Ciudad de México, 30 sep (Prensa Latina) La integración regional con independencia, soberanía y unidad dentro de la diversidad, fue la palabra clave en la primera sesión de trabajo hoy del IX Encuentro del Grupo de Puebla.
Todos los líderes políticos que intervinieron en esta sesión inaugural moderada por el coordinador del grupo, Marcos Enriquez-Ominami, hicieron énfasis en la urgencia de crear un plan de acción que tenga como centro la integración, no solamente económica, sino social y política para enfrentar con éxito la gran transformación que sufre el mundo.
Fue el expresidente de Colombia Ernesto Samper, en una medular intervención, quien recordó palabras de su colega de Ecuador Rafael Correa, de que el mundo no está en una época de cambios, sino en un cambio de época.
Esto hace que los retos son más complicados y difíciles para una región como la de América Latina y el Caribe, huérfana de una sola voz continental a la que hay que darle nacimiento rápido, sin demoras.
El propio Correa habló del tema al explicar los vaivenes que lamentablemente ha sufrido el progresismo en América Latina y el Caribe, pero hay que provechar el momento propicio que se está desarrollando en la región.
En la época de la contraofensiva de la ultraderecha con Donald Trump al frente, el progresismo dejó de estar en contacto, pero ahora avanzamos de nuevo en unidad, lo cual propicia las condiciones para impulsar la integración en el más amplio sentido de la palabra.
Explicó que ahora estamos también en época de disputa y todo lo que sucedió hasta la recuperación del progresismo fue parte de ella, y citó los fraudes electorales y las acciones contra Lula en Brasil, el golpe de Estado a Evo Morales, y advirtió que es lo que sucede ahora también con el enfrentamiento a quienes se oponen al cambio.
Consideró que hay una segunda ola progresista en buena hora, y que allí está la esencia de la disputa entre la derecha y la izquierda, y por eso la unidad es más urgente que nunca, pues de ella va a depender en mucho los éxitos de la integración que nos hace falta.
El expresidente de Panamá Martin Torrijos tuvo expresiones similares y alertó que son muchos los nuevos y viejos retos que la región tiene por delante y consideró que se debe trabajar por fortalecer en este ámbito un nuevo multilateralismo adoptando posiciones comunes y lograr esa sola voz que tanto urge.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, apoyó los criterios de Samper de las sanciones que constituyen una profunda agresión política a su país con Donald Trump, quien trató de imponer un gobierno inexistente y mercenario para robarse el dinero y el oro de la nación bolivariana, y quedarse con sus recursos naturales.
Evo Morales, víctima de la ola ultraderechista impulsada por Estados Unidos, dijo que es vergonzoso que a 200 años de distancia, todavía impere en la mente de los dirigentes de Estados Unidos la filosofía de la Doctrina Monroe.
Ahora quieren seguir haciéndola valer de América para ellos, y no se les puede permitir. e hizo una fervorosa defensa de la integración latinoamericana y caribeña en unidad dentro de la diversidad y del respeto a la soberanía de cada pueblo.
Habló de un ideal que se puede convertir en realidad, es decir, en lugar de la América colonial que dejaron los europeos, o la neocolonial que crearon los estadounidenses, hacer de estas tierras una América Plurinacional independiente y soberana, y acabar de enterrar al imperio del mal que ya está en fase política terminal.
En esa misma línea, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, estimó que el IX Encuentro tiene lugar en un momento en que el balance político de nuestra América acumula una tendencia irreversible del progreso que deja atrás al sistema unipolar, de una globalización neoliberal opresiva y de dominación hegemónica, a uno multilateral de nuevo tipo.
Citó la importancia al respecto de la reunión que acaba de concluir en La Habana del Grupo de los 77 y China, de todo el sur, en la que se expresó con fuerza una idea común que conecta con los ideales progresistas del Grupo de Puebla, como la integración, y un nuevo pacto financiero que nada tenga que ver con el sistema actual liderados por el Fondo Monetario y el Banco Mundial.
La reunión es considerada ya como un importante éxito por los temas tratados, su profundidad y el momento tan oportuno en el cual se desarrolla.