ONU, 20 sep (Sputnik).- El presidente de Argentina, Alberto Fernández, responsabilizó el martes a la arquitectura financiera mundial por aumentar la desigualdad y la miseria con la imposición de sus políticas ortodoxas, al intervenir en el debate general del 78 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«El sistema financiero internacional no demuestra voluntad de adaptarse, solo busca imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria», aseguró Fernández en la sede del organismo, en Nueva York.
Como ya expresara el viernes durante la cumbre del Grupo de los 77 (G77)+China, el mandatario aseguró que las reglas actuales que impone el actual sistema financiero «solo sirven para concentrar el ingreso en muy pocos y marginar a vastas regiones del mundo».
Los mecanismos que prevalecen «apuestan a la especulación antes que al desarrollo (y) propician la mano de obra barata antes que la dignidad del trabajo», ponderó.
El jefe de Estado mencionó en concreto al Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantiene un programa con Argentina para refinanciar un préstamo de 44.000 millones de dólares.
El mandatario cuestionó a la entidad multilateral por subir sus intereses cada vez que el Departamento del Tesoro de EEUU sube sus tasas para contener la inflación y consideró «vergonzoso» que el organismo imponga sobretasas a las naciones endeudadas con los préstamos más cuantiosos, situación que afecta a Ecuador, Barbados, Egipto, Ucrania y a su propio país.
«El FMI financia a Ucrania en medio de la guerra, y en medio de esa guerra, le aplica sobrecargos a los intereses que le cobran», ejemplificó.
En línea con este análisis, el mandatario argentino reclamó «un nuevo marco en el tratamiento de las deudas soberanas que tengan como norte la justicia social».
El jefe de Estado aseguró que su país apuesta por el multilateralismo «como la mejor herramienta para encontrar soluciones a los problemas compartidos» ante las propuestas hegemónicas, que «solo han servido para potenciar la desconfianza, impulsar carreras armamentísticas y limitar las posibilidades de cooperación económica y científico-tecnológica».
Palabra incumplida
En otro tramo de su discurso, Fernández alertó sobre las consecuencias que representa la crisis climática y mencionó el caso de su país, que «perdió más del 20 por ciento de sus exportaciones debido a la peor sequía de los últimos 100 años», lo que llevó a que Argentina perdiera tres puntos del producto interior bruto (PIB).
Para solucionar la inseguridad alimentaria a largo plazo, el mandatario propuso «un sistema de comercio internacional de productos agrícolas más justo, más transparente, más equitativo y más previsible».
El presidente argentino, que en diciembre concluye su mandato, sugirió eliminar las distorsiones que producen los subsidios y solicitó que los alimentos no sean objeto de lucro.
«Un mercado internacional de alimentos intoxicado por la especulación financiera solo facilita una mayor renta para unos pocos e inestabilidad y miseria para millones de seres humanos», manifestó.
Fernández también mostró su preocupación por las estimaciones de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), por las que solo se alcanzarían la cuarta parte de las metas que se propusieron en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que adoptó en 2015 la Asamblea General de la ONU.
En la última parte de su disertación, Fernández reclamó a Irán que coopere con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en investigación del atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó 85 víctimas mortales y más de 300 heridos y pidió al resto de los países que no den cobijo a los acusados que tienen órdenes de captura internacional, aunque gocen de inmunidad diplomática.
El presidente argentino también instó a que se termine el bloqueo contra Cuba, que se retire a la isla de la lista de países que supuestamente financian el terrorismo internacional y pidió a Estados Unidos que elimine las sanciones contra Venezuela.
«Su prolongación en el tiempo solo lastimó las condiciones de vida de sus habitantes, y condujo al exilio a millones de ellos», aseguró.
Como cada presidente de Argentina que se dirige a la Asamblea General, Fernández lamentó que Reino Unido se rehúse a retomar las conversaciones sobre la disputa de soberanía que existe en torno a las islas Malvinas (sur), reclamó una salida pacífica al conflicto y denunció las actividades de exploración y explotación que lleva adelante Reino Unido en el área en disputa.
«Cuestionamos su presencia militar en el Atlántico Sur, una zona de paz», añadió Fernández, antes de pedir la mediación del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para retomar las conversaciones.
El presidente también reclamó a Reino Unido que permita que continúen las tareas de identificación de los excombatientes que fueron enterrados sin identificar en el Cementerio Darwin de las islas Malvinas.
Una misión humanitaria supervisada por la Cruz Roja y consensuada por Argentina y Reino Unido que comenzó en 2017 permitió identificar hasta el momento a 121 soldados que estaban sepultados en el territorio disputado por Reino Unido y Argentina.
Al final de su discurso, el presidente rescató el lema de la cumbre, que lleva por lema «Reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial».
Éste es «un noble propósito que vale para individuos y pueblos, pero por favor, no convirtamos ese incentivo en letra muerta», pidió Fernández en su conclusión.
El debate general comenzó el martes y se realizará hasta el 26 de septiembre en la sede de la ONU, en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Los líderes mundiales discutirán diversas cuestiones globales, entre ellas acciones para acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. (Sputnik)
