por este motivo.
El territorio Yanomami, de nuevo debido a la invasión de los garimpeiros, fue el más afectado; a pesar de que reúne apenas al cuatro por ciento de los indígenas que viven en Brasil concentró el 17,5 por ciento de las muertes, con 621 niños fallecidos en los últimos cuatro años.
La desnutrición, la malaria y la contaminación al ingerir agua con mercurio son las principales causas de las muertes infantiles en esta región, aunque la situación podría ser mucho peor porque parte de la estructura sanitaria del Estado fue apropiada por los invasores y está en zonas de muy difícil acceso. (Sputnik)
