sábado 27, abril 2024
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La pobreza sigue por encima del clima como factor migratorio

Londres, 7 Sep. (EUROPA PRESS) – Los patrones de migración neta en todo el mundo se mantienen más estrechamente relacionados con factores socioeconómicos que con el cambio climático.

Un estudio publicado en ‘Nature Human Behaviour’ también proporciona un nuevo conjunto de datos de alta resolución sobre la emigración neta en las dos últimas décadas que servirá de base para la elaboración de políticas y la investigación.

Según Venla Niva, investigadora postdoctoral de la Universidad de Aalto, en Finlandia, y autora principal del estudio, «estos resultados no se ajustan a la narrativa que repite la opinión pública sobre la migración inducida por el clima. Cuando se consideran los distintos factores en su conjunto, el análisis muestra que los factores de desarrollo humano son más importantes que el clima», añade.

El grupo de investigación, formado por investigadores de la Universidad de Aalto, el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados y la Universidad de Bolonia (Italia), publicó el año pasado un estudio similar que abarcaba el periodo 1990-2000.

«El nuevo análisis abarca las dos últimas décadas, 2000-2019. El conjunto de datos de alta resolución que prepararon permite responder a preguntas que no pueden abordarse con datos más gruesos, como las medias nacionales. Había una necesidad real de un conjunto de datos como éste, pero no existía. Así que decidimos crearla nosotros mismos», explica Niva. El nuevo conjunto de datos es de libre acceso y se puede explorar fácilmente a través de un mapa interactivo en línea.

El equipo combinó las tasas de natalidad y mortalidad con el crecimiento global de la población para calcular la migración neta. El papel de la socioeconomía y el clima se incorporó mediante el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el índice de aridez.

Partiendo de los índices subnacionales de mortalidad y natalidad y reduciéndolos a una resolución de 10 km, los investigadores produjeron un conjunto de datos sobre migración neta de una resolución sin precedentes.

«Esto permite abordar cuestiones que no pueden responderse utilizando agregados nacionales. Los factores climáticos no siguen las fronteras administrativas, por lo que se necesitan datos como estos si se quieren estudiar estos patrones», explica Niva.

Los investigadores descubrieron altos niveles de emigración en regiones que se encontraban en la mitad de la escala tanto en IDH como en aridez, como zonas de América Central, el noreste de Brasil, África Central y el sudeste asiático. «No son los más pobres entre los pobres los que huyen de las catástrofes o los cambios medioambientales. La migración es un método de adaptación utilizado por las personas que tienen capacidad para desplazarse», afirma Niva.

Del mismo modo, las zonas con un IDH elevado experimentaron una migración neta positiva independientemente de su situación climática. Por ejemplo, las regiones de la Península Arábiga, Norteamérica, Australia y el norte del Mediterráneo son receptoras netas a pesar de su aridez.

«Los responsables de la toma de decisiones deberían prestar atención a esto. En lugar de centrarse únicamente en el cierre de fronteras y la lucha contra la migración, deberíamos trabajar para apoyar y empoderar a las personas en los países económicamente desfavorecidos. Eso ayudaría a reducir los factores que empujan a la gente a emigrar en busca de mejores oportunidades», subraya Matti Kummu, profesor asociado de temas globales de agua y alimentación en Aalto y autor principal del estudio.

La granularidad del nuevo conjunto de datos revela complejidades en los patrones migratorios que quedan ocultas cuando se utilizan datos nacionales. En Francia e Italia, por ejemplo, hay diferencias muy interesantes entre el norte y el sur, y en España hay una diferencia entre el este y el oeste. Hay muchas pautas que los expertos nacionales podrían estudiar y, por supuesto, las razones pueden ser distintas en cada país», afirma Kummu.

También se observaron pautas inesperadas en la migración del campo a la ciudad. Existe la creencia muy extendida de que las zonas urbanas arrastran a la gente de las rurales, pero no fue así en todas partes. En muchos lugares de Europa, por ejemplo, ocurre lo contrario», afirma Kummu.

La migración de las ciudades a las zonas rurales también era evidente en partes de Indonesia, Congo, Venezuela y Pakistán, y cuando se analiza el nivel de las comunidades, el panorama se vuelve aún más complejo.

En general, la migración es más compleja de lo que la gente tiende a pensar –asevera Niva–. Nuestros hallazgos contribuyen al debate sobre dónde y cómo se produce la migración; en realidad, no es un fenómeno eurocéntrico, porque la mayor parte de la migración se produce en otras partes del mundo».

Los investigadores pueden utilizar el nuevo conjunto de datos para comprender la migración con más precisión que a través de las medias nacionales, que no captan toda la historia. «Ya hemos compartido los datos con otros investigadores y, por ejemplo, con la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU –señala Kummu–. También hemos creado un mapa interactivo para que la gente pueda explorar estos patrones por sí misma».

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